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Volver a Lo Valledor cuatro semanas después

Por ~ Publicado el 29 abril 2024

El 1 abril, el Mercado Lo Valledor puso en marcha una polémica medida de seguridad que desde varios sectores se interpretó como una acción discriminatoria, en especial para migrantes: exigir el carnet de identidad chileno vigente como requisito para poder entrar. Ese mismo día fue la prensa con sus cámaras y en vivo salió a todo el país la secuencia de una mujer chilena y sin documentos que, al ser retenida, le quitó el revólver a un vigilante privado, le disparó y además de él hirió a otras dos personas. Las dudas sobre la efectividad de las medidas quedaron en evidencia de inmediato, alimentando el debate. Pero la administración del mercado no echaría pie atrás. Casi cuatro semanas ya pasaron de marcha blanca, y el próximo 6 de mayo el nuevo sistema de control entrará oficialmente en régimen. ¿Cómo ha impactado en el principal mercado de Santiago y uno de los más grandes de Latinoamérica la medida que busca poner coto a la creciente delincuencia e inseguridad en el sector?

Por Mauricio Alarcón y Patricio Pinto


 

El mercado mayorista Lo Valledor, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, es enorme, algo así como una pequeña ciudad dentro de otra: 32 hectáreas de comercio y bullicio donde convergen tanto vendedores como compradores a gran escala. Camiones, carros, cajas llenas de mercadería y personas de distintas edades, sexo y nacionalidad; miles cada día, entrando, saliendo y pululando de aquí para allá y de allá para acá, con música que suena fuerte de fondo y gritos y olores que cruzan el aire. Además del mercado, hay en su interior restaurantes y fuentes de soda, sucursales bancarias, clínicas veterinarias y oficinas, entre otras cosas. Es el mayor mercado hortofrutícola de Chile, y uno de los más grandes de Latinoamérica. Un laberinto de compra y venta donde, si se va a pie, sólo se puede acceder a través de cuatro entradas.

La primera está ubicada sobre Avenida Maipú, frente a las vías del tren, la llamada Puerta 11. Al otro lado, por Avenida Cerrillos, también hay un solo acceso, la Puerta 2. Las otras, las entradas más intrigantes, están en la calle La Rural, una pequeña y angosta vía que divide el recinto en dos: al sur el patio 2 y al norte el patio 1. Al primero se ingresa por el acceso Alfa 1; al segundo por la Puerta 14. Y es aquí donde se encuentra el mayor control de seguridad, ese que se inauguraba con bombos y platillos el lunes 1 de abril y que ese mismo día falló de manera escandalosa.

El incidente salió en vivo y en directo por la televisión y aumentó las dudas respecto a si eran o no efectivas las medidas que se estaban empezando a implementar en Lo Valledor para reducir la creciente delincuencia e inseguridad en la zona, las que eran consideradas desde varios sectores como una acción discriminatoria contra migrantes y, particularmente, contra aquellos que se encuentran en situación irregular en el país. Las críticas vinieron incluso desde el gobierno, en especial, por el requisito excluyente de portar un carnet chileno vigente, que se había anunciado días antes. Sin él, nadie podría entrar.

Ante la polémica generada tras el anuncio de la administración, la prensa estaba expectante por cómo se implementaría, por lo que ese primer lunes de abril, equipos televisivos estaban desplegados en terreno desde primera hora. Fue entonces que Mariana Cea, una mujer indigente chilena de 54 años, se negó a mostrar su cédula de identidad al tratar de entrar y, al impedirle el ingreso con un carro de supermercado, fue retenida por un vigilante privado. Luego, intentó zafarse y le quitó el revólver del cinto, para después disparar varias veces. Además del vigilante, hirió a otras dos personas, entre ellos un camarógrafo de Chilevisión.

“Estábamos todos partiendo con la marcha blanca, y yo mismo le dije al vigilante: ‘Oye, que no haya escándalo, no quiero que haya problemas’, porque lo lógico es que él la hubiera tirado el suelo y esposado rápidamente. Pero claro, habría sido peor, porque las cámaras estaban en vivo. Yo creo que la sacamos barata con ese asunto”, cuenta a Puroperiodismo Marcelo Araya, jefe de Comunicaciones y vocero de Lo Valledor.

