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Despidos y precariedad laboral: los datos tras la profunda crisis de los medios de comunicación en Chile

Por ~ Publicado el 11 agosto 2020

En los últimos cuatro años, al menos 2.460 profesionales han sido desvinculados en distintos medios de comunicación en Chile. Y con el estallido social y la pandemia por Covid-19, la situación no ha hecho más que agudizarse. Diarios, revistas, canales de televisión y emisoras de radio que cierran, se empequeñecen o se transforman, dejando como saldo un cada vez más reducido espacio para el ejercicio de periodistas y comunicadores. Si bien los propietarios fundamentan los despidos en reestructuraciones y motivos económicos propios de una crisis que azota a toda la industria, los sindicatos apuntan a malas gestiones administrativas y temen por una mayor precarización. Puroperiodismo levantó datos para medir cómo la crisis de los medios ha impactado en el campo laboral y cómo eso ha afectado la forma en que se hace periodismo en el país.  

Por Polet Herrera, Patricio Aguilera y Maximilano Echegoyen


 

El viernes 12 de junio, el periodista Javier Martínez fue despedido del Diario El Sur de Concepción. En medio de una pandemia mundial, el director del periódico penquista decidió desvincular, a través de un llamado telefónico y sin previo aviso, a siete de sus funcionarios. Tras 22 años en el medio, Martínez dejó de trabajar en la sección Economía y Negocios y, por primera vez en el diario, se despidió a la mitad del equipo de prensa. 

“Reaccioné con tristeza, pero no me sorprendió. El diario venía despidiendo gente hace tiempo. En el verano echaron como a 23 personas de administración y ventas, en marzo a unos fotógrafos, y en mayo a otros 10 trabajadores”, cuenta Martínez. 

La situación que se vivía en Concepción no era aislada. Ese mismo día, fueron desvinculados más de 50 trabajadores de medios en todo el país: en Iquique, Antofagasta, Valparaíso, Chillán y Temuco. 

La industria periodística viene arrastrando una crisis hace varios años. No es algo nuevo ni exclusivo del escenario chileno. En casi todo el mundo los medios se encuentran sumidos en profundas crisis financieras, debido principalmente a los cambios en el consumo de información de las audiencias y las dificultades para adaptar sus modelos de negocio. Las medidas que han tomado pueden ser distintas en muchos casos, pero tienen algo en común: implican cambios drásticos y masivas pérdidas de empleos. 

Ya en 2017, la VI Encuesta Estado del Periodismo Nacional, desarrollada por la Universidad Alberto Hurtado (UAH), daba cuenta de que el 58% de los periodistas consultados consideraba que el modelo de negocio no permitía financiar un buen periodismo, que el 65% creía que las condiciones de trabajo eran inestables y que un 85% decía que las remuneraciones no eran adecuadas para las tareas que realizaban. Desde entonces, el panorama no ha cambiado, o al menos no para mejor, y las y los trabajadores de los medios viven a diario con incertidumbre, pues han sido ellos los más afectados en cada reestructuración empresarial. 

Puroperiodismo revisó distintas fuentes para construir una base de datos que permitiera conocer cómo en los últimos cuatro años la industria de los medios ha venido experimentando una constante reducción de sus plantas de trabajadores, muchas veces a través de despidos masivos. Revisamos reportes de prensa, conversamos con representantes de distintos sindicatos y comparamos con estudios independientes, como aquel que realizaron los periodistas Daniel Avendaño y César Solís titulado Registro de despidos en medios de comunicación de Chile. Ya sea por cierres definitivos, reestructuraciones u otras decisiones de carácter económico o editorial, desde 2017 y hasta julio de este año se cuentan al menos 2.460 trabajadores desvinculados en diarios, revistas, canales de televisión y emisoras de radio en todo el país. 

Aunque ha sido algo sostenido, la tendencia es clara: la incertidumbre y precarización laboral han aumentado, el impacto ha sido tremendo en todas las plataformas y, en apenas siete meses, 2020 se ha convertido en el año con más despidos en los medios chilenos del último tiempo.  

 

La agonía del papel

Decir que 2020 ha sido un año complejo es a esta altura un lugar común. La pandemia y la crisis económica han generado temor e incertidumbre a nivel mundial. En Chile, se suman las consecuencias del estallido social del 18 de octubre de 2019, y en un ambiente que ya venía enrarecido y agitado, el hambre, el desempleo y la justicia social han marcado la discusión pública. En todo ese proceso, los medios han tenido una especie de doble rol: por una parte, han sido duramente cuestionados por las audiencias; por la otra, se han visto fuertemente perjudicados por la crisis y el aumento de la cesantía.

