Gabriel quiso ser detective en la vida real y, como no pudo serlo, asumió un papel similar en el mundo virtual. Más conocido como Infugatito en TikTok y Youtube, juega con su avatar femenino en la plataforma Second Life, donde investiga, expone y denuncia a usuarios “extraños” que toman la apariencia de niños, bebés o incluso pizzas para dar rienda suelta a distintas parafilias en un mundo supuestamente ficticio, pero que detrás tiene a personas y transacciones reales. Ya se han encontrado allí redes de pedofilia y simulaciones de ese tipo de prácticas son cosa de todos los días, e Infugatito les sigue la pista. Con ya casi 9 años participando como “residente” en la comunidad virtual, sabe las señales y códigos que las personas involucradas se entregan entre sí, y con el tiempo ha comprobado que en muchos casos se trata de depredadores sexuales y consumidores de material de abuso sexual infantil, por lo que se prepara para denunciarlos una vez más.
Por Laura Solís Palma y Sofía Vera García
*Advertencia de contenido: Este reportaje contiene descripciones y referencias a situaciones de abuso sexual infantil y otras formas de violencia explícita. El contenido puede resultar perturbador para algunos lectores. Se recomienda discreción y, en caso de ser necesario, buscar apoyo emocional o profesional.
Hijo de un oficial mayor de Carabineros, Gabriel siempre tuvo el sueño de entrar a la Policía de Investigaciones (PDI) y convertirse en detective. Esas eran sus expectativas hace 9 años, cuando vio un video del youtuber venezolano Dross Rotzank en el que se refería a las cosas extrañas que se daban en Second Life, una comunidad virtual, un simulador que existe hace más de 20 años en la que millones de usuarios de todo el mundo pueden construirse identidades ficticias, interactuar entre sí e, incluso, intercambiar servicios; lo más cercano a vivir una vida paralela bajo el anonimato que otorga Internet.
Ya en 2007 la plataforma había hecho noticia, luego de que en Alemania revelara la existencia de redes de pederastia, violaciones virtuales y otras parafilias. De ese tipo de cosas hablaba también el video que vio Gabriel. Era poco lo que se documentaba respecto a los pedófilos en línea en aquel entonces, y aún había mucho por saber en cuanto a cómo se manejan, qué señales usan y cómo operan; y a él le interesaba descubrirlo.
Dice que fue por problemas económicos que, al final, no pudo entrar a la PDI ni formarse como policía. Solía trabajar en una empresa de reparación de consolas, pero la necesidad de averiguar qué ocurría dentro de este mundo virtual no amainaba. Apenas cumplió la mayoría de edad, se registró, creó un avatar personalizado y pasó a ser parte de la comunidad.
“Él [Dross] había contado que pasaban cosas extrañas y raras dentro de este simulador, como si fuera la Internet oscura, pero me dediqué a investigar para ver si lo que él contaba era cierto. Cuando entro, descubro todas las cosas que están pasando dentro del simulador y descubro que cada vez hay usuarios más raros. Dije: bueno, quizás no pude ser un investigador de manera oficial en mi vida real, porque tenía que trabajar para mi familia, pero en Second Life puedo investigar esto que está mal”.
Fue así que nació Infugatito, la identidad que Gabriel –cuyo nombre completo prefiere mantener en el anonimato– creó para existir en las redes sociales, entrar en estas plataformas e investigar desde adentro posibles casos de pedofilia y otros tipos de abusos y delitos.
“Hay gente que activa su micrófono y habla con modificador de voz, como niña pequeña, y todas las cosas que sean para poder recrear su desviación en un 100%. A ellos no les interesa realmente cómo seas tú en la vida real”, dice el influencer que en TikTok ya cuenta con casi 214.000 seguidores y que en Youtube suma 11.300 suscriptores. Allí se presenta a sí mismo como “un gato detective que informa sobre el lado oscuro de los mundos virtuales”.
Para quienes no pertenecen al mundo de los videojuegos, esto puede parecer confuso o hasta inentendible, pero es la forma en la que actualmente se está operando en ciertas plataformas, donde la misma PDI está consciente de que se reúnen personas con intereses perversos.