Todo ocurrió fuera del mercado, en la calle La Rural. Por ende, la seguridad privada contratada por la administración no tenía la facultad para retener a la mujer ni mucho menos utilizar sus implementos de defensa. Como sucedió en la vía pública, Carabineros debió haber actuado de forma inmediata y tomar el control de la situación.

Esta última calle es donde más se han registrado conflictos entre comerciantes y clientes, así como también la comisión de delitos. Y si bien tras el incidente se especuló con que la medida se reevaluaría, lo cierto es que la administración ya había tomado la decisión y no habría vuelta atrás. La marcha blanca del nuevo plan de seguridad seguiría su curso y el próximo 6 de mayo entrará en régimen de forma completa.

¿Cómo ha avanzado esa marcha blanca y qué impacto ha tenido en el día a día del principal punto de abastecimiento para miles de locales y restaurantes de la Región Metropolitana? Puroperiodismo volvió a Lo Valledor a casi cuatro semanas del incidente. Esto fue lo que encontramos.

 

Accesos y medidas de seguridad

La Puerta 14 sigue siendo la única donde la implementación del nuevo plan pareciera estar en marcha de forma más completa. Mientras los demás puntos de ingreso peatonal son supervisados por un solo guardia que solicita el carnet u otro documento de identificación válido como condición única para ingresar, en el acceso de La Rural cada persona que llega es recibida por más de un guardia que, además de pedir el documento de identidad, hacen pasar por un detector de metales y por el giro de un torniquete.

Eso lo que se quiere implementar para controlar el ingreso de peatones. Sin embargo, la seguridad hoy es flexible. Como la Puerta 14 es la única que tiene esos dispositivos tecnológicos de seguridad, no es utilizada regularmente por los transeúntes que desean ingresar. Solo unos pocos extranjeros la utilizan. De hecho, la mayoría de las personas prefieren las otras puertas que aparecen señalizadas en un folleto oficial que emitió Lo Valledor, en el que indican que solo son cuatro accesos peatonales –quedan fuera las puertas 5 y 4, pues no son exclusivas de acceso en la medida de seguridad implementada–. Y no en todas las ocasiones solicitan la cédula de identidad.

Folleto informativo con mapa del Mercado Lo Valledor y puntos de acceso peatonal.

Folleto informativo con mapa del Mercado Lo Valledor y puntos de acceso peatonal.

Cuando acudimos los días 17 y 19 de abril, estuvimos en el lugar entre las 9:00 y 13:00 horas, y en todo ese tiempo hubo al menos cinco personas que no llevaban su carnet y que, aun así, pudieron ingresar, incluso con carros de carga.

El ingreso de peatones para la compra minorista en Lo Valledor empezó durante la pandemia por Covid-19, cuando se decidió abrir las puertas a vecinos y vecinas de Pedro Aguirre Cerda para abastecerse de alimentos. Para el término de ese período, se siguió dejando entrar gente y se aprendió a convivir con los transeúntes. Pero el mayor flujo vino aparejado con un aumento de delitos, como hurtos o robos, venta de drogas y otros conflictos, muchos de ellos violentos. En octubre de 2023, por ejemplo, un comerciante fue baleado y asaltado: le robaron $60 millones.

Según consigna un artículo de DF Mas, los registros del Plan Cuadrante de Carabineros para ese sector, en lo que va de este año, señalan que ya ha habido unos 124 robos con violencia, un tercio más que los 93 que se registraron en todo 2023; casi el doble que los 68 de 2022 y un 143% que 51 de 2021. Además, la comuna es la que tiene una de las más bajas tasas de detenciones. Fue a partir de todo eso que se decidió aumentar los mecanismos de control y las barreras para el ingreso.