En enero se registraron olas de despidos en los grupos Copesa, El Mercurio S.A.P., Canal 13, Mega Media y en Radio Cooperativa. Sumando todos, fueron al menos unos 380 trabajadores que perdieron sus fuentes laborales. Pero es algo que viene ya de hace años repitiéndose: los datos levantados por Puroperiodismo revelan que la prensa escrita concentra el 46% de los despidos registrados desde 2017. 

Uno de los casos más cuestionados ocurrió en marzo de 2017, cuando en un solo día El Mercurio desvinculó a 122 profesionales. Un año más tarde, Grupo Copesa cerró las ediciones impresas de sus revistas Paula, Qué Pasa y el diario La Hora, síntomas de que el papel como plataforma informativa va en retirada. Ya en 2019, Editorial Televisa Chile, dueña de revistas como Caras, Club Nintendo y Cosmopolitan, entre otras, confirmó su quiebra en el país, lo que implicó el despido de unos 70 funcionarios.

Los despidos en diarios y revistas han ido al alza, aumentado en un 200% entre 2017 y lo que va de 2020. Y faltan sólo 11 para que la cifra de este año supere los registros sumados de 2018 y 2019. Durante el periodo analizado, El Mercurio S.A.P. y Grupo Copesa fueron los conglomerados con más trabajadores despedidos, pero no los únicos. 

Publimetro también se ha visto afectado por la crisis financiera y la pandemia. Perteneciente a la compañía sueca Metro International, el periódico es distribuido gratuitamente en el transporte público de varias capitales de Latinoamérica, entre ellas Santiago. Pero ya antes de la pandemia había experimentado desvinculaciones y, ya con la crisis por Covid-19 en Chile, cortó su circulación impresa, se acogió a la Ley de Protección al Empleo y, luego de suspender a varios trabajadores por tres meses, muchos terminaron despedidos.

En cuanto a los despidos previos a la pandemia -20 a fines de noviembre de 2019-, Publimetro argumenta que se debe a la crisis de la publicidad. Consultado por Puroperiodismo, Pablo Serey, presidente del sindicato, dice que si bien la empresa tiene razón, “también se debe a las malas administraciones y a una falta de visión de los tiempos por parte de quienes dirigen el medio”.

“Hay una especie de conservadurismo en términos de cómo funcionan las empresas: hay que mantener una estructura pesada, gerencias de altos cargos, los cuales implican altísimos sueldos, a diferencia de la planta de trabajadores”, dice Serey, quien asegura que por mantener esta estructura empresarial, los trabajadores pagan los costos.

Desde mayo que sólo nueve profesionales trabajan en Publimetro: el director, editores y periodistas. El término de la circulación física generó la suspensión de los contratos de diseñadores gráficos, fotógrafos y encargados de la distribución. “Lamentablemente, hubo desvinculaciones hace poco. En total, echaron a 32 trabajadores, y gran parte de ellos llevaba tres meses suspendida con la famosa Ley de Protección al Empleo. Tres meses con ingresos muy débiles y, ahora que están sin trabajo, sus fondos de cesantía están vacíos”, cuenta Serey.

Bajo rating: la crisis en radio y TV

También en radio y televisión se han visto afectados. Son más, pero aquí unos ejemplos: en 2017, Mega desvinculó a 58 funcionarios de las áreas de prensa y producción de realities; en 2018, Canal 13 despidió a unos 280 que se desempeñaban en distintas áreas del canal; en 2019, 10 funcionarios dejaron de trabajar en Radio Bío Bío -poco después de su primera huelga legal- y; este año, Radio Cooperativa suma más de 40 despidos. 

La televisión marca el peak con cualquier otra plataforma. Desde 2017, al menos 1.197 trabajadores quedaron cesantes en esa industria, la mayoría por “reestructuraciones” o “necesidades de la empresa”. Canal 13, Mega y TVN lideran la lista.

TVN, el único medio público que queda en Chile, ha sido uno de los más golpeados. En 2018, 86 profesionales (entre ellos periodistas, camarógrafos, estafetas y otros) fueron despedidos del canal estatal. Al año siguiente, fueron 60, y en lo que va de 2020, ya son más de 100, de los cuales el 70% fue en una sola jornada, la del 4 de abril, en todas sus sedes regionales. 

Consultado por Puroperiodismo, Sergio Pizarro, presidente del sindicato del Departamento de Prensa de TVN, afirma que la crisis del canal se debe a “las malas decisiones administrativas, sumado a la reestructuración y a la crisis interna, lo cual ha significado el despido de más de la mitad de la gente que ha trabajado en TVN”.

