Entrevistas

Ex directora social del SJM sobre el vínculo migración/delincuencia: “Los periodistas tienen una alta responsabilidad, porque a ciertos crímenes le ponen nacionalidad, pero cuando lo comete un chileno, no”

Por ~ Publicado el 29 agosto 2024

Agosto ha sido un mes agitado en materia de seguridad: sólo la última semana hubo 16 homicidios en la Región Metropolitana, profundizando una crisis que tiene contra las cuerdas al gobierno. En ese contexto, la relación delincuencia/migración ha tomado aún más fuerza en el discurso de ciertas autoridades políticas y líderes de opinión, lo que ha calado en la opinión pública. Según la última encuesta Cadem, un 28% de las personas consultadas apunta a la migración como detonante en el aumento de la delincuencia en Chile y un 89% asegura que los delitos son mucho más violentos que hace un año. ¿Cuál es la relación real entre ambos fenómenos y cómo está nuestra sociedad enfrentando la ola de migración? Puroperiodismo conversó sobre el tema con la psicóloga Andrea Espinoza, ex directora social del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y actual directora de Comunidad Universitaria en la UAH.


La relación entre los fenómenos inseguridad/migración no es nueva. Ha estado presente en el discurso público de candidatos en diversos procesos electorales de los últimos años en el país, en dichos de diversas autoridades y en columnas y entrevistas de distintos líderes de opinión. También es una constante en la cobertura mediática de los delitos que se cometen en Chile: la nacionalidad de los involucrados pareciera ser un factor obligado a considerar y mencionar, al menos cuando los victimarios son extranjeros.

Los datos duros dan cuenta de que sí, ha aumentado la delincuencia en el territorio nacional y también la migración, sin que necesariamente haya una correlación de causalidad entre ambos fenómenos. Pero en la opinión pública pareciera que cada vez se ven más entrelazados.

Según datos del Banco Mundial, hay cerca de 532 mil migrantes venezolanos en Chile, además de otro millón de personas de otras nacionalidades. La gran mayoría eligió salir de sus naciones para buscar mejores oportunidades económicas, sociales y políticas, por lo que este país se ha convertido en un lugar donde pueden soñar con estabilidad y cobijo. Sin embargo, la última encuesta Cadem arrojó que un 51% de las personas encuestadas considera que la migración ha sido un detonante de la crisis de inseguridad y el 28% lo menciona de forma espontánea como el principal motivo que incide en el alza de la delincuencia.

La psicóloga y magíster en sociología Andrea Espinoza, ex directora social del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) y actual directora de Comunidad Universitaria en la UAH, se refiere a esta situación en esta entrevista, y asegura que no existe evidencia aún que establezca una relación de causa/efecto entre los fenómenos, y que esa “percepción negativa está vinculada a los medios de comunicación, que de alguna forma han ido ligando la migración con la inseguridad”.

Andrez Espinoza, ex directora social del SJM y actual directora de Comunidad Universitaria UAH.

Andrez Espinoza, ex directora social del SJM y actual directora de Comunidad Universitaria UAH.

“No hay evidencia para asociar migración con peligrosidad”

–¿Cómo se puede entender la crisis humanitaria por la cual están llegando tantos migrantes a nuestro país, principalmente desde Venezuela?

La percepción que tiene la ciudadanía ante Venezuela es una percepción distinta a las crisis de armas, por ejemplo: el caos de Ucrania y Rusia por la guerra. Los chilenos y chilenas tendemos a ver eso como más urgente que la crisis humanitaria. La mayoría de las personas que llegan a Chile desde Venezuela en los últimos años, ingresan al territorio nacional por pasos no habilitados, es decir, de forma terrestre, y la mayoría lo hace caminando por el norte de Chile, ya sea por la frontera de Arica, Chacalluta o la frontera de Colchane, en la Región de Tarapacá. Al ingresar por un paso no habilitado, las posibilidades de regularizarse son muy escasas. Las personas que se pueden regular y estar en Chile son niños y niñas. Es un círculo, porque los padres o la mayoría de las madres, si no se pueden regular no tienen rut, y no pueden acceder a un trabajo formal. Creo que la manera más adecuada y urgente, es que todas las personas que han llegado a Chile por pasos no habilitados se puedan regularizar.

 

–¿Cómo afecta en materia de seguridad que estas personas migrantes no tengan acceso a una regularización?

No ha habido en Chile una regularización masiva desde 2018, y eso conlleva a que, como no tienen sus papeles al día, no sabemos quién está dentro de nuestro territorio. Podemos estimar un número porque, cuando uno llega a Chile por paso no habilitado, hay un trámite que se llama autodenuncia, que es como decir “yo, Andrea Espinoza, estoy irregular en el territorio chileno”, pero no sabemos nada más. Si se identifica a los ciudadanos extranjeros que están en el país, va a ser más fácil saber quiénes son, cómo se llaman, dónde viven actualmente. Cuando se genera la regularización, hay requisitos, y uno es no tener antecedentes penales.

–¿Cómo se explica que la percepción de la ciudadanía apunte a la migración como la responsable de aumentar la inseguridad?

No hay evidencia para asociar migración con peligrosidad o inseguridad, no existe evidencia todavía para saber si hay delitos que cometen ciertos migrantes. Lo que pasa es que los casos están siendo de alta connotación pública y antes en Chile no se veían, pero no existe aún evidencia desde el punto vista académico cuantitativo, es muy limitada la producción de información y conocimiento científico sobre eso.

 

– ¿A qué se debe entonces la sensación de rechazo hacia los migrantes?

Hay una encuesta que sacó la Universidad Católica (Encuesta Bicentenario) y que le pregunta a la población nacional: ¿piensa usted que la migración es un problema? En la última edición del sondeo, el 70% dijo que sí, y después hay una siguiente pregunta: ¿usted ha tenido alguna vez problema con un migrante? Menos del 20% ha tenido un problema directo con un migrante. La percepción negativa está vinculada a los medios de comunicación, que de alguna forma han ido ligado la migración con la inseguridad. También los periodistas tienen una alta responsabilidad, porque a ciertos crímenes le ponen nacionalidad, pero cuando lo comete un chileno, no.

 

–¿Cómo se explica socialmente este actuar de los chilenos?

Puede que estemos ante un choque cultural. Históricamente, no hemos sabido cómo relacionarnos ni siquiera con nuestro propio pueblo originario. Por supuesto que hay costumbres que nos van a costar más, pero la convivencia finalmente es una construcción.

Si los chilenos en general tendemos a escuchar la música un poco más baja que las personas de ciertos países de Latinoamérica, hacer que este problema no exista no es la solución, sino que conversar cara a cara y buscar soluciones. Este problema está en todo tipo de espacios, es un tema convivir entre estudiantes, entre estudiantes y trabajadores, entre estudiantes y profesores. No sé si es un problema de Chile, pero falta emplear mayor comunicación y enfrentar las diferencias.

 

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