Francisco Méndez le responde al abogado y columnista del decano de la prensa, a propósito de su columna sobre el homenaje a Miguel Krassnoff y la defensa de una polémica versión de la historia reciente de nuestro país.

Columnista de El Mercurio
Don Gonzalo, ya que su columna “Krassnoff, lecciones de nuestro pasado”, publicada en El Mercurio, ha sido muy comentada en redes sociales y en el blog del señalado medio, pero no de manera expresa, me quiero detener en algunos puntos de su texto:
Primero que nada, al comenzar el escrito usted dice que el caso en cuestión “vuelve a recordar la importancia de la historia reciente de Chile” y no puedo estar más de acuerdo con usted en ello, porque como bien dice el dicho: “la historia es la memoria de los pueblos”. Ahora el problema es: ¿qué historia es la que le contamos a nuestros hijos o nietos: la de unos valientes soldados que salvaron al país de un caos; o la real y comprobable, que es que hubo una dictadura ilegítima que mató a personas sin necesidad alguna y que mantuvo al país por años en estado de shock? Como siempre en este caso (y muchos otros), los medios son los que deciden la historia que se contará y la manera en qué se hará. Eso usted debe saberlo muy bien.
También en estas líneas publicadas, más adelante, usted expresa que “unos, vimos venir la marea revolucionaria; otros, por propia voluntad y convencidos de su legitimidad, la impulsaron”. Acá me gustaría preguntarle: ¿y usted vio venir la marea reaccionaria del Ejército de Chile en contra de un pueblo y en beneficio de una minoría burguesa? Porque al parecer se olvida que las muertes, el terror y el trauma que separa al país hasta el día de hoy, fueron causados por las armas de un régimen que usó el aparato del Estado como instrumento para acallar ideas y posturas que incomodaban a una elite. También se olvida de los pequeños grupos como Patria y Libertad que antes del golpe de Estado levantaban armas en nombre del nacionalismo extremo, ese que raya descaradamente en el fascismo.
Lo complejo de su análisis, es que con la edad que usted tiene, aún confunde a grupos como el MIR con el gobierno de Salvador Allende; todavía cree que quienes gobernaron y no levantaron armas fueron los mismos que participaron del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y se equivoca, porque ellos mismos en muchas oportunidades lo negaron. Usted habla de la idea revolucionaria de ese entonces como algo peligroso, y dice que quienes participaron de ella “eran conscientes de que cuando quisieran imponer sus posturas violando toda la institucionalidad democrática iba a haber Fuerzas Armadas que se iban a resistir invocando el bien de Chile”.
Frente a esto último, le pregunto: ¿cuándo los militares violaron las instituciones constantemente durante 17 años, había alguien consciente de ello y del daño que le hicieron al Chile ? A mí me parece que no, porque mientras más maduro, más veo a gente de izquierda hacer mea culpas que la sociedad les exige, pero nunca he visto a un uniformado pedir perdón por los excesos.
Según la conclusión de su columna, usted don Gonzalo señala que el caso Krassnoff ha ayudado a conocer la verdadera historia, esa que ha sido tapada por los malos izquierdistas comeguaguas que una vez más han conseguido su objetivo. Con esto me detengo para hacerle unas últimas consultas como joven inexperto que soy: ¿acaso no es salirse con la suya haber matado y torturado a hombres y mujeres, en beneficio de una burguesía, y aún así vender una idea de que se hizo por amor a la patria? ¿Acaso no es ocultar la verdad, pedir que te agradezcan por como entregaste el país, cuando realmente lo hiciste más desigual y con más oportunidades a un pequeño sector que siempre lo ha tenido todo?
A mi parecer los verdaderos ganadores son ustedes; nosotros, en cambio, siempre trataremos de buscar justicia y contar esa verdad que los medios —como el que le publica sus artículos— ha ayudado a acallar por años.