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Gonzalo Pinochet, presidente de Nuevas Generaciones UDI, a días del plebiscito: “Creo que los cambios se pueden impulsar en un nuevo proceso constituyente”

Por ~ Publicado el 1 septiembre 2022

Los jóvenes fueron clave en los resultados electorales que dieron el triunfo al Apruebo en 2020 y a Gabriel Boric en 2021, y se espera que este domingo su participación tienda a favorecer la propuesta de una nueva Constitución. Sin embargo, el presidente de las juventudes de la UDI, Gonzalo Pinochet, asegura en esta entrevista que eso no será necesariamente así y que, si gana el Rechazo, se debe iniciar desde cero un nuevo proceso constituyente que no rescate nada del trabajo que por un año realizó la Convención Constitucional.     


 

Los procesos electorales que siguieron al estallido social del 18-O han dado cuenta de un fenómeno que no se veía hace ya varios años en Chile: los jóvenes están cada vez más interesados en participar activamente en los procesos políticos del país.

Los datos del Servicio Electoral (Servel) lo demuestran. Si en la elección que llevó en 2017 a Sebastián Piñera por segunda vez a La Moneda apenas un 17,2% de los votantes tenía entre 18 y 29 años, para el Plebiscito de 2020 ese grupo aumentó a un 24,2%, casi un cuarto del total. Y la gran mayoría votó Apruebo por una nueva Constitución. Esa alta participación también se vio reflejada en la segunda vuelta presidencial de noviembre de 2021, cuando –según un análisis de Decide Chile– dos de cada tres personas menores de 30 años marcaron su preferencia por el ahora Presidente Gabriel Boric.

Si bien los expertos suelen vincular el voto joven con posturas más identificadas con la izquierda, Gonzalo Pinochet (27), actual presidente de Nuevas Generaciones de la UDI, explica en esta entrevista con Puroperiodismo que no lo ve tan así, aunque sí reconoce que son los de ese sector quienes “alzan más la voz y participan más”.

Al contrario de lo que indican los datos oficiales, Pinochet cuenta que tras el 18-O varios jóvenes se han inscrito a las filas del partido que fundó Jaime Guzmán, uno de los padres de la Constitución de 1980, cuya continuidad se determinará este domingo 4 de septiembre, cuando la ciudadanía apruebe o rechace en las urnas la propuesta de nueva Constitución que elaboró durante el último año la Convención Constitucional.

A juicio del dirigente coquimbano y licenciado de derecho en la Universidad Católica del Norte –ferviente promotor del Rechazo a la propuesta de nueva Constitución–, Chile nunca tendrá una mejor Carta Magna que la que rige desde la dictadura militar, aunque asume que en 2020 el Apruebo ganó por paliza y que se debe respetar esa decisión.

A continuación, Pinochet se refiere al rol actual de la juventud en la UDI y se desmarca de la vieja guardia y los “coroneles” que dominaron el partido durante las últimas décadas. Habla de su papel en las campañas y asegura que, si gana el Rechazo, se debería iniciar un nuevo proceso constituyente. También menciona algunos de los pilares que le gustaría ver incluidos en el nuevo texto que pudiera surgir de esa instancia: sobre los pueblos originarios, descentralización, medioambiente y más. Y aunque dice que en la propuesta que se votará el domingo hay un 30% de cosas buenas y 70% de cosas malas, tiene claro que no rescataría nada de ahí y que para el proceso que vendría tras un eventual triunfo de su sector en el plebiscito, lo mejor sería partir de cero. “No utilizaría jamás como base el proyecto de la nueva Constitución”, sentencia.

Gonzalo Pinochet, presidente de Nuevas Generaciones de la UDI.

Gonzalo Pinochet, presidente de Nuevas Generaciones de la UDI.

–Se estima que la mayor parte del voto joven se vincula con la izquierda. ¿Crees que es así?

No puedo decir que la mayor parte de los jóvenes son de izquierda; sí puedo decir que ellos alzan más la voz y participan más. Principalmente, por la influencia hegemónica cultural que impulsan los movimientos de izquierda y porque también hay una ideologización gigante en cada una de las federaciones de estudiantes y centros de alumnos, entre otros. Debido a la cultura de la cancelación, donde todo lo que no son sus ideales no está bien, se genera una censura hacia el otro lado, por donde hay una mayor dominación cultural, ellos alzan más la voz. Pero eso no quiere decir que no haya jóvenes que piensan diferente.