Second Life fue creado por Linden Lab, una empresa estadounidense fundada por Philip Rosedale, y lanzado oficialmente en 2003. A diferencia de los videojuegos tradicionales, Second Life no tiene un objetivo fijo o reglas establecidas, sino que ofrece un entorno donde los usuarios pueden explorar, socializar, crear contenido digital, comprar terrenos virtuales, y participar en una amplia variedad de actividades.
Este mundo virtual tiene su propia economía, basada en la moneda virtual Linden Dollar (L$), que puede cambiarse por dinero real. Los usuarios tienen la posibilidad de crear y vender bienes y servicios, lo que ha llevado a que algunos “residentes” –como se les llama los usuarios– puedan ganarse la vida dentro del juego. Y en ese mundo es donde Infugatito ha desplegado su cruzada para correr el velo y evidenciar prácticas que pueden constituir delitos y poner en riesgo a las personas.
Refugio de mentes perversas
No es común que se encuentren niños, niñas o adolescentes jugando en el simulador, más bien, es una plataforma para adultos que pueden realizar compras dentro del programa. A diferencia de juegos como Roblox o Fornite, ellos no llegan a una conversación con los menores, sino que hablan entre adultos que simulan ser personajes con características muy específicas. Infugatito ha documentado distintos roleplays que se ha encontrado en la plataforma, tal como un adulto que tiene un avatar de un cura, mientras otro finge ser un niño, todo esto para llegar a simular un encuentro sexual entre los personajes.
En el simulador no solo se recrean escenas de pedofilia, también se comparten imágenes de mujeres siendo abusadas, personas mutiladas, violencia infantil, zoofilia y una infinidad de parafilias y fetiches sexuales que rozan lo ilegal.
“Los genitales de los avatares se moldean de una manera tan perfecta para que ellos puedan tener cosas más +18 (…) En cuanto a tamaños, de que se pueda expandir la parte de atrás del avatar, la parte delantera también e incluso la de los avatares masculinos, y todo esto ya lo he documentado y lo he grabado ¿Por qué va a ser necesario crear aparatos reproductores tan diminutos y pequeños para un niño de 10 años, 8 años?”, dice.
Cabello verde agua, de apariencia femenina y ropa oscura, pero llamativa, es el avatar que maneja Infugatito en su labor de denuncia a cuentas de Second Life. Su apariencia de mujer joven lo ha llevado a recibir particulares tratos dentro de este simulador y así comprobar las extrañas fantasías que algunos usuarios buscan recrear en este juego.
“Se ha invertido como unos 150 ó 200 dólares de los cuales yo no puse ni un solo dólar. Todo me lo dieron en el mismo simulador, simplemente por el hecho de ser una niña pequeña y los mismos tipos con avatares extraños de pizza o con apariencia de adultos mayores, me daban dinero solamente porque me encontraba atractiva. Con este mismo dinero que ellos me han dado, yo me he contactado con estas personas y he documentado y grabado”, cuenta Gabriel.
Infugatito además maneja otras cuentas secretas, las cuales no expone en sus redes sociales, las que usa para hablar de ese lado oscuro del videojuego y denunciar estas prácticas. Su investigación lo ha llevado a ser expuesto y acosado más de una vez por parte de quienes prefieren que sus prácticas cuestionables sean llevadas en anonimato.
Una vez manejando el funcionamiento y lenguaje de estas comunidades en Second Life, Gabriel los persuade a estos sujetos para conversar de forma directa. Si acceden, le comparten un enlace a Telegram en donde se realiza el intercambio de contenido de abuso a menores, siempre y cuando antes, haya existido una suma de dinero de por medio o una conversación de confianza a través de qTox, un servicio de mensajería confidencial que utilizan varios de quienes navegan por la Deep Web.
Mauricio Araya es comisario y psicólogo de la Brigada Investigadora del Cibercrimen Metropolitana de la PDI. Cuenta con 12 años de experiencia en el área de explotación sexual de menores de edad a través de Internet, además ha pasado años estudiando todas las señales y la codificación que usan los pedófilos en línea para atrapar a sus víctimas.
“Estar expuestos a ese material es terriblemente nocivo. Nadie quiere toparse ni por accidente con una imagen de una guagua o de un niño de 3 años siendo violado, es horrible. La reacción normal es que te de vómito, no puedas dormir, la imagen quizás hasta te traumatice de alguna manera”, dice el agente de la PDI.
