Luz Mely Reyes y Laura Weffer.
Un cocuyo es un insecto que genera luz en la noche. Dicen que si se juntan cuatro o cinco, son capaces de alumbrar tanto como una linterna y que su luz es suficiente para leer o escribir una carta. Con esa idea, la de escribir un país, las periodistas venezolanas Luz Mely Reyes y Laura Weffer crearon Efecto Cocuyo, un medio digital que pretende hacer lo que estos animalitos en la oscuridad: iluminar el camino, en una Venezuela que atraviesa la peor crisis económica y social de su historia.
Ambas son promotoras del periodismo independiente, en un país que durante la última década contabiliza once mil agresiones a periodistas, según cálculos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), en el que no existen estadísticas oficiales y el acceso a las fuentes es casi nulo, y en el que los medios tradicionales han sido comprados por capitales cercanos al gobierno de Nicolás Maduro: en los últimos cinco años al menos 25 medios cambiaron de dueños, de acuerdo a “Propietarios de la Censura”, una investigación liderada por el Instituto Prensa y Sociedad, en alianza con Poderopedia y Armando.Info.
Las creadoras de Efecto Cocuyo dicen que no hubieran podido hacer un medio como este en otro contexto, ni en un país distinto al que es hoy Venezuela, con un saldo de 27.875 muertes violentas en 2015, según cifras extraoficiales de la ONG Observatorio Venezolano de Violencia; con una escasez de alimentos y medicinas que supera el 70% y una inflación que podría estar por encima de 500% a finales de 2016, según estimaciones de firmas locales e internacionales. Son estas adversidades las impulsoras de un proyecto que ya tiene dos años y una nominación al Premio Gabriel García Márquez, el galardón más importante de periodismo en Iberoamérica.
Reyes, ex directora del diario 2001, y Weffer, quien fue parte del equipo de investigación de la Cadena Capriles —donde uno de sus trabajos fue censurado luego de que el conglomerado de medios cambiara de dueños— emprenden por estos días la segunda etapa de financiamiento colectivo de Efecto Cocuyo, un modelo por el que apostaron desde el principio, para garantizar una verdadera independencia y libertad editorial.
—¿Cómo fue el proceso de emprender un medio desde cero, en un país tan complicado como Venezuela?
Luz Mely: Nosotras somos hijas de la censura y por eso nació este proyecto. Solamente en un país tan complicado como Venezuela podíamos hacer un medio como Efecto Cocuyo. Toda la transformación digital y la migración de periodistas venezolanos al sistema digital no ocurrió como un proceso natural de evolución como sí ha ocurrido en otros países. Aquí hubo despidos, mecanismos sistematizados de censura, medios que fueron comprados por gente cercana al gobierno y todavía nadie sabe quiénes son esos nuevos dueños. Eso dio espacio a muchos episodios de autocensura y así la presión fue aumentando. Nadie quería publicar las informaciones pertinentes ni lo que estaba ocurriendo en el país y entonces mucha gente empezó a buscar la información que ya no le llegaba por los medios tradicionales, a través de las redes sociales. También ocurrió que muchos periodistas empezaron a publicar en sus redes personales la información que no les permitían publicar en sus lugares de trabajo. Eso fue fundamental para que decidiéramos arrancar con Efecto Cocuyo.
—Para la primera campaña de crowdfunding fijaron 75 mil dólares como meta, pero consiguieron casi 27 mil. ¿No les parece arriesgado esa idea de donar para que otros lean?
Luz Mely: Sí, hace dos años este modelo de negocio era algo bastante novedoso en Venezuela. Sobre eso discutimos muchísimo pero decidimos desarrollarlo como parte de masificar el apoyo al medio, para que en la medida en que la gente pudiera contribuir también pudieran velar por la calidad del medio y de alguna manera hacer a esos lectores nuestros socios. Queríamos que la gente entendiera eso. En ese momento, el alza del dólar en Venezuela jugó a nuestro favor y el dinero que recaudamos funcionó para cubrir dos años de trabajo, con el equipo pequeño que tenemos. Ahora aspiramos recaudar el doble.