–¿Crees que es más fácil ser juventud de derecha o de izquierda en el contexto de polarización actual?

Ser joven de izquierda, en mi pensar. El joven de derecha es víctima de la cultura de la cancelación, cargando contra todo este avance cultural, por ende, aunque el joven piense distinto, tiende a esconderse. Para nosotros, es difícil contrarrestar esta cultura de la cancelación en las universidades. Yo les digo a los jóvenes que quieren empezar con estos movimientos o a los cuales formo para que sean buenos dirigentes estudiantiles, que nuestra gente está hasta en la universidad más de izquierda, pero no alzamos la voz debido a esta cultural de la cancelación, ni con la misma libertad que tiene la izquierda, debido que si todos dicen que sí y tú dices que no, es casi revolucionario.

–¿Cómo se manifiesta esa cultura de la cancelación a la que te refieres?

Yo lo he vivido: tengo amenazas de muerte en la universidad. Hace un tiempo una persona me tiró un escupo en la cara, insultándome y diciéndome “fascista de mierda”, para luego decirme que tiene una bala con mi nombre. Me han agredido… y claramente yo también me he defendido. Esto, en todo caso, no es nada comparado con lo que les ha pasado a otros dirigentes de mi sector. Pero entiendo que lo que me mueve a mí en la política y en la vida es algo trascendental, es una voz que nunca tiene que callarse, porque hasta en el lugar polarizado va a haber gente que vale la pena del mundo dar esta pelea. Inclusive a dar la vida por lo que uno cree.

–¿Cuál es actualmente la labor de los jóvenes en la UDI?

Mi directiva tiene distintas áreas. Está el área de formación, por ejemplo, donde se trabaja en cómo uno habla, los valores, etc. También está el área de formación intelectual, ya que nadie puede transmitir a otro lo que no tiene o sabe; estudiamos a muchos autores de distintas corrientes políticas. También está la de formación política, donde les enseñamos cómo ganar, así como también qué cosas son permitidas en una campaña y las que no, la historia del partido, qué estrategias usar… Y por otro lado, tenemos el departamento social, lo cual pongo énfasis en ponerlo en práctica en los sectores más vulnerables. Yo vengo de abajo, y en mi región el partido descansaba en los sectores más vulnerables.

–¿En qué se diferencia hoy la juventud UDI de la “vieja guardia”?

Lo primero que les digo a mis jóvenes es que no puede haber tabúes: tenemos que tener la capacidad de discutir y tratar todos los temas que sean necesarios. A veces los adultos se olvidan de cómo comenzaron y el sentido trascendental de la causa, muchas veces l juventud del partido piensa de manera muy distinta a la de los adultos. Claro, como todo partido que creen en la libertad, también de disentir cuando uno lo cree necesario.

–¿Ha aumentado o disminuido la participación y militancia de jóvenes UDI tras el estadillo social?

¡De todas maneras! Me sorprende gratamente que han llegado muchos jóvenes a firmar su ficha de militancia. Llegan porque nos ven en Instagram o porque nos han visto en la calle, entre otros. Lo único que rescato del estadillo social es la proliferación de la participación juvenil, sobre todo en nuestro sector. La izquierda siempre se ha caracterizado por gritar más, pero tratamos de darle batalla. Para nuestro sector, esto fue demasiado importante; mucha gente a la que no le importaba la política ahora participa, sale a la calle, se instruye. Estos jóvenes son los recambios, se trata de ir pasándole la posta a las nuevas generaciones.

–¿Qué impacto ha tenido el aumento del Rechazo en las encuestas de los últimos meses sobre la participación y adhesión juvenil del partido?

Evidentemente tenemos que entender que es la octava elección en un año y medio, y nos ha ido super mal. Por ejemplo, no ganamos el tercio en la Convención Constitucional, y es por eso que salió el texto que salió. El Rechazo es algo transversal; hay gente de derecha, de centro –los Amarillos por Chile, por ejemplo– y también gente de centro izquierda. Esto motiva a los jóvenes a seguir dando la pelea, a seguir yendo a campañas, los veo entusiasmados en eso y como de la nada nos piden más material para compartirlo con sus amigos. Esta elección está siendo una muy buena escuela formativa para nuestros jóvenes. Liderar esta juventud ha sido un gran desafío, pero también un gran honor.