Al interior hay un equipo de monitoreo de 400 cámaras que funcionan 24/7, junto con el equipo de vigilancia en terreno. Las principales divisiones dentro del equipo lo componen guardias de seguridad que visten de rojo y controlan los accesos. Les siguen los guardias de tránsito, que se encargan de verificar la correcta circulación de los vehículos dentro del recinto. También están los guardias tácticos que visten de negro completo, y suelen encargarse de vigilar puntos estratégicos como oficinas o acudir como principal apoyo en caso de disturbios. Y, por último, los vigilantes privados (VVPP), que se encargan de patrullar en motocicletas y resguardar el lugar, siendo ellos los únicos con la facultad de portar armamento disuasivo y de fuego, específicamente, un revólver calibre 38 especial de cuatro pulgadas.

 

“Documento habilitado” y despidos a extranjeros

A pesar de que los afiches informativos con las medidas de seguridad especifican que los peatones deben ingresar con la cédula de identidad chilena, esa no es la única manera de acreditar identidad. Consultado por Puroperiodismo, Araya aclara que, más que exigir que sea la cédula chilena, más bien se pedirá un “documento habilitado”, el cual puede variar según los tratados internacionales de ingreso y tránsito que los distintos países han logrado con Chile.

Lo anterior significa que, si un ciudadano peruano sin carnet nacional quiere entrar a Lo Valledor, podrá hacerlo con su respectivo DNI, pues ese documento es suficiente para que pueda estar en Chile de forma regular. En cambio, un ciudadano venezolano tendrá que mostrar su pasaporte con los respectivos timbres y permisos para estar de forma regular en el país, ya que este es el documento necesario para ingresar desde Venezuela, por los tratados de ingreso entre ambos países.

Folletos relativos a la seguridad que se entregan en el Mercado Lo Valledor.

Folletos relativos a la seguridad que se entregan en el Mercado Lo Valledor.

Otro conflicto que se ha generado por la exigencia de documentos de identificación, es que en muchos de los locales de Lo Valledor trabajan extranjeros, muchos de ellos sin una situación migratoria regularizada. Algunos locatarios señalaron a Puroperiodismo que trabajan con cinco o más trabajadores indocumentados, por lo que no podrán mantenerlos, ya que tendrán impedido el ingreso al mega mercado hortofrutícola.  De esa manera, gran parte terminará perdiendo su fuente laboral.

“Lo que yo no comparto es que, por ejemplo, hay extranjeros que aquí de verdad vienen a trabajar y se les está negando. Pero, de todas maneras, la fiscalización ayuda a que no haya venta de droga o simplemente gente deambulando dentro de Lo Valledor”, dice la locataria Javiera Gálvez.

Algo similar cuenta Jaime Agusto: “Yo trabajo con unos seis extranjeros y ninguno tiene papeles, pero no saben qué hacer, porque como hay tanto trabajo, no han tenido tiempo de ir hacer su documentación. Por mí, no quiero que se vayan, pero por otro lado, no es malo que [desde la administración] estén exigiendo y trabajando para un mejor control. Como jefe y organizador de mi local, si llegara a perder muchos empleados porque no consiguen regularizarse, tengo pensado ir a hablar directamente con la administración y hacerme responsable, si hay que firmar un papel o hacerme cargo de los que no tienen documentos”.

Esta situación ha generado opiniones divididas entre comerciantes y locatarios, pues si bien muchos se arriesgan a perder parte importante de su fuerza laboral, también están conformes con la medida, pues ésta reafirmaría la sensación de seguridad dentro del lugar, lo que responde a esa sensación generalizada de que el aumento de delitos está asociada al aumento de población migrante irregular.

Al preguntarle a Araya sobre el impacto de esos efectos y qué haría la administración de Lo Valledor para hacerle frente, fue tajante: “No hay nada que hacer. Los locatarios que tengan trabajando a extranjeros que están indocumentados no podrán ingresar, jodieron nomás”.

