Tras el brutal atentado en contra de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, que terminó con la vida de 10 miembros del medio y dos policías, el historiador Manuel Gárate pone en valor las caricaturas políticas sobre Pinochet que realizó la publicación, tanto después del Golpe en 1973 como tras su detención en Londres, en 1998. “Ellas representan el interés de estos periodistas y dibujantes por la defensa internacional de los derechos humanos y la suerte de un país tan lejano como Chile, pero cuyo drama reciente no los dejó indiferente”, escribe Gárate.
Estas palabras son escritas únicamente a título personal y a partir de mi experiencia como investigador en el marco de un proyecto FONDECYT de posdoctorado en historia que trata sobre la imagen caricatural de Pinochet en el extranjero entre 1973 y 2006. Es así que me permito reproducir algunas de las caricaturas publicadas por Charlie Hebdo entre 1998 y 2000, y que fueron elaboradas por algunos de los dibujantes asesinados este miércoles 7 de enero de 2015. La mayor parte de estas imágenes fueron obtenidas de la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) entre 2012 y 2013, donde se encuentran disponibles todos los números de CB. Este periódico satírico francés es reconocido por su humor ácido, irreverente, impertinente y sin concesión alguna, donde ninguna religión, poder o integrismo, quedaba exento.
Personalmente no conocí a ninguno de los caricaturistas asesinados, aunque tuve una interesante conversación telefónica con el más experimentado de ellos (Jean Cabut, alias Cabu), a quien pensaba entrevistar a fines del 2015 dentro del marco de mis investigaciones, y quien justamente me confirmó la importancia referencial y estética de Pinochet dentro de la lógica de la representación gráfica del mal. Lamentablemente no podré entrevistarlo a él ni tener las impresiones de ninguno de sus colegas de Charlie Hebdo.
En estos momentos cuando la caricatura política y el periodismo están de duelo, quienes tuvimos la suerte de conocer el trabajo de los dibujantes del semanario Charlie Hebdo, nos sentimos con el deber de expresar nuestro apoyo a todos quienes defienden con su vida la libertad de prensa. Lo inimaginable se volvió probable y finalmente posible. En un país como Francia, con una tradición centenaria de la caricatura política, desde los primeros trabajos de Honoré Daumier en el siglo XIX, la brutalidad de este ataque golpea fuerte a una sociedad ya tensionada por los extremismos políticos y religiosos. Si bien el humor político es un oficio no exento de riesgos, las primeras señales de un real peligro integrista contra la caricatura de prensa surgieron luego de la polémica sobre las caricaturas de Mahoma publicadas por el periódico danés Jyllands-Posten en 2005, y reproducidas por Charlie Hebdo en 2006. A partir de ese momento, la mayor parte de los caricaturistas europeos vinculados a la sátira y a la crítica humorística del Islam, han vivido bajo amenaza o bien protección policial. Los propios integrantes del semanario reconocieron sentirse bajo una Fatwa (condena), reflejada en los cientos de mensajes amenazantes que la redacción recibía diariamente, y que irónicamente llamaban shit storm (tormenta de mierda).
Respecto de nuestra propia historia reciente, la prensa francesa y especialmente la satírica no estuvieron ajenas al impacto del arresto de Augusto Pinochet en Londres, quien ya, desde el 11 de septiembre de 1973, se había transformado en una figura internacional de la traición y de la ignominia. El semanario Charlie Hebdo (surgido tras el fin de la revista satírica y libertina Hara-Kiri), fue creado en 1970 bajo el influjo de las ideas libertarias, irreverentes e incluso insolentes de mayo de 1968. La publicación solidarizó con la derrocada democracia chilena al denunciar frontalmente al Golpe de Estado y a la tibieza del gobierno francés (3 imágenes de 1973).
Esto dentro del marco de las noticias que llegaban desde Chile y los testimonios de los refugiados políticos que arribaban a Francia. Entre 1974 y 1990 la imagen caricatural del dictador fue reproducida en éste y otros medios franceses con ocasión de la conmemoración del 11 de septiembre o bien por las noticias que llegaban de la represión en Chile. Sin embargo, fue el arresto de Pinochet en Londres en octubre de 1998, que generó un verdadero interés en el ex-dictador, aunque esta vez como símbolo internacional de las violaciones a los derechos humanos, justamente cuando se discutía el procesamiento de Slobodan Milosevic por los horrores cometidos durante la guerra de la ex-Yugoslavia. Los crímenes cometidos en Chile y en el extranjero por la policía secreta del régimen, así como su estética de los anteojos negros y del uniforme prusiano, no podían dejar indiferentes a una prensa europea sensible a sus propias catástrofes del siglo XX. De alguna manera, Pinochet se transformó en el villano perfecto, o en el “villano invitado”, como solía decir una vieja serie de TV de los años ’60.
Entre las decenas de caricaturas de Pinochet publicadas entre 1998 y 2000 (sólo en Francia), desde un primer momento destacaron aquellas del semanario Charlie Hebdo, tanto por la irreverencia del humor, como así por la variedad y calidad de los dibujantes involucrados. A continuación reproducimos algunas caricaturas de los dibujantes Charb (director de la revista), Cabu, Honoré, Tignous, Willem y las portadas de Gébé, Tardi y Riss (este último también gravemente herido durante el ataque). Ellas representan el interés de estos periodistas y dibujantes por la defensa internacional de los derechos humanos y la suerte de un país tan lejano como Chile, pero cuyo drama reciente no los dejó indiferente. Nuestro homenaje también está dirigido a todas las víctimas del ataque y a quienes defienden la libertad de prensa y la seguridad de todos los caricaturistas del mundo a través de la asociación Cartooning for Peace (Dibujando por la paz), creada por el caricaturista Plantu bajo el alero de Naciones Unidas el año 2006.