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Álvaro Caviedes, presidente ANP: “La prensa no muere, la prensa no está en crisis”

Por ~ Publicado el 24 junio 2010

La Asociación Nacional de la Prensa cambió de presidente: Sale Guillermo Turner y entra Álvaro Caviedes. En la Cena Anual de la Prensa, con la asistencia del presidente Sebastián Piñera, ministros, diplomáticos y unas trescientas personas vinculadas a los medios y la política, Caviedes —quien estará dos años en su cargo— reflexionó sobre el futuro del periodismo en Chile y el resto del continente, y las conquistas y deudas de una profesión que hoy, asegura, no enfrenta una crisis sino que un cambio revolucionario.

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Discurso de Álvaro Caviedes Barahona {descargar pdf}
Presidente de la Asociación Nacional de la Prensa
22 de junio de 2010

Su Excelencia el Presidente de la República, Sebastián Piñera Echenique
Honorables Senadores y Diputados de la República
Señores Ministros
Señores Subsecretarios
Señores Alcaldes
Señores Representantes de las FF.AA.
Señores Embajadores
Señor presidente saliente de la ANP, Guillermo Turner
Socios de la ANP
Empresarios
Académicos

Amigas y amigos de la prensa,

En primer lugar, quiero agradecer a los 50 diarios y 75 revistas que integran la ANP, el apoyo y la confianza que me han entregado para asumir su Presidencia.

Quiero expresar también, muy sinceramente y a nombre todos los integrantes de la Asociación, nuestro agradecimiento a Guillermo Turner, quien ha desempeñado con entusiasmo y lucidez este cargo durante el último período de dos años.

Tengo la certeza que la fructífera labor desarrollada durante su gestión, será el punto de partida para emprender los planes y proyectos que nos hemos trazado hacia futuro.

Pese a mi profesión de abogado, mi vínculo con la prensa no es nuevo. Estoy casado con una periodista y mi suegro, Joaquín Villarino, es un gran profesional de este oficio. Pero además, de niño, muchas veces oí hablar a mi abuelo de su tío Eloi Caviedes, el primer corresponsal de guerra de El Mercurio de Valparaíso, quien forjó parte importante de la historia del periodismo nacional desde las trincheras, durante la Guerra del Pacífico. Me emocionó confirmar esta historia cuando recibí de regalo una copia facsímil de la primera edición de El Mercurio. Ahí aparece Eloi como jefe de la Sección Noticiosa. Hoy, desde COPESA retomo esa tradición familiar en la prensa.

A punto de cumplir nuestro país 200 años de vida republicana, la nueva administración del país se ha planteado metas ambiciosas con miras de ser un país desarrollado y sin pobreza a fines de esta década.

Este anhelo también involucra a la prensa chilena. Un país de mayores oportunidades, con crecientes niveles de desarrollo material, intelectual y espiritual, necesita una prensa de mejor calidad.

La pregunta que debemos hacernos como medios de prensa, es cuál es el rol que debemos desempeñar hoy en esta nueva realidad de la sociedad chilena. Y la respuesta se hace aún más relevante dado el cambio de nuestros lectores, más conectados, globales, y en definitiva, con más posibilidades de acceder a información, muchas veces, gratuita. Es por eso que el desafío hoy NO es la entrega de información sino CÓMO garantizar una información de calidad, cuando hay cada vez menos lectores que están dispuestos a pagar por ella. Ese es el desafío en Chile y en el mundo.

Nuestra tarea como ANP es incentivar este debate en Chile, con el fin de apoyar el periodismo de excelencia, independiente y autónomo. Un ejercicio de la profesión capaz de poner en vitrina los escándalos pero también de mostrar la fuerza de la voluntad y el empuje que ha hecho progresar a nuestra República. Un periodismo que cultive una sana desconfianza frente al poder, pero que no se rinda al cinismo del “periodismo buitre” ni tampoco caiga en la tentación de hacer relaciones públicas… Eso necesitan nuestros lectores y también el país.

Se necesitan medios de prensa que analicen en profundidad las actuaciones y propuestas del Gobierno; de los poderes del Estado, y de todos los actores relevantes de vida nacional, entregando la información y el análisis que permita a los lectores formarse un juicio sobre ellos.