 

“No vamos a tener nunca una mejor Constitución que ésta”

–Desde la misma UDI se ha planteado que la Constitución de 1980 “está muerta”. Si el Rechazo implica mantener ese texto, ¿a que aspiran si triunfa esa opción este domingo 4 de septiembre: reformar la vigente en el Congreso con el nuevo quorum de 4/7 o impulsar un nuevo proceso para definir un nuevo texto?

El Rechazo no implica necesariamente mantener la Constitución del ‘80. Por mucho que algunos de la derecha no lo pueden superar, la Constitución actual –la cual creo que es muy buena y que jamás va a haber una mejor Constitución que ésta– cayó en el plebiscito de entrada, y no con cualquier porcentaje, sino con un 80/20. No vamos a tener nunca una mejor Constitución que ésta, que sea capaz de, a través de sus atribuciones constitucionales, reducir la pobreza de un 50% a un 7,8%; es imposible, a mi pensar.

Me duele mucho, pero Chile dijo otra cosa: se pronunció y dijo que quería una nueva Constitución. Ahora, la izquierda falló ahí. Pensaron que querer una nueva Carta Magna iba a significar que los chilenos iban a querer cualquiera, y eso no es así, es por eso que el Rechazo sigue en aumento. Fue la UDI la primera en pronunciarse respecto a lo que se aprobó para rebajar los quorum de 2/3 a 4/7 para impulsar reformas y cambios y tener los quorum necesarios. Con 4/7 marginaste a los dos extremos y se puede hacer un acuerdo más transversal, eso es una prueba de confianza en que estamos por los cambios y que entendemos que la Constitución del ‘80 perdió en el plebiscito de entrada.

–¿Pero cómo seguir: comité de expertos, una nueva Convención Constitucional…?

La UDI está comprometida con cambios constitucionales, cambios serios y de manera transversal. Yo creo que los cambios se pueden impulsar en un nuevo proceso constituyente, la UDI está comprometida. Con el quorum de 4/7 podemos impulsar medidas que sean razonables, que respeten el estado de derecho y también la separación de poderes y, claro, que sea responsable.

–¿Qué cambios promoverían para un nuevo texto?

Creo que hay que avanzar en varias cosas. Para financiar un catálogo de derechos sociales necesitas que el Estado recaude más, pues no tiene ni más ni menos dinero que lo que tienen los contribuyentes, y cuando el estándar de vida de las personas está paralizado, evidentemente el Estado va a recaudar menos. Entonces, en primer lugar –diría yo–, crecimiento: el Estado debe incentivar este tipo de cosas. Las pymes, por ejemplo. El Estado debe recaudar y, cuando lo haga, puede financiar otras cosas como la salud o la educación.

La descentralización es súper importante. Las Regiones deben tener una voz más fuerte. Tenemos a los gobernadores regionales, pero ¿qué facultades tienen? También podríamos reforzar ciertas cosas que tienen que ver con el control de constitucionalidad.

Independiente de ello, Chile quiere una nueva Constitución, y creo que ésta debe tener un buen reconocimiento a la dignidad humana, a la libertad. También a la igualdad ante la ley. Debemos tener ciertos pilares, principio democrático, estado de derecho, poderes del estado autónomos, principio de separación de funciones, también se pueden modificar cosas como tener elecciones intermedias, alternas.

En cuanto a medioambiente, podemos innovar muchas cosas, sobre todo porque el Estado es el mayor atentatorio contra el medioambiente, y también las empresas. Entonces, creo que esa regulación es una deuda pendiente. Hay que impulsar esas reformas dentro del sentido común. Yo no desconozco que en esta propuesta hay buenas cosas, pero es un 30/70, a mi parecer.

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–¿Qué mantendrías de la propuesta de nueva Constitución que hoy está sobre la mesa? ¿Algo que rescatar de ese 30%?

No utilizaría jamás como base el proyecto de la nueva Constitución, aunque si tuviera cosas más buenas que malas, de todas maneras. Pero siempre he pensado que es importante un reconocimiento constitucional a los pueblos originarios. Nosotros tenemos muchos militantes que son mapuche, y cuando se habla de que todos los mapuche son terroristas, eso no es así: el problema en la macrozona sur no es una pelea de chilenos contra mapuche, es una pelea de chilenos y mapuche contra terroristas. Entonces, el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios es fundamental. Pero yo no usaría como base el actual proyecto.

–¿Cuál es tu postura ante la comentada franja del rechazo donde se ve a una persona trans decir que no denunció a su agresor como “un acto de amor”?

