Entrevistas

¿Cómo reportear las violaciones a los DD.HH. en dictadura? La experiencia de Vivian Lavín

Por ~ Publicado el 2 diciembre 2015

A un cuarto de siglo del fin de la dictadura en Chile, los ecos del dolor siguen resonando. Quisimos averiguar más sobre las complejidades del reporteo de estos temas, desde el cuidado con las víctimas hasta las consideraciones —¿debe haber alguna?— con los victimarios. Son algunas pistas para adentrarse en un área de investigación marcada por el dolor, la tortura y el silencio, pero que paulatinamente se abre en nuestro país. Continuamos esta serie con Vivian Lavin, periodista, conductora en Radio Universidad de Chile y autora de “Mujeres tras las rejas de Pinochet”.

Elizabeth Rendic, Valentina Álvarez, Gina Cerda y Vivian Lavín. Foto: Liberalia.

Elizabeth Rendic, Valentina Álvarez, Gina Cerda y Vivian Lavín. Foto: Liberalia.

VIVIAN LAVÍN: “MUCHAS VECES LES PEDÍA PERDÓN ANTES DE HACER UNA PREGUNTA”

A mediados de diciembre del año 2013, Juan Pablo Cárdenas, director de la Radio Universidad de Chile, le propuso a Vivian Lavín escribir las historias de tres expresas políticas que llevaban un tiempo pensando en relatar sus vidas durante la dictadura. La idea se concretó en el libro “Mujeres tras las rejas de Pinochet” que recoge los testimonios de Valentina Álvarez, Gina Cerda y Elizabeth Rendic, sus vínculos con el MIR y el FPMR, sus detenciones, interrogatorios, la vida en la cárcel. Y lo que vino después.

Este es un breve cuestionario a Vivian Lavín sobre su experiencia con estas tres mujeres.

—¿Cómo logras entrar en la historia de estas mujeres?
Estas tres mujeres querían contar su historia, entonces en ese sentido “la pega estaba hecha”. Incluso ya tenían material digitalizado de conversaciones que habían tenido. Para mí fue muy bueno eso porque eran conversaciones entre amigas. Desde el primer día les dije que les agradecida la confianza, que estaba feliz de hacer el libro y que las iba a respetar. Ellas plantearon que querían ver cómo se iba haciendo el libro. Al final se abren mucho, cuentan muchas cosas.

—¿Qué cosas se omiten o no deben publicarse?
Antes de que yo entregara el libro a la editorial, yo se los pasé para que lo vieran y una me pidió que sacara una parte que era muy personal y en realidad no era para nada trascendental en el libro y lo borramos. Pero un día mi jefe me dijo: tú no tienes que mostrarles a ellas esto, este es tú trabajo periodístico. Ahí se me presentó una cuestión ética. Yo opté porque el libro no les causara ningún daño ni dolor a ellas. No iba a publicar nada que ellas no quisieran y así fue. Si a ellas les hubiese causado dolor, esto no se hace y punto.

Yo opté porque el libro no les causara ningún daño ni dolor a ellas. No iba a publicar nada que ellas no quisieran y así fue.

—¿Qué te pasa a ti cuando escribes sus historias?
De mayor he venido a descubrir que existe una amistad entre mujeres que es muy bonita. Algo pasa con la complicidad, el compartir este tipo de aspectos y vivencias con amistades muy diferentes a las comunes y corrientes. Ver que estas tres mujeres son ¡unas luchadoras!, te das cuenta que tienen un temple para haber hecho lo que hicieron, no son cualquier tipo de mujeres, son mujeres duras, que tienen una decisión extraordinaria en ese sentido.

» Desde lo profesional siento que pude saldar una deuda generacional. Necesitaba saber qué hice yo por eso porque no fui parte de la lucha como ellas y con el libro siento que lo logro. Ellas me dicen hoy día: hoy tú eres revolucionaria porque estas poniendo un tema en la opinión pública. Y tienen razón. Escribir este libro es un gesto político.

—¿Cómo preguntas cuando tenías dudas y era sobre algo sensible y doloroso?
Directamente pero muchas veces les pedía perdón antes de hacer una pregunta. Nunca jugué a la periodista ruda. Hice uso de mi empatía personal y a veces me ponía a llorar ahí mismo y no me siento menos periodista porque soy una persona y tengo que ser como soy. No me iba a impostar y a empezar a hablar en neutro, es ridículo.

» En un par de oportunidades me junté de nuevo y preguntaba más pero por beneficio a la narración porque si no iba a quedar como desafectado. Para mí es importante lo que vieron, lo que sintieron, las texturas, los olores. Por ejemplo me decían: “y me torturó”. Entonces ahí empezaba a hablarle, a preguntar desde dónde estaba, qué había, etc.

—¿Qué significa escribir un libro así?
Cuando lo escribí pensaba que era importante que quedara para las nuevas generaciones. Obvio que es un libro de “ese” mundo pero lo que menos quiero es que se quede solo ahí. Que a la gente joven le interese leerlo me alegra. Y esa es la esperanza, los jóvenes son el mundo que viene y es necesario que busquen otras maneras de lucha. No solo las marchas o las tomas. Mandar un mensaje todos los que están marchando a un número de teléfono y colapsar las líneas, ¡eso es revolucionario! ¡Hay que ser más creativo!


Mujeres tras las rejas de Pinochet
Vivian Lavín
Ediciones Radio Universidad de Chile
2015

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