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Matt Waite y la tecnología: “Lo que el periodista agrega a sus historias es humanidad y sentimiento”

Por ~ Publicado el 27 marzo 2013

Conocido como el creador de PolitiFact, un sitio que verifica los dichos de autoridades y líderes de opinión, Waite es también un entusiasta de las posibilidades de la tecnología para desplazar los límites del periodismo. Y plantea que aún no sabemos qué nos depara.

Waite es profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Nebraska. Foto: Patricio Contreras

Matt Waite sostiene su iPhone, le habla, lo acaricia con la mejilla. Está parado bajo la cúpula del Centro Movistar Innova, en Providencia, para iniciar su charla sobre tecnología y periodismo, sobre sueños y límites. Waite nos quiere contar que, pese a nuestras vagas intuiciones sobre el porvenir de los medios, el escenario que se avizora es incierto, pero abordable.

“El futuro de los medios es más raro de lo que crees”, se titula su exposición, gestionada por Hacks/Hackers Chile. Waite comienza hablando de su iPhone, después muestra un refrigerador con pantalla para tuitear, luego presenta un espejo interactivo.  “Cada muralla de mi casa es un espacio desperdiciado”, denuncia lamentando esta situación.

Su secuencia es parte de una cuidada composición que aumenta en intensidad. Continúa con una mesa —la Surface de Microsoft—, una pantalla/muralla gigante de 85 pulgadas, un reloj sincronizado y el chiche del momento: los Google Glass. Lanza algunas preguntas: ¿acaso no nos gustaría ver lo que Messi ve, la efervescencia a su alrededor en el campo de juego? ¿O lo que observa un jugador de fútbol americano? ¿O un hockista chocando contra el cristal?

Waite no espera respuestas, pues ya tiene la suya: “Hell yeah!”, exclama con una sonrisa infantil.

PERIODISMO EN EL AIRE

Célebre por su PolitiFact —el sitio web del Tampa Bay Times ganador del Pulitzer por verificar las afirmaciones de autoridades y líderes de opinión en Estados Unidos—, Waite es también el fundador del Drone Journalism Lab, un proyecto de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Nebraska-Lincoln creado en noviembre de 2011.

“Los periodistas me preguntan todo el tiempo: ¿debería estar asustado? Y la respuesta es: quizás un poco. Pero no en realidad”.

Los drones son vehículos aéreos no tripulados. Hay de muchos tipos y costos.  Mientras los modelos más avanzados utilizados por el Gobierno de Estados Unidos son objeto de polémica, Waite ha experimentado con aparatos pequeños, que cuestan alrededor de 300 dólares, pero que tampoco pueden eludir las discusiones sobre su idoneidad y pertinencia.

“En EE.UU. el periodismo droide es técnicamente ilegal, pero se rige por las mismas normas de los aviones y naves a radiocontrol para este tipo de investigación”, explica.

Waite advierte que esta tecnología puede ser peligrosa, especialmente si se recurre a ella para monitorear masas de personas susceptibles de ser víctimas de cualquier desperfecto del aparato.

De ahí que las pruebas más exitosas de su laboratorio han sido para registrar la sequía en Nebraska, uno de los quince estados más despoblados en el país del norte, con menos de dos millones de habitantes.

JARVIS, HACIA ALLÁ VAMOS

El uso de drones no es la última novedad del maridaje periodismo-tecnología. Es, si se quiere, una reactualización más económica y accesible de una opción ya existente: los helicópteros.

Waite ve en el horizonte un periodismo coludido con robots —pero robots en forma de software, como aclara Juan Carlos Camus— capaces de procesar información y, por ejemplo, generar historias automáticamente. El paradigma en esta línea es Narrative Science, que ya produce “crónicas” deportivas con resultados y estadísticas.

Sobre estos softwares que redactan historias en menos de un minuto, Waite comenta: “Los periodistas me preguntan todo el tiempo: ¿debería estar asustado? Y la respuesta es: quizás un poco. Pero no en realidad. Lo que este algoritmo no puede hacer es entender emociones. No es humano, por lo que no entiende lo que significa ser humano. Nosotros, los seres humanos, somos seres complejos”.

Para Waite la masificación de los los microprocesadores en los medios de comunicación nos permitirá recolectar datos que nunca creímos posible obtener. Él tiene un sueño: construir una red con mil sensores en su comunidad para registrar los niveles de ruido. “Y quiero mapearlo en tiempo real”.

Su propuesta parece pequeña, pero se anuda a una expectativa mayor: el periodismo sí puede verificar con independencia lo que las autoridades hacen y dicen. Y no por depender de tecnologías cada vez más pequeñas, baratas y masivas el oficio será menoscabado. “Lo que el periodista agrega a sus historias es humanidad y sentimiento”.

En el horizonte de Waite están los software tipo Jarvis de Ironman, un asistente virtual que nos acompañe como un lazarillo, descifrando problemas, proponiendo soluciones. Pero jamás reemplazándonos.

Porque. como si fuera el cierre de una prédica, el pastor Waite —evangelizador de una convivencia fértil entre periodismo y tecnología— anuncia para tranquilidad de sus fieles: “No hay un algoritmo para ‘lo humano’. Y puede que nunca lo haya”.

*Este artículo ha sido revisado para reflejar la siguiente adición: el organizador de la charla de Matt Waite en el Centro Movistar Innova fue Hacks/Hackers Chile.

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