Por Angélica Bulnes
Hace pocos días se conmemoraron los 20 años del Desastre de Hillsborough, ocurrido el 15 de abril, el mismo día que en China comenzaron la protestas que terminaron con la masacre de Tiananmen. En Hillsborough también corrió sangre, pero no por una causa, ideología o creencia, sino que por impericia policial y mala infraestructura.
Durante un partido de fútbol entre el Nottingham Forest y el Liverpool FC murieron aplastados 96 fans de este último equipo. Inicialmente la opinión pública le cargó los muertos a los seguidores de Liverpool. Como ya tenían un precedente (ver Tragedia de Heysel) se anunció era todo culpa de los holligans que produjeron una estampida que terminó con los fans aplastados contra las barreras del estadio.
The Sun tuvo un infame papel en el asunto. Cuatro días después del desastre, bajo un titular que decía “La verdad” acusó a los fans de haber hecho pipí sobre los cadáveres y de saquearlos. “The Sun dijo que le estábamos robando a los muertos. Si alguien estaba buscando algo en sus bolsillos eran sus identificaciones”, le explicó a The Guardian un fan aún dolido 15 años después. Por eso, al mismo tiempo que en distintas ciudades del mundo grupos musulmanes quemaban copias de Los versos satánicos, en Liverpool se le prendía fuego al The Sun.
La investigación posterior demostró que las acusaciones eran falsas, que los seguidores del Liverpool FC trataron de rescatar a sus pares, que actuaron más rápido que los servicios de urgencia y que el desastre se produjo por un estadio colapsado y una policía que no supo controlar, ni reaccionar. Por eso, en Liverpool todavía no perdonan al diario de Rupert Murdoch.
No sé si a la gente en Liverpool le servirá de consuelo, saber que la mala leche del The Sun resultó un mal negocio: “mientras el diario vende 3.3 millones de copias en el país, solo 12 mil corresponden a Liverpool. Una publicación rival calcula que, usando un precio promedio de 20 p durante los últimos 15 años, el catastrófico error de juicio del editor Kelvin MacKenzie, le ha costado al dueño, Ruper Murdoch, alrededor de 55 millones de libras en pérdidas de circulación”.
Pero eso al señor Mackenzie -que es el que estuvo detrás de esa histórica portada que celebraba con un Gotcha! el hundimiento de un crucero argentino durante la Guerra de las Malvinas- no le importa mucho. Aunque alguna vez pidió perdón por el titular del desastre de Hillsborough, en el 2006 confesó: “Fui a World at One, en la Radio de la BBC y me disculpé. Solo lo hice porque Rupert Murdoch me lo dijo. No estaba arrepentido en ese entonces y no lo estoy ahora porque dijimos la verdad”.
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