Respecto a la inestabilidad laboral, Pizarro agrega que las y los trabajadores cuentan con un contrato colectivo fuerte que los protege de la precarización. Sin embargo, advierte que las nuevas tecnologías han debilitado el trabajo de compaginadores, camarógrafos y otras áreas del medio. “Hay que preocuparse de que el trabajo y los trabajadores estén en buenas condiciones, y que su ejercicio no se precarice”, dice. 

Las cifras de despidos en radios son mucho menores, pero hay: 122 en los últimos cuatro años. Dos grupos concentran la mayor cantidad: Ibero Americana Radio Chile y la Compañía Chilena de Comunicaciones, la razón social tras Radio Cooperativa. Aunque, quizás, las desvinculaciones que más ruido hicieron en el último tiempo ocurrieron en la radio que controla la familia Mosciatti.  

Radio Bío Bío ha sido varias veces cuestionada por malas prácticas laborales. En 2019, su sindicato estuvo 15 días en huelga, alegando por jornadas que superaban las 60 horas semanales, demandando un reajuste escalonado de sueldo y compensaciones por coberturas especiales de prensa. Sin llegar a acuerdo con la empresa, se depuso la huelga, y al poco tiempo despidieron a 10 trabajadores, la mitad afiliados al sindicato. 

Narayan Vila, presidente de esa instancia, señala que los despidos se han debido a la caída del avisaje. “Las empresas no reconocen sus propios problemas de gestión ni que para ellos es más fácil despedir cuatro trabajadores con bajos salarios en vez de un rostro o una persona con sueldo más elevado”, dice. 

Vila cuenta que, mientras más despidos hay, mayor es el nivel de precariedad en la emisora, y asegura que por miedo a perder el trabajo, muchos funcionarios, especialmente periodistas, no se adhieren al sindicato y aceptan peores condiciones laborales y salariales. En cuanto a la situación actual, afirma que ha sido difícil para los periodistas ejercer bajo la incertidumbre post estallido social y en contexto de pandemia y que, si no fuera por las exigencias de los mismos funcionarios, la radio ni siquiera habría entregado elementos de prevención contra el Covid-19 ni un protocolo sanitario. Antes del estallido social, los procesos de despidos eran más moderados y acotados, pero desde octubre, con la caída de la publicidad y el coronavirus, esto se desbordó”, lamenta. 

 

¿Qué ocurre a nivel regional? 

No todo pasa en Santiago. También en regiones se han evidenciado desvinculaciones y cuestionadas prácticas laborales y despidos de periodistas y comunicadores en instituciones públicas. Los sindicatos y consejos regionales del Colegio de Periodistas han condenado el actuar de múltiples empresas periodísticas, acusándolos de vulnerar la dignidad y el derecho a un trabajo justo. 

Desde el sindicato del Diario El Sur, en Concepción, aseguran que la incertidumbre y el estrés por perder el trabajo es constante y que no han llegado a ningún acuerdo con la empresa para evitar los despidos inesperados. Aunque consiguieron aumentar sueldo en la negociación colectiva de 2019, las y los trabajadores continúan demandando mejores condiciones laborales y una mayor descentralización en la toma de decisiones, pues el diario forma parte desde 2006 de la red de medios regionales de El Mercurio S.A.P. 

El 38% de los 377 trabajadores despedidos en regiones que logró catastrar Puroperiodismo, corresponde a medios del conglomerado perteneciente a la familia Edwards. En Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, Valparaíso, La Araucanía y varias otras ciudades de Chile. Suman al menos 145 desvinculaciones desde 2017 y sólo en marzo hubo 64 en empresas del grupo repartidas por el país. 

Ante el complejo escenario al que se enfrentan los medios de comunicación del país, Oriana Zorrilla, presidenta del Colegio Metropolitano del Colegio de Periodistas, define al ejercicio profesional actual en un concepto: polifuncionalidad. Esto, ya que el periodista actual, además de buscar y entregar información, también “tiene que sacar fotos, diagramar y andar en locomoción colectiva”, comenta la funcionaria. 

La polifuncionalidad del periodismo, según Zorrilla, es en parte causada por la precarización del trabajo del periodista, problemática que se traduciría en “bajos sueldos y jornadas extenuantes, particularmente en radios y en agencias informativas”. 

