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“Ojos Rojos” y sus lágrimas de triunfo y derrota

Por ~ Publicado el 28 mayo 2010

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Los tres realizadores del exitoso documental “Ojos Rojos” —un registro audiovisual que tardó ocho años en concretarse— fueron los invitados a una nueva versión del Jueves de Reporteros que organiza la Escuela de Periodismo de la UAH.

Ojos Rojos - Revisa la galería fotográficaIsmael Larraín, Juan Pablo Sallato y Juan Ignacio Sabatini son los creadores de uno de los documentales más exitosos de nuestra pequeña industria. “Ojos Rojos” es un registro audiovisual que tardó ocho años en realizarse, fue estrenado el pasado 5 de mayo y más de cien mil personas ya lo han visto en cines.

Un récord impensado, más aún si consideramos que el parámetro de “éxito” era el trabajo de Patricio Guzmán sobre Salvador Allende, visto por 41 mil espectadores.

Esa era la vara de impacto cuantitativo.

La vara conceptual fue una producción francesa realizada con ocasión de la Copa Mundial realizada ahí en 1998. “Les Yeux dans les Bleus” —”Los ojos de los azules”— escoltó al elenco galo desde la concentración hasta la afortunada final en que golearon a un deslucido Brasil.

“Es un trabajo de guerrilla”, dijeron los jóvenes autores, invitados al ciclo Jueves de Reporteros de la UAH. Ellos son los artífices de un proyecto que, como recalcaron, sólo saldría a la luz cuando Chile clasificara al Mundial. A cualquier Mundial.

Por eso fueron ocho años. Los tres primeros los destinaron al seguimiento de lo que, a la postre, fue un fracaso. El proceso eliminatorio para Alemania 2006, iniciado por Juvenal Olmos y finalizado por un dócil Nelson Acosta, los dejó con 90 horas de grabación. Con la derrota ya documentada, en la balanza faltaba un triunfo futbolístico cuya inminencia era tan certera como la debilidad de los procesos mundialistas de Chile.

Postularon a un fondo Corfo y ya no debieron pedir cámaras prestadas, como fue habitual en la etapa anterior. Con la ANFP mantuvieron las confianzas, pero de todos modos la llegada de Marcelo Bielsa, su labia y su parsimonia implicó un nuevo trato con una selección nacional que se acostumbró a ganar fuera de casa. Reconocieron, con humor, que cada derrota en las eliminatorias enfriaba las relaciones con los auspiciadores.

“A Harold [Mayne-Nicholls] lo conocimos en el estreno”, aclaró Sallato para explicar que su trabajo no gozó de prerrogativas o atenciones especiales de la Asociación Nacional de Fútbol.

Los documentalistas plantearon que el trabajo realizado por Galut Alarcón, un montajista al que no le gustaba el fútbol —una postura en las antípodas de los ideólogos de “Ojos Rojos”—, fue esencial, pues le dio una segunda lectura al guión, siempre construido sobre la marcha.

En México ya lo presentaron y tuvieron buena recepción; la colonia chilena residente, dicen, se emocionó, ya fuera con las imágenes de la cordillera de los Andes o con las espontáneas celebraciones en Plaza Italia. Estiman que ese especial que realizó Canal 13 tras la clasificación, “Roja íntima”, fue un “bodrio”, en palabras de Sallato.

El plan, ahora, es enfilar hacia Argentina y, más adelante, participar en distintos festivales. También van a Sudáfrica donde, quién sabe, algo puede ocurrir. No tienen, empero, algún proyecto futuro. “Once, doce horas diarias que le destinamos desde el año pasado —dijo Juan Ignacio Sabatini— no te dejan pensar en una nueva etapa”.

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