Medios, por otra parte, que no olviden las historias humanas y cotidianas, esas que a ratos nos parecen insignificantes o preferimos obviar… Historias que después de tragedias como las que vivimos el pasado 27 de febrero, cobran vida y conmueven por su tremenda honestidad.

Debemos fomentar el desarrollo de periodistas especializados, que investiguen sobre la forma como se ejercen las distintas funciones públicas y como se emplean los recursos que pertenecen a todos los chilenos.

Esto permitirá que la ciudadanía exija que todos los actores actúen con responsabilidad. Sin información debidamente procesada e interpretada, no hay conocimiento que permita hacer exigible la responsabilidad, y, como sabemos, sin responsabilidad las democracias devienen en demagogia.

Más aún: debemos comprender el rol de “perro guardián” que debe cumplir la prensa como fiscalizadora; y abrirnos a su nuevo rol de “perro guía”: como orientadora para sus lectores en la búsqueda y selección de noticias e información de calidad.

A veces se pretende que no investiguemos más allá, en otras ocasiones derechamente se nos impide acceder a las fuentes de la información. En muchos casos se nos acusa de exagerar, desvirtuar o minimizar. Estas críticas, atendibles a veces, no pueden ser impedimento para cumplir con nuestra misión de contribuir al buen funcionamiento de nuestra democracia.

Pero así como la prensa tiene derechos y prerrogativas, también tiene deberes y responsabilidades. No podemos pretender investigar con profundidad las acciones de instituciones y personas, si nosotros mismos no estamos dispuestos a ser fiscalizados en el cumplimiento de las normas que rigen nuestro actuar.
No podemos pedir acceso a las fuentes y transparencia, si nosotros no evitamos aquello que cause la opacidad en nuestras actuaciones.

Por eso, es tarea fundamental, y a la que nuestra Asociación debe dedicar sus mayores esfuerzos, fortalecer el rol que le cabe a la prensa escrita en el desarrollo de nuestra democracia, esto es profundizar sus estándares de calidad y también, su responsabilidad ante los lectores. No podemos olvidar que son ellos quienes nos dan el poder y a quienes nos debemos.

Ahora, ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan hoy nuestros medios en materia de calidad y responsabilidad?

Primero, defender con vigor el valor fundamental de la libertad de expresión en Chile y en los otros países de la región

Para que la prensa pueda cumplir su labor, debemos evitar las viejas tentaciones de limitar o restringir el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho de informar.

caviedes3A la libertad la acechan constantemente cientos de peligros, disfrazados muchas veces con el gris ropaje de las “buenas intenciones”. Prueba de ello es que el Tribunal Constitucional debate actualmente la constitucionalidad de la norma que excluye la indemnización del daño moral en caso de constatarse la existencia de injurias o calumnias.

Esta posible declaración inconstitucionalidad afectaría gravemente la libertad de expresión, limitando la labor informativa bajo la amenaza de cientos de demandas contra los medios.

Bajo la aparente legitimidad de proteger derechos, se corre el riesgo de socavar uno de los pilares de nuestro sistema democrático.

Pero nuestra mirada no puede limitarse a lo que sucede en Chile. Así como somos enérgicos defensores de la libertad de expresión cuando nos afecta directamente, tenemos el deber moral de levantar la voz cuando este derecho es violentado en países vecinos. Ser un referente, exige determinación. Por lo mismo debemos denunciar, y no a medias tintas, los intentos de silenciar a la prensa o a cualquier medio de comunicación, en los países de la región. A veces, y por un mal entendido ‘respeto de la autodeterminación’, no hemos levantado una voz decidida para denunciar estos peligrosos atropellos. El cuidado de nuestra democracia también pasa por proteger la de nuestros vecinos.

Un segundo desafío es profundizar en regulaciones que aseguren el libre acceso a la información

La existencia de la Ley de Transparencia ha sido un paso fundamental en esto. Debemos agradecer al gobierno de la Presidente Bachelet haber tenido la valentía de dar este paso hacia una democracia más moderna. Consideramos un deber de este gobierno y de los que vengan en el futuro, profundizar y extender la aplicación de esta Ley.