Laura: La idea de donar para que otros lean es justamente una de las cosas que nos diferencia de otros medios. Somos independientes y con esas contribuciones garantizamos que nuestra línea editorial solamente se apegue a un criterio periodístico. No tenemos otro propietario sino nosotras mismas y eso garantiza mucha libertad, mucha independencia y la importancia de que prevalezca el periodismo y el interés colectivo.
—Prefieren contar grandes historias y evitan el breaking news, ¿por qué?
Luz Mely: Tanto Laura como yo venimos de hacer periodismo de largo aliento e investigación y creíamos que había una necesidad de eso en Venezuela. Cuando estábamos definiendo nuestro modelo y evaluando a la competencia, vimos que muchos medios digitales que estaban comenzando, se enfocaban en el breaking news, que es súper importante, pero coincidimos en que no tenía sentido hacer lo mismo que otros estaban haciendo, ni siquiera para posicionarnos. Nuestro modelo nunca estuvo enfocado en lograr el click sino en lograr historias buenas, pero ahora tenemos las dos cosas y creo que nos leen porque el periodismo que hacemos es de utilidad. Nos hemos apoyado muchísimo en las redes sociales. Tenemos un alcance de más de 120 mil personas en Facebook y 150 mil seguidores en Twitter y ahí lo importante es que todo ha sido orgánico, no hemos pagado por nada, no hemos comprado seguidores, cosa que sí hacen muchos emprendimientos.
—¿Se inspiraron en otros medios cuando estaban diseñando este proyecto?
Luz Mely: Aprovechamos la experiencia de varias iniciativas en la región y conversamos con las personas que las están liderando, sobre todo con los involucrados en proyectos parecidos al que nosotros queríamos emprender. Ellos generosamente nos dieron sus recomendaciones, nos guiaron por el camino que para ellos resultó el correcto, nos contaron sobre los errores que cometieron y por ese lado tuvimos una sesión de mucho aprendizaje. El equipo de Animal Político, en México, ha sido muy generoso con nosotros. En eldiario.es, de España, también tienen un modelo interesante del que tomamos algunas cosas. Rosental Alves, que es como el padrino de los medios emergentes en Latinoamérica, también nos apoyó desde que esto apenas era una idea en nuestras cabezas. Él también ha sido una gran inspiración.
—Durante más de 20 años han sido reporteras y han estado más en la calle que en una sala de redacción. Ahora dirigen un medio. ¿Cómo han vivido ese cambio?
Luz Mely: Yo tuve la experiencia previa de haber dirigido el diario 2001 y de dirigir otros equipos en otras redacciones, así que tenía idea de lo que nos venía con Efecto Cocuyo, a pesar de que ha sido una experiencia completamente diferente. Siempre digo que soy una persona analógica-digitalizada, porque aprendí a reportear en la era del papel, eran otros tiempos y a pesar de que ahora tenemos otras herramientas, el periodismo sigue siendo el mismo. Entonces soy de las dos generaciones pero tuve la fortuna de hacer esa transición: de venir de lo analógico y el papel a dirigir un proyecto totalmente digital.
Laura: Para mí fue más complicado. Yo siempre había subestimado la labor gerencial, me parecía que era sumamente aburrida y durante todos los años que fui reportera, veía a los directivos y coordinadores en la redacción, pasaban horas y horas en reuniones y pensaba que perdían demasiado tiempo, siempre les decía que solo en la calle podrían conocer de verdad el periodismo y trabajar por él. Pero una de las cosas maravillosas de hacer un medio a la medida, a nuestra medida, es que nos permitió mucho pensar en el medio que queríamos y en el periodismo que queríamos hacer. Eso nos dio una perspectiva completamente distinta y muy enriquecedora porque fueron horas y horas de discusiones sobre cómo queríamos que fuera nuestro medio. En parte de ahí viene la idea de que sea un crowdfunding: queríamos estar curadas en salud, como decimos aquí, en lo que se refiere a censura. No queríamos pasar por un incidente similar más nunca en la vida, entonces por eso es que decidimos hacerlo así. Ahora que estoy en esta posición, pienso que soy una afortunada porque he tenido el privilegio de ver el periodismo desde todos sus costados.
