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El día después: la furia tras el escándalo del Washington Post

Por ~ Publicado el 3 julio 2009


Por Ignacio Bazán

Algunos analistas expresaron su preocupación, no así su sorpresa, al enterarse de los planes del Washington Post de juntar a importantes empresarios del sector salud con editores y periodistas que cubren el área, todo esto en la casa de la directora del diario, cobrándoles entre 25 y 250 mil US a los poderosos para entrar. Si la sorpresa no corrió por parte de los analistas y columnistas, si lo hizo por parte de la gente, los lectores del Post, que se escandalizaron en masa.

El tema no es menor. El Post, el único diario que le ha podido hacer peso en influencia y calidad al New York Times pasaba ayer, quizás, el día más vergonzoso en su historia. Si las escuelas de periodismo norteamericanas enseñan a nunca jamás aceptar un “freebie”, un regalo, un viaje, una invitación a comer, por inocente que parezca, lo del Post ayer sobrepasó (o más bien trituró) todos los límites relacionados con los conflictos de interés existentes entre prensa y poder.

El evento, que reunía a CEOs y lobbystas del área salud con reporteros y editores de la misma área, todos ellos con acceso a importantes datos pertenecientes a poderosos funcionarios apostados en la capital de Estados Unidos, tenía un sentido “no confrontacional”. Esto, según la invitación que estaba destinada a llegar a las manos de CEOs y lobbystas.

El Post reaccionó rápido con una columna de su “ombudsman” que titulaba diciendo que el suceso había sido “Un desastre de relaciones públicas”.

Lo divertido, es que al leer los cientos de comentarios abajo de la columna, no hay ni uno, ni uno solo, que solidarice con el Post. Todos los que escriben en el sitio (hay que darle crédito al Post por no borrar decenas de comentarios que son derechamente ofensivos a la reputación del diario) demuestran una gran grado de impotencia y decepción.

Durante el mismo día el Post anunció la suspensión del evento, atribuyendo todo a un mal entendido del departamento de marketing y, diciendo además, que ningún periodista o editor estaba al tanto de la reunión en la casa de la directora del diario.

El problema es que nadie le cree al Post.

“No me queda otra que concluir que la razón principal por la que toda esa cantidad de dinero iba a cambiar de manos era para tener acceso a reporteros y editores”, escribió Jason Linkins en su columna del Huffington Post. “No se equivoquen: ese es el único grupo de gente con el que cualquier firma de lobbystas podría querer tener alguna conversación”.

Timothy Karr, director de Free Press y savetheinternet.com, escribió: “La noción de hacer estos eventos sugiere que para el Post, los verdaderos accionistas en el debate de salud son los lobbystas y las compañías que representan, no la gente de América que se supone, el Post debe informar, educar y representar”.

La gente, no estaba muy lejana a la opinión de los especialistas. Los dejo con una selección de algunos posteos dejados en la columna del Ombudsman en el sitio del Washington Post. Esto es lo más cercano a ver correr la sangre de un diario en su propio sitio de Internet. Disfruten.

Tomcat3 escribió:

Esta es la punta del iceberg.
Sus “periodistas” serían mejor descritos como “geishas”, dispuestos a hacer lo que sea para mantenerse arropados junto al poder.
Su diario hace tiempo abandonó los “estándares periodísticos” o la “ética” para transar estos valores por acceso a los poderosos.
Los contenidos de sus páginas ya no contienen “la verdad”, y han sido reemplazados por “infoentretenimiento” y propaganda.
¿Quién está pagando las cuentas hoy?

Dijamo escribió:

Esto es un desastre ético. Referirse al tema como un desastre de relaciones publicas (como el ombudsman se refirió en el título de su columna) hace inferir que si el asunto hubiera permanecido bajo el radar y fuera del alcance del público, las cosas habrían estado bien.

Wabewalker escribió:

He leído su diario casi todos los días por 12 años, desde que tenía 15. He trabajado duro por tener acceso a una prensa libre mientras estaba en China. Ahora, ustedes han demostrado que ya no son parte de la prensa libre, se han corrompido más allá de lo reconocible. Mientras Weymouth se mantenga como directora, voy a boicotear al Post. Este es el último comentario que postearé en este sitio y el último artículo que leeré. Me duele mucho escribir esto, pero ustedes son mercenarios, nada más. Escritores con honor trabajando para el diario protestarán hasta que Weysmouth renuncie. Mientras tanto, iré al Washington Times por mis noticias.

Antontuffnell escribió:

Veamos: el Post se las ha arreglado para alienar a la derecha al hacer periodismo, la izquierda política al no hacer periodismo, y ahora, a todos los demás al ofrecerse para prostituirse a sí mismo al mejor postor.
Buen modelo de negocios el que tienen ahí.

jjhalpin escribió:

Suspiro.
Me voy a casa, pondré una copia de “Todos los hombres del Presidente” en mi DVD y ofreceré un brindis a los buenos viejos días en los que el Post era un diario que valía la pena leer.



*Editor Puro Periodismo

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