En su entrevista con Puroperiodismo, además de abordar los difíciles momentos que vivió en Colombia y el riesgoso contexto del periodismo latinoamericano, el periodista Hollman Morris aprovechó de referirse al conflicto mapuche en nuestro país, esbozando una respuesta que engloba todas las reivindicaciones de pueblos indígenas alrededor del continente americano.
—Acá en Chile se ha agudizado un conflicto entre el Estado y comunidades mapuches, y esto responde a una revindicación histórica de los pueblos originarios. Además, en los últimos meses se ha intentado vincular a estos grupos con las FARC colombianas. ¿Tú sabes algo al respecto?
Yo tengo noticias de la problemática del pueblo mapuche, pero voy a contestarte lo siguiente. En este momento, en toda nuestra América Latina —desde México, Centroamérica, Colombia, Brasil, Perú, Chile, Argentina— uno de los movimientos y presiones sociales más importantes para la reivindicación de derechos, es el movimiento indígena. Lo que está pasando en Chile no es aislado de lo que está pasando con el movimiento indígena en Colombia, no es aislado de lo que está pasando con el movimiento indígena peruano, sobretodo en el Amazonas, no es aislado de lo que está pasando con algunas comunidades indígenas en Chiapas, México.
Hay que verlo como un todo. Yo veo el movimiento indígena de nuestra América del Sur, Centroamérica, Norteamérica, como una gran expresión de movilidad social, que está reivindicando no solamente los derechos de los pueblos indígenas, sino también los derechos de millones y millones de latinoamericanos.
Hemos visto que la estrategia, tanto en Colombia, en México, en Perú, ha sido tratar de vincular estas expresiones sociales indígenas con movimientos insurgentes, con movimientos alzados en armas, especialmente con la guerrilla de las FARC. Yo no creo que el movimiento mapuche sea tan ingenuo de entablar relaciones con la guerrilla de las FARC, ya que sabemos que la estrategia de los sectores más extremistas, más intolerantes de nuestras sociedades, es utilizar, tratar de armar montajes de vínculos con la guerrilla colombiana de las FARC, para deslegitimar la protesta social en nuestro continente.
Y por otro lado, yo pediría que la guerrilla de las FARC —como lo he dicho públicamente en Colombia— respetara la autonomía de los procesos sociales, especialmente la autonomía del proceso social de los pueblos indígenas, en Colombia y en cualquier parte del mundo.