Opinión

Prensa machista

Por ~ Publicado el 6 marzo 2020

No hace mucho un diario publicó que la culpa de un femicidio no la tuvo el hombre asesino, sino “el amor y los celos”. Un canal de televisión publicó exámenes ginecólogicos de una víctima de violencia de género mientras que otro canal daba tribuna a una mujer que defendía a un hombre acusado de intentar matar y sacarle los ojos a su ex pareja. Son casos extremos, pero reales, y una muestra de cuán arraigado sigue el machismo en la prensa nacional. ¿Qué tan sexista son los medios de comunicación en su cobertura del día a día? En esta columna preparada especialmente para el Día Internacional de la Mujer, la académica de la Escuela de Periodismo de la UAH, Lorena Valderrama, revisa no sólo algunos caos, sino que también estudios y cifras que dan cuenta de cómo la brecha de género sigue dominando la agenda, el enfoque y la forma en que se cuentan las noticias. 


Los medios no solamente informan, si no que construyen un relato acerca de lo que ocurre. Es decir, seleccionan algunos hechos que deciden destacar por sobre otros y configuran un discurso sobre la sociedad y su acontecer. Por eso, es que en el marco de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer se vuelve vital mirar nuestros medios y nuestra prensa.

El sexismo con el que se construyen e informan las noticias, no sólo refleja lo que las personas en general, y los periodistas en particular, piensan sobre las mujeres, si no que también normaliza conductas y actitudes. “El amor y los celos la mataron” o “hizo anticucho con la polola” , han sido parte de las más criticadas portadas del Diario La Cuarta en los últimos años. De manera textual, las noticias chilenas han presentado los celos y la dominación masculina como aspectos normales de las relaciones de pareja.

La escandalosa cobertura del caso de Nabilo Riffo, que le valió multas a algunos canales de televisión, es quizás uno de los ejemplos más icónicos de la denigración de las mujeres víctimas de violencia en nuestros medios nacionales. Sin embargo, existen diversas formas de discriminación explícita o implícita hacia las mujeres ejercidas a diario por los medios de comunicación. El estudio Portadas y Mujeres demostró, por ejemplo, que los hombres aparecen en el 77% de las portadas de diarios chilenos, mientras que las mujeres sólo en el 18,4%. Esto sin considerar que cuando aparecen las mujeres, lo hacen casi diez veces más en ropa interior que los hombres, cosificándolas y reforzando que su valor está dado por ajustarse a ciertos cánones culturales de belleza y sexualidad. En el caso general de las fotografías usadas en prensa, las mujeres sólo aparecen en el 26% y los hombres en el 74% de éstas.

Diversos análisis de la información noticiosa realizados en los últimos años por centros de investigación y universidades chilenas y extranjeras han evidenciado cómo la prensa relata noticias con falta de empatía hacia la víctima, morbo, sensacionalismo y escaso o nulo contexto. Lo cual también ha sido denunciado por la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres.

Otras formas de sexismo periodístico las podemos ver en la cobertura de informaciones políticas. Por ejemplo, en los titulares de las noticias chilenas sobre este tema, el 75% de las fuentes consultadas son hombres y sólo el 20,5% son mujeres, aunque han existido fuertes liderazgos femeninos en ministerios, comisiones parlamentarias e incluso la presidencia. Durante las campañas electorales, por ejemplo, las mujeres candidatas y parlamentarias recibieron constantemente menos atención en la prensa que sus contrapartes masculinas, contribuyendo así a reproducir prejuicios contra las mujeres que desarrollan en el ámbito de la política.

Lamentablemente, este es un fenómeno que transciende a la prensa nacional. Según el Monitoreo Global de Medios, solo el 35% de las fuentes consultadas fueron mujeres en temas de ciencia y salud y sólo el 16% de las mujeres figuraban en las noticias políticas.

Desde hace un par de años se viene trabajando en revertir las prácticas de discriminación hacia las mujeres ejercidas por la prensa y quienes en ella trabajan. Se han organizado encuentros, seminarios, campañas, declaraciones publicas e incluso se creó una Guía de Medios no Sexistas, que buscaba cambiar la forma en que los medios de comunicación nacional generaban contenidos. Incluso hace unos meses se creó la Red de Periodistas y Comunicadoras Feministas y se realizaron funas en diversos medios de televisión, radio y prensa escrita que se han caracterizado por su sexismo en la cobertura de noticias y prácticas laborales. Sin embargo aun falta mucho camino por recorrer al respecto.

Hasta que directores y editores de medios de comunicación no tomen real conciencia de cómo los contenidos noticiosos influyen en la normalización de esta discriminación y violencia contra las mujeres y no existan sansiones altas y específicas, poco control ético existirá en las salas de redacción y seguirá la prensa atentando contra el pluralismo. Mientras las escuelas de periodismo no formen a los futuros y futuras profesionales con una perspectiva de género y derechos humanos, pocas herramientas tendrán para proponer otras formas de narrar e informar. Así, la lógica de la prensa machista se seguirá perpetuando en el privilegio de la demanda, hasta cambien los intereses de los consumidores; escudándose en la supuesta objetividad periodística que, aparentemente, sólo muestra (y no construye) realidad.

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