Por Catalina Jaramillo*
{*Profesora escuela de periodismo UAH}
No lo puedo evitar. Me molesta que en medio de la Plaza de la Ciudadanía haya un árbol de navidad de Coca-Cola. No entiendo qué hace ahí, frente a la Moneda y otros símbolos patrios.
No es que no me guste la Coca-Cola o que me cargue la navidad. Me encantan. Pero ¿no debiera ponerse la Municipalidad de Santiago con la plata para que tengamos nuestro árbol de navidad independiente? ¿Por qué vender eso a Coca-Cola? ¿Qué sigue? ¿No hay límites?
De todas las reacciones que he oído esta semana al comentar esto, la que más me gusta es la de Alonso, hijo de la Carola Muñoz, secretaria de la Escuela de Periodismo de la UAH, que después de pasar por ahí todas las mañanas un día al llegar al jardín infantil le preguntó “mamá, ¿todos los árboles de navidad son de la Coca-Cola?”
Qué susto.