 

La Rural

La calle La Rural cruza y divide el mercado y une las avenida Maipú y Cerrillos. Es un transitado tramo de aproximadamente 450 metros, donde feriantes y clientes intercambian mercaderías y visitan el mercado. Hasta el 23 de enero de 2023, era un espacio privado, pues Lo Valledor tenía desde hacía 25 años la concesión para su uso y administración. Pero, entonces, la Municipalidad de Pedro Aguirre Cerda decidió no renovar el contrato y determinó que La Rural es un bien de uso público. Esta decisión fue ratificada en la sesión extraordinaria N° 2 del 93° Concejo Municipal, en la que se votó por reducir la duración de la concesión y no aceptar la oferta económica de la empresa para prorrogarla, reafirmando el derecho municipal de retomar el control de la calle, ya que muchos feriantes ocupaban ese espacio para instalarse con puestos, creando todo lo que conllevan los intercambios de mercadería.

La municipalidad se comprometió a instalar casetas de seguridad con todo el mobiliario para que funcionarios de su unidad de Seguridad Ciudadana las ocupen, y también a demarcar estacionamientos con vigilancia en todo momento. Si bien eso ocurrió, lo cierto es que pudimos observar que durante los horarios de mayor y menor circulación en La Rural (entre las 10:00 y las 14:00 horas), no hay presencia de operativos o rondas de seguridad civil, como tampoco se han instalado parquímetros establecidos.

El vocero de Lo Valledor dice: “Nosotros triplicamos el monto que traíamos desde los 25 años. No le estamos rogando. Es importante la calle y podemos vivir sin la calle, pero con problemas, porque se generó una especie de tubo de delincuencia. El alcalde y cuatro concejales tienen una obsesión de no sé qué tipo con el tema del mundo privado. Les aclaré que podíamos simpatizar en algunas ideas, pero esta bronca entre el mundo privado y el mundo público ya está superada. Hoy día, si no hay privados cooperando en el sistema con el Estado, se va a complicar en varios ámbitos”.

Consultado por Puroperiodismo, el alcalde de Pedro Aguirre Cerda, Luis Astudillo, junto con señalar que ya estaba “cansado de tener que comentar sobre Lo Valledor”, se limitó a decir lo mismo que ha dicho en declaraciones anteriores:

“En cuanto a la medida, se da cuenta lo improvisado que fueron. Desde el primer minuto salí a respaldar que acá era muy necesaria una coordinación previa, y es por esto que hay que juntarse, hacer un trabajo mancomunado, para que todos podamos aportar en esta crisis de seguridad. Como alcalde, pedí hace mucho tiempo que pudiéramos contar con presencia permanente de Carabineros a través de un retén en el mercado de abasto más grande de Chile. Y de esta forma, haber podido evitar y planificar de mejor manera lo que era una marcha blanca, y que se tiñó de rojo, siendo muy lamentable”.

La municipalidad realizó una consulta ciudadana a fines de 2023 y comienzos de 2024 para determinar democráticamente qué hacer con La Rural: si debía ser administrada por el municipio o por una empresa externa que se adjudique esa labor a través de una licitación pública. Votaron 707 personas y la opción de abrirse a una nueva concesión privada se alzó con la mayoría de las preferencias: 56,86%.

Mientras eso aún no ocurra, La Rural sigue siendo un espacio que hoy está, hasta cierto punto, en tierra de nadie, según señalan fuentes consultadas para este reportaje. Y es ahí donde se han visto la mayor cantidad de conflictos y hechos violentos o delictuales.  El plan de Lo Valledor, en lo próximo, es cerrar el próximo 6 de mayo el período de marcha blanca de su plan de seguridad, y desde la empresa aseguran que no “relajaran” el protocolo. Y eso mismo puede ser, según algunos, una especie de declaración de guerra contra los grupos que comenten los delitos en el sector, comerciantes ambulantes y otros.

Si bien la empresa que administra el mercado ha dado la orden a guardias y otros funcionarios de no hablar con la prensa, uno de los guardias rompió el silencio bajo reserva de identidad y alerta que lo pueda pasar ese día es incierto, pero no se debe bajar la guardia. Dijo: “El 6 de mayo estaremos más preparados que nunca, e incluso vamos a estar todos más violentos, por el contexto que se vivirá”.

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