Yo me dedico al derecho y puedo entender que una persona decida perdonar, ese es un proceso personal. Pero cuando empezamos a confundir el perdonar con no hacer justicia, ahí tengo problemas. Está bien perdonar, hay gente que puede y gente que no, pero eso no tiene relación con no hacer justicia; el perdón no pasa por el “lo perdono, no denuncio”, no tiene relación. Uno tiene la obligación de hacer ese tipo de denuncia, por mucho que tú perdones, si a otra persona le cagan la vida y esa persona sigue suelta, está poniendo en riesgo a otras personas. Yo no me siento representado con esto, para nada. Ahora, el aprovechamiento político ha sido gigantesco, pero bueno…

–¿Cuál ha sido el rol que han asumido en esta campaña del Rechazo desde Nuevas Generaciones UDI?

Tanto nuestros ex constituyentes como las Nuevas Generaciones de la UDI, sobre todo en la Región Metropolitana, hemos sido decisivos para el funcionamiento de esta campaña. Hemos podido, en un mismo día sábado, desplegar a nuestra juventud en cinco distritos distintos. El rol ha sido bastante gravitante, tenemos un excelente equipo, las mujeres –me saco el sombrero ante ellas– son atómicas. Hemos podido movilizar, las campañas que valen más la pena se ganan en la calle. Es súper gratificante, te das cuenta de que hay gente que lleva toda una vida haciendo esta pega y otra para la que es su primera vez.

–¿Qué opinas respecto a la desinformación en las campañas de este plebiscito, ya sea de izquierda o de derecha? ¿Que han hecho para combatirla?

Siento que es bastante desafortunado. Desde que se disolvió la Convención, la mejor campaña para el Rechazo es, en primer lugar, el mismo texto. En segundo lugar, los bochornos de la Convención. La izquierda tiene hoy escondidos a sus ex constituyentes, quienes nos recuerdan esos bochornos. Todo esto, el reírse de los chilenos, es la mejor campaña para el Rechazo. Nosotros tenemos el deber de hacer campaña respecto de lo que no nos gusta del texto. Esto no es algo político, sino una cuestión humana. Entendemos que es perjudicial para Chile, es apagar un incendio con bencina respecto a los problemas que afectan a nuestro país.

–¿En qué se basa su campaña?

En movilizar, pero evidentemente hablar de los grandes problemas que tiene este texto, sus consecuencias: por ejemplo, la plurinacionalidad, la eliminación de libertad de enseñanza, las autonomías territoriales indígenas, los sistemas de justicia distintos. Tenemos el deber moral de exhibir este tipo de cosas, de exhibir lo que puede significar la eliminación del Senado, por ejemplo.

–A modo de resumen, ¿cuáles son las razones por las cuales llamas a votar Rechazo?

Cuando tratamos de tapar el sol con un dedo, las cosas nos salen mal. Principalmente, porque Chile se caracteriza por una tradición institucional y sobre todo estos últimos 30 años en los cuales se podían llegar a acuerdos en un contexto institucional, en un ambiente en el cual las cosas muchas veces costaban, pero se podía salir adelante. El proyecto que se nos propone atenta no solo contra el alma de nuestro país, también pretende crear ciudadanos de primera y segunda categoría, permite desconocer las tradiciones y realidad de nuestro país. Cuando la izquierda nos dice que quieren más poder para el pueblo, es más bien más poder del Estado sobre el pueblo. Y, sobre todo, atenta contra la unidad de los chilenos: es un proyecto no en los que nos une, sino en lo que nos divide, nos segrega, creando ciudadanos de primera y segunda categoría con derechos distintos. Pero lo más importante para votar Rechazo es que no podemos legitimar a quienes escribieron este proyecto, cómo se rieron de nuestro país, de nuestros emblemas patrios, cómo se le faltó el respeto a nuestro país y cómo se ninguneo a muchos chilenos.

–¿A qué te refieres con “ninguneo”?

Cuando tienes un proceso constituyente que nos prometía participación popular, pero cuando las iniciativas más votadas quedaron fuera de este borrador, porque la izquierda tenía mayoría absoluta en la Convención, te das cuenta de que te estaban engañando, fue una participación popular solo para el papel. Creo que la Convención Constitucional se rio de Chile. Pero lo más importante es la inmensa cantidad de chilenos que quedaron fuera de este texto, no podemos legitimar eso.

 

 

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