—La mayoría de los reporteros de Efecto Cocuyo son de perfil junior, algunos recién titulados. ¿Por qué decidieron apostar por ellos y no por otros de gran trayectoria, como ustedes?
Luz Mely: Cuando estábamos pensando el proyecto, discutíamos mucho sobre el perfil de periodista que queríamos y podíamos tener y después de tanto debatir, Laura pensó en lo siguiente: existía la posibilidad de que hubiesen periodistas como nosotros, con trayectorias más o menos parecidas, pero también algunos periodistas jóvenes, porque siempre pensamos en hacer esa combinación. Pero buscando y buscando periodistas como nosotras vimos que no había tanta sensibilidad o afinidad con lo que estábamos planeando, quizás fue un asunto más de incredulidad. Entonces tuvimos que dar un salto de fe y decidimos enfocarnos solo a buscar periodistas jóvenes y casi sin experiencia, para formarlos. Resultó una gran decisión y ahora estamos formando a la generación de relevo.
—¿Cómo ha sido el coaching con ese equipo de jóvenes periodistas y el acompañamiento para reportear en un país tan violento?
Luz Mely: Todos fuimos periodistas jóvenes en algún momento y a todos nos llegó esa primera vez de salir a reportear a la calle. Entiendo que en este contexto es quizás más difícil, por como está el país y por la falta de experiencia con la que llegan, pero precisamente lo que queremos es formarlos. El reto es que ellos sepan que cuentan con gente que los respalda en esta redacción, en todos los sentidos, que sepan que ir a la calle es una manera de aprender a lidiar con las condiciones en las que se está produciendo el hecho periodístico en Venezuela. Implica velar por su seguridad y también que ellos aprendan a hacerlo. Todos los días les decimos que una noticia no vale la vida, pero eso se aprende en la calle y con el día a día. Por ejemplo, en una marcha opositora hace poco, ocurrió que parte de nuestro equipo sufrió una agresión: no sé por qué algunos pensaron que eran infiltrados o que pertenecían a algún medio del gobierno, lo cierto es que fueron hostigados pero la misma gente que estaba manifestado intervino porque ya nos conocían, sabían qué era Efecto Cocuyo y que solo estábamos ahí para informar.
Laura: En otra oportunidad, a uno de nuestros periodistas se lo llevaron detenido unas cuántas horas, solo porque él estaba haciendo su trabajo. Nos asustamos mucho, pero siempre está ese riesgo, porque al final esto es consecuencia de esta censura hipersofisticada que practica el gobierno: ya no te llaman directamente y te dan una orden para que despubliques lo que les molestó, que igual es muy difícil que a nosotras nos ocurra, porque no somos ni remotamente cercanas a nadie del gobierno. Pero si llegara a ocurrir, pues creo que ellos ya saben cuál será la respuesta. Entonces lo que ocurre es que los que están en el poder van por otras formas de intimidación y de presión, como por ejemplo llevarse detenidos a los periodistas mientras trabajan, así de autoritario.
—Imaginen que un lector de otro país encuentra en redes sociales una foto de un vocero o un funcionario rodeado de micrófonos, cámaras y periodistas. Quizás no entendería cómo es que hablamos de censura en Venezuela al ver una imagen así. ¿Cómo se lo explicarían?
