“Valparaíso Antipostales”: un bálsamo antiturístico de la ciudad puerto

La primera publicación impresa de Huelladigital.cl —un sitio de fotoperiodismo— desnuda a Valparaíso, sus habitantes, sus costumbres y su cultura. Se trata de un resumen sin filtro de las imágenes capturadas durante los últimos cinco años.

Un retrato poco agraciado de la capital legislativa de Chile | Foto: Puroperiodismo

A comienzos de julio les contamos de Huelladigital.cl, un sitio dedicado al fotoperiodismo con sede en Valparaíso, capital legislativa y “cuna de la fotografía en Chile”. El 19 de agosto pasado, en el Día Nacional de la Fotografía, lanzaron su primera publicación impresa: Valparaíso Antipostales.

Se trata de un resumen sin filtro de las imágenes capturadas durante los últimos cinco años. Para sus autores —liderados por César Pincheira, editor del libro—, la ciudad puerto es una urbe fotogénica, pero que se expresa en un sentido distinto a la captura de postales, propia de la fotografía turística, cargada de “artificio” y “nostalgia”.

La colección de Valparaíso Antipostales es variada y prioriza los aspectos cotidianos, aunque también entrega momentos como la quema de un auto en una reciente marcha. Por las páginas del libro desfilan un sonriente hombre sin dientes, una cueca en la plaza, cabezas de chancho apiladas, comida callejera, un transformista entre los baños de hombres y mujeres.

Las jaurías nómades de Valparaíso emergen como protagonistas de las fotografías. O como actores secundarios, pero ineludibles.

Los detalles porteños —inocentes en apariencia— son imortalizados: un “roba aca” (sic) en la placa de la Bolsa de Valores, un derrame ocular de incierta procedencia, las pisadas caninas en el cemento aún fresco, el descarnado mensaje a la feligresía de un bar fértil en guarisnaque y chupilca: “Es lo que hay nomas po’ machucado / no pida guevadas raras”.

Y no faltan los perros. Las jaurías nómades de Valparaíso emergen como protagonistas de las fotografías. O como actores secundarios, pero ineludibles. Ya sea mordiendo a un transeúnte o durmiendo junto a vagabundos, dentro de la mochila de un excéntrico personaje, mordiendo el brazo de un carabinero. Incluso muerto, como captura el lente de Nelson Arancibia en una de las imágenes más fuertes y políticamente incorrectas del libro.

Una foto paradigmática —y, quizás, acorde con los tiempos que corren— es la de una vista del edificio del Congreso Nacional desde calle Victoria. Una esquina, un roñoso afiche de la Teletón, vallas policiales y basura, mucha basura.

Es la mugre como signo de desprestigio. Y el inmueble faraónico —60 mil metros construidos— como expresión de la “ruina arquitectónica” de una ciudad que desde 1990 alberga el poder legislativo, que hace ocho años es Patrimonio de la Humanidad y que pareciera que desde siempre ha estado embriagada por un pasado esplendoroso que resucita, una y otra vez, gracias a los milagros de las postales políticamente correctas.

El libro se puede comprar en la librería Ivens de la Plaza Aníbal Pinto, en Valparaíso. En Santiago está disponible en el Taller Huelén (huelen115@gmail.com). Para más información pueden escribir a contacto@huelladigital.cl.

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