Desde que esta norma entró en vigencia se ha avanzado considerablemente en proyectar luz sobre órganos del Estado, que hasta entonces, se mantenían en la penumbra o en la oscuridad.

No obstante, aún subsisten zonas “opacas”. Algunas disposiciones de la misma Ley ponen barreras de acceso a la información de ciertas instituciones, como por ejemplo, las empresas públicas.

Se debe discutir, también respecto del alcance de la privacidad e intimidad de las personas que se desempeñan en el ámbito público, cuando el interés de la sociedad está involucrado. La cuestión es delimitar cuándo ciertos actos que en el común de las personas pertenecen a la esfera de la vida privada, se convierten en materia de interés masivo al condicionar o afectar el desempeño de un cargo público.

¿Tiene el mismo grado de privacidad una persona común que aquella que ejerce un cargo público? Si su comportamiento privado repercute en su vida pública, ¿deja de ser ésta una acción del ámbito privado? Más aún, ¿cómo vamos a manejar el uso de las nuevas tecnologías y la intromisión en la vida íntima de las personas que éstas permiten?

Un tercer y último desafío es la tecnología, la que debemos poner al servicio de la prensa

Hace más de una década la prensa viene siendo desahuciada por diversos pitonisos que auguraban la sustitución de los medios escritos por nuevas tecnologías… Hoy podemos afirmar que la prensa permanece firme y robusta gracias al infinito deseo de las personas de conseguir más y mejor información. Y también, gracias a la capacidad que ha demostrado para reinventarse y adecuarse a lo nuevo. Esto ha pasado antes: lo hizo la radio con la llegada del cine; más tarde lo hizo el cine con la llegada de la televisión; y la televisión con la llegada de internet… Del mismo modo, los medios escritos están adaptándose a la llegada de Internet y la telefonía móvil.

Amigas y amigos, LA PRENSA NO MUERE. LA PRENSA NO ESTÁ EN CRISIS. Solo cambia el soporte, la plataforma, su envoltorio. Hoy incluso vemos como los mayores sitios de noticias en Chile, son precisamente las versiones electrónicas de los medios de papel.

Pero como el cambio es veloz y continuo, recientemente hemos visto la aparición de los formatos tablet. En ellos debemos volcar entonces nuestros esfuerzos para que la misma información impacte a la mayor cantidad de lectores. Nuestros niños buscarán en estas plataformas la manera de informarse y nosotros, como Asociación, debemos estar ahí.

¿Cómo vamos a enfrentar estos desafíos?

Primero, generando espacios para el debate sobre el rol de la libertad de expresión en nuestra democracia y sobre la transparencia como medio para que ella se ejerza.

Segundo, promoviendo estándares de calidad cada vez más estrictos para los medios de prensa escritos que existen en el país, centrados en la autorregulación y la responsabilidad.

Que no quede espacio a malos entendidos: los medios de comunicación son los primeros que deben rendir prueba de rigurosidad y transparencia. Por eso tienen ser medidos con la misma vara con la que piden medir a quienes son fuente de la noticia.

En esto, la industria de la información ha sido especialmente cuidadosa al autorregular las actuaciones de sus integrantes. Por eso, hace 18 años creó —junto con la Asociación de Radiodifusores de Chile y la Asociación Nacional de Televisión— el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación. Sus dictámenes y resoluciones se encuentran en la red y en su página web los chilenos pueden entablar denuncias, saber de la tramitación de las mismas y conocer cómo se resuelven los casos que afectan la ética periodística. Llamamos a los ciudadanos a hacer uso de esta herramienta, la que busca precisamente elevar la calidad en la labor de reporteros, editores y directores.

Tercero, generando investigación y difusión sobre las posibilidades que representan las nuevas tecnologías para la prensa, especialmente para los medios más pequeños y de regiones.

Para terminar, QUIERO INVITARLOS a trabajar con creatividad, audacia y optimismo para convertirnos en actores responsables del Chile que todos anhelamos.

Un país que aspira a salir del subdesarrollo, a ser una sociedad justa, más madura y con una democracia profunda, SOLO lo va a lograr si cuenta con una prensa responsable, independiente y de calidad.

Muchas gracias.

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