A juicio de quien también se desempeña como representante de la Comisión Laboral del Colegio, la inestabilidad de la profesión deriva del temor de los periodistas a ser despedidos, y ante la presión de sus empleadores, prefieren recibir remuneraciones inferiores, sobrecargar sus labores y extender sus horarios de trabajo. “El periodismo de hoy tiene precariedad, cesantía e inestabilidad (…). Necesitamos un sistema informativo distinto, porque no puede ser que los dueños de los bancos sean los dueños de los medios de información”, dice.

Una crisis que la industria no ha podido revertir

En mayo, el Presidente Sebastián Piñera se reunió con la Federación de Medios de Comunicación Social de Chile (FMCS), encabezada por su presidente, Juan Jaime Díaz. En medio de una recesión económica, la convocatoria trató con urgencia el cómo afrontar la caída de ingresos en la prensa. A través de un comunicado, la FMCS manifestó su preocupación, asegurando que, a pesar de que los medios han incrementado las audiencias, los ingresos siguen cayendo. Una de las situaciones más evidentes ha sido la baja en la inversión publicitaria. De acuerdo al análisis de cifras publicadas por la Asociación Chilena de Publicidad (ACHAP), entre 2014 y 2019 la televisión abierta, los diarios y las revistas han disminuido sus ingresos por publicidad en un 18%, 88% y un 177%, respectivamente.  En cambio, la radio ha logrado incrementar la inversión publicitaria en un 18%, mientras que el formato digital se consolidó notoriamente con un 64%. 

Al respecto, el gerente de marca digital y estrategia en Ubik, Andrés Azócar, sostiene que la correlación entre el ingreso del Producto Interno Bruto (PIB) y el ingreso de los medios cambió en Chile de forma histórica. “En 2018, por primera vez el PIB nacional creció, pero el de los medios bajó. Esa es una primera señal de que la publicidad se estaba yendo a Facebook y Google, quienes concentran más de un 60% de la publicidad digital”, sostiene el exdirector de Medios Digitales de Canal 13 S.A. 

Ante esto, Azócar advierte que la industria de los medios en Chile depende fundamentalmente de la publicidad, y que el sistema de suscripciones sigue siendo débil. “Hay un deterioro muy grande en los ingresos, redacciones que se están achicando, los medios están perdiendo sus marcas más importantes y las audiencias tienen muchos más espacios donde entretenerse. Esto ha polarizado a los medios”, sostiene el experto. 

La crisis de la publicidad en la prensa tradicional viene acompañada de un nuevo competidor: el medio digital. Hoy las personas prefieren informarse a través de un celular, de forma inmediata, cómoda y, en la mayoría de los casos, gratuita.

El Informe Reuters 2020 señala que en 2017 un 46% de los encuestados en Chile prefería a la prensa escrita para informarse. Dicho índice de preferencia ha caído este año casi a la mitad.

También ha bajado el consumo por televisión. Si en 2017, un 80% de los chilenos la prefería como canal informativo, ahora es un 66%. Incluso está por debajo de las redes sociales: actualmente, el 73% las utiliza como su principal fuente de noticias. 

Este año, el Informe Reuters no especifica un índice respecto a la radio, pero en 2017 un 39% la prefería para informarse. Aun así, en un apartado de la última edición sostienen que la radio, junto con la TV, siguen siendo medios importantes y masivos en el país (ver artículo). 

Todo lo anterior da cuenta de una crisis del modelo de negocio de los medios, y eso se traduce en que, según la información recabada por Puroperiodismo, la mayoría de los despidos se justifiquen como “reestructuración o motivos de la empresa” (67% casos) o “cierre o venta del medio” (12%). En 464 casos no pudimos encontrar los motivos esgrimidos y en al menos 40 hubo razones específicas que no tendrían necesariamente que ver con la crisis. 

Para Ximena Orchard, directora del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, este fenómeno puede ser explicado desde distintas aristas, puesto que a los cambios financieros se suma un contexto internacional, factores socio-políticos, crisis de la confianza, cambios de las audiencias y avisajes. “No creo que exista una salida única a la crisis. En este contexto, veo con preocupación que los fenómenos de concentración de medios empeoren. Creo que es importante que esta situación se visibilice, se politice y se convierta en una problemática pública. Que podamos discutir cuál es el valor público de los medios de comunicación”, dice. 

A dos meses del proceso constituyente, el Colegio de Periodistas ha ratificado la necesidad de un Nueva Constitución que garantice un sistema de medios democrático, y que abogue por el derecho humano a la comunicación. Al respecto, la representante del Consejo Metropolitano del Colegio, Oriana Zorrilla, concluye: “La crisis del periodismo afecta a todas y a todos los ciudadanos del país. La precariedad y los despidos influyen en el derecho que tienen los chilenos a informarse”. 

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