Luz Mely: Eso es algo muy común en este país aquí pero nadie tiene que dejarse llevar por las apariencias. Los funcionarios hacen ruedas de prensa para informar únicamente sobre los temas que ellos quieren informar y muchas veces no permiten preguntas sobre otros temas. Ha pasado con el juicio que se lleva a cabo a dos familiares de la primera dama de Venezuela, que están acusados de narcotráfico en Estados Unidos. Sobre ese tema, el gobierno no ha querido responder preguntas y ese es un caso de interés nacional, muy grave, además. Otro ejemplo es que los periodistas venezolanos no tienen acceso a hacer preguntas directas ni a recibir información sobre la situación epidemiológica en el país. Eso tiene que ver con el acceso a la información, que aquí es casi nulo. En Venezuela, el Zika nunca existió oficialmente y hoy hay más de 60 niños que nacieron con microcefalia, que es una enfermedad asociada y se ha comprobado científicamente. Pero como no hubo forma oficial de saberlo, la manera que teníamos de contarlo era buscando las historias con la gente y así lo hemos hecho con todas nuestras coberturas. En realidad nos ha tocado construir la data de casi todos los trabajados importantes que hemos publicado y esa también es una manera de vencer la censura y de hacer que la gente conozca la información que el gobierno trata de ocultar.
—Efecto Cocuyo ya está en las grandes ligas del periodismo. Fueron nominados al Premio Gabriel García Márquez e invitados al festival por una serie de reportajes sobre la escasez de medicinas en Venezuela. ¿Cómo fue la experiencia?
Luz Mely: Si no me equivoco, María Laura Chang, la autora de esos reportajes, es una de las periodistas mas jóvenes en toda la historia del premio. Nos pareció muy importante porque ahí se puso en evidencia el modelo al que apostamos: el del periodista joven que es guiado por un editor, en este caso Josefina Ruggiero, que también es parte fundamental del equipo desde el inicio. Esa combinación por la que apostamos me parece que quedó validada al quedar entre los finalistas, además de que fue con un tema tan importante y sensible como la escasez de medicinas en Venezuela, que tantas veces ha sido negada por el gobierno.
Laura: Una de las cosas bellísimas de nuestro proyecto y con la cual nos sentimos cada día mas comprometidos es con darle voz y rostro a la gente. Por supuesto que hay que cubrir la política, las élites, hay que ir a las ruedas de prensa a las que todos estamos acostumbrados, pero a nosotros nos preocupa mucho llegar al ciudadano común, a historias como las de Bryan, el protagonista de unos de esos reportajes, que sufre de epilepsia, tenía meses sin tomar sus medicamentos y se salvó porque alguien en España leyó su historia en Efecto Cocuyo y le envió el tratamiento que necesitaba. Esas pequeñas cosas validan nuestro trabajo y nos dan esperanza para que confiemos en que en algún momento toda esta situación tan oscura en nuestro país, se va a iluminar.
—¿Cuáles son los planes para 2017?
Laura: La campaña para recaudar fondos y poder seguir trabajando termina el 11 de diciembre. Estamos muy enfocadas en eso pero también en otros proyectos más grandes, como el de un equipo especial de investigación que estamos armando para producir reportajes que publicaremos en 2017. Esperamos que trabajos de impacto, porque cada uno se llevará su tiempo de ser reporteado e investigado y lo haremos en alianza con consorcios internacionales.
Luz Mely: También estamos cerrando este año con nuestra escuela de verano, un proyecto que ha funcionando maravillosamente. Este año es en tres ciudades de Venezuela, enfocado también en jóvenes periodistas que aprenderán, entre otras cosas, herramientas para cubrir la violencia. Para eso se logró una alianza con la embajada del Reino Unido y con Thompson Reuters y la idea es repetir la experiencia el próximo año. Además, somos parte de un especial regional sobre violencia en Sudamérica, que aún está en fase de proyecto. En lo interno, ya tenemos la planificación de octubre 2016 a octubre 2017 y por supuesto, seguiremos trabajando en nuestras coberturas y en nuestros temas de agenda propia, ahora en vías a la internacionalización, porque pensamos mucho en los venezolanos que viven en el extranjero y porque queremos ser su mejor opción cuando busquen informaciones que los iluminen sobre Venezuela.