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Cinco ideas sobre la narrativa digital periodística

Por ~ Publicado el 18 marzo 2016

Transformación, experiencia, colaboración, fragmentación y transparencia. Una mirada entusiasta, pero también llena de interrogantes, de cómo contamos historias en periodismo.

Salvatore Postiglione (1861–1906). Escena de la narración del Decamerón.

Salvatore Postiglione (1861–1906). Escena de la narración del Decamerón.

1. LA NARRATIVA ESTÁ SIENDO TRANSFORMADA… SIEMPRE

En el periodismo tenemos un concepto muy restringido de la tecnología o la innovación. Casi todo se reduce a pantallas, gadgets y máquinas cuya complejidad desconocemos. La imprenta —aún parte operativa del sistema de medios— evoca un evento jurásico, ignorado, a destiempo. Esa estrechez limita la discusión del “futuro” del periodismo solamente a drones, bots y realidades virtuales, y relega los cambios en otras dimensiones de nuestra rutina. Por ejemplo, el modo en que escribimos o contamos la realidad. En los últimos siglos distintos canales para el mensaje han alterado el modo de contar historias. Las voces narrativas han mutado. Las estructuras narrativas también. Qué decir de las audiencias, hoy productoras y replicadoras de contenido. Los 140 caracteres de Twitter devolvieron el prestigio a la brevedad. Snapchat le dio un insospechado valor al contenido efímero. Estos cambios se seguirán produciendo. Algunas estructuras se mantendrán; otras se asfixiarán lentamente. ¿Cuáles? ¿Cuándo? ¿Cómo? Son algunas de las preguntas del futuro incierto — pero fascinante — de la narrativa.

2. LA NARRATIVA ES MÁS TRANSPARENTE

La segunda temporada del podcast Serial cuenta la historia de Bowe Bergdahl, un soldado estadounidense capturado por los talibanes en Afganistán, que estuvo cautivo durante casi cinco años y que el 2014 fue liberado tras un intercambio de prisioneros. En el primer capítulo la periodista Sarah Koenig explica que Bergdahl no ha hablado con la prensa pero sí con Mark Boal, escritor y productor de Zero Dark Thirty y The Hurt Locker. “Para esta historia, nos hemos asociado con Mark y su compañía de producción, Page One”, dice Koenig. “Ellos compartieron sus investigaciones con nosotros y también nos pusieron en contacto con muchos de sus fuentes, especialmente los soldados”. Es la honestidad editorial incrustada en el relato. La transparencia también interviene en el periodismo de datos, la narrativa de los números. The Guardian publica las bases de datos que utiliza para que la audiencia también revise y trabaje sobre esos números y comience a contar eventualmente nuevas historias. La herramienta NewsDiff rastrea y archiva cambios en artículos de cinco medios, del Washington Post a la BBC. ¿Veremos medios que implementen estas tecnologías para que sea la audiencia la que contraste las ediciones de las historias?

3. LA NARRATIVA SE FRAGMENTA… PARA VOLVER A UNIRSE

BuzzFeed domina la distribución con listas plagadas de memes y gifs. Voxavanza en su periodismo de explicación (explanatory journalism) actualizando su sección de tarjetas de contexto. En Twitter Mashable hace un memorial digital de las víctimas de los atentados en Francia: un tuit por cada persona asesinada, casi cincuenta mil seguidores en pocas semanas. Tres medios que fragmentan las historias; no las mutilan ni las despojan de sentido: las dividen para que la audiencia les dé un nuevo orden, sentido, puntos de entrada y de salida. Alexis Lloyd, directora creativa del R&D Lab delNew York Times, plantea que debemos liberarnos de las limitaciones de la cultura impresa y pensar en cómo construir “partículas” —en vez de artículos— que sean acumulativas, indexables, extraíbles, reutilizables. Es el “periodismo estructurado”, entre comillas, aún en fase experimental, que fracciona las historias para que puedan fusionarse en distintas formas narrativas: listas, artículos, mapas, tarjetas, líneas de tiempo, diagramas de conexiones, galerías de imágenes. Misma información, distinta disposición.

4. LA NARRATIVA TIENDE A SER MÁS COLABORATIVA

Una afirmación que suena obvia: el periodismo siempre ha dependido de otros. Expertos, autoridades, testigos. Hoy la diferencia es la escala, el espectro de la colaboración, el llamado abierto en redes sociales, las nuevas políticas estatales de transparencia y la manipulación de grandes volúmenes de información. “¿Has tenido una operación a la cadera? Cuéntanos cuánto te costó” preguntó la periodista Elisabeth Rosenthal a los lectores del New York Times a comienzos de 2013. Más de 500 respondieron con experiencias que dieron forma a su reportaje “Pagar hasta que duela” sobre los costos del sistema de salud en Estados Unidos. ProPublica solicitó ayuda de sus lectores para encauzar sus investigaciones sobre negligencias médicas y recibió más de mil testimoniosThe Guardian abrió su redacción e invitó a los lectores a ser parte de la pauta. Determinado por el formato y el ciclo de noticias, el periodismo históricamente puso —aún pone— a la audiencia hacia el final, como receptores. ¿Y si la privilegiamos situándola al principio de nuestro proceso productivo?

5. LA NARRATIVA DEBE SER UNA EXPERIENCIA

“Snow Fall” fue el momento zero, inicial, esa historia única con todos los condimentos de la tragedia: imprudencia, infortunio y heroísmo en la montaña. Y sí, fue un proyecto sobresaliente. Y no, no era ni será “el” futuro del periodismo. Fue una narrativa pionera en experimentar con los atributos del ecosistema, del mismo modo en que ahora lo hacen los videos en 360° (que no salvarán al periodismo) o la realidad virtual (que tampoco salvará al periodismo). No depositemos todas nuestras esperanzas en modelos únicos e infalibles, porque aún no existen, y pensemos, como dice Jeff Jarvis, en los “muchos futuros posibles” que tienen las noticias: videojuegosinfografías,cancionesnovelas gráficasreportajes ilustrados. El periodismo impreso es, fue y será una gran experiencia narrativa, tangible y acotada. ¿Pasará a la historia como la única experiencia narrativa que el periodismo dominó?

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