Es por esto mismo que Infugatito, una vez que obtiene el canal de Telegram por el cual se comparte este contenido, no ingresa y realiza la denuncia en el servidor de la aplicación, tal como lo hace en Second Life.
Como contexto, hay que comprender que dentro de ese juego se pueden crear mapas o mundos virtuales, lo cual conlleva en mantención y creación un precio cercano a los 400 dólares al mes. Es aquí en donde Gabriel descubre que se crean situaciones y avatares para recrear las parafilias morbosas de algunos usuarios, en donde ellos toman el control del escenario y, además, se comparten archivos que contienen material ilícito.
Gabriel cuenta que no es fácil investigar estos delitos. Los primeros hallazgos se dieron en 2007, gracias a un policía alemán que descubrió el tráfico de material de abuso infantil que se compartía en la plataforma. La denuncia tomó revuelo internacional y el hecho obligó a los creadores de Second Life a ajustar sus políticas y poner un poco más de restricción a los usuarios maliciosos, estableciendo barreras de entrada a menores de edad, pero claramente nada de eso funcionó, o al menos no del todo, pues Gabriel sigue encontrando este tipo de tráfico todos los días.
Además de que han compartido información personal de Gabriel y ha recibido amenazas, la carga emocional es otro problema con el que tiene que lidiar; conocer esta parte retorcida de la humanidad puede llegar a ser desgastante y desilusionador, es por eso que expertos como el comisario Araya recomiendan no entrar a los links privados, no ver el material explícito y hacer la denuncia al juego y la policía correspondiente al país.
El rol de la Policía
“Están los pedófilos sádicos que les gusta o sienten tienen excitación no solamente con ver un niño o niña desnudo; quieren ver la humillación del niño, quieren ver el dolor del niño, es decir, les excita cuando los niños están llorando, pidiendo por favor que los dejen en paz, eso es algo que a ellos les genera excitación”, explica Araya.
La PDI trabaja de forma internacional con la INTERPOL para la persecución de estos delitos, y en Chile se han entregado reportes importantes sobre la captura de estos depredadores sexuales.
En julio de 2022, en el marco de la llamada Operación ORION 1, culminaron más de 70 investigaciones que en una estrecha coordinación entre PDI y el Ministerio Público, permitieron detener a 55 personas por delitos vinculados al abuso o explotación sexual de niños, niñas y adolescentes a través de Internet. En 2023, la Operación ORION 2 logró la detención de 95 imputados que participaban del consumo y almacenamiento en línea de material pornográfico infantil.
En la misma línea, la Subsecretaría del Interior señaló en 2022 que de acuerdo con datos del Ministerio Público, durante el primer semestre de ese año hubo 18.000 niños que fueron víctimas de algún tipo de delito sexual, de los cuales cerca de 15.000 eran niñas. Por tanto, cuando se habla de la lucha del crimen complejo, del crimen organizado, no solo se habla de narcotráfico, lavado de activos, contrabando o tráfico ilegal de migrantes, sino también de este tipo de delitos.
En la segunda operación ORION hay cifras alarmantes: fueron incautados 2,22 terabytes de datos, equivalentes a más de 25 mil videos y sobre 222 mil imágenes explícitas con material de abuso o explotación sexual infantil. Aunque las policías trabajen duro para combatir estos delitos, las consecuencias parecen no ser suficientes. Además, los perfiles de quienes cometen estos actos están lejos de parecerse al prejuicio clásico que se tiene de estos individuos.
“Lamentablemente, la pena por almacenar material infantil es baja, por lo general. La mayoría de las veces quedan con firmas mensuales. Los pedófilos son gente que tú los ves y vas a decir: que extraño, él se veía tan bueno, es mi vecino. Hemos tenido médicos detenidos, abogados, ingenieros, profesores, psicólogos, bomberos, nutricionistas; es súper transversal este delito, tanto en comunas de alto nivel socioeconómico como también en lugares de bajo nivel”, explica Araya.
Según expertos en ciberseguridad, uno de los mayores retos para las autoridades es precisamente la capacidad de los delincuentes de disfrazarse bajo la apariencia de avatares inofensivos, mientras que el sistema de moderación y las regulaciones del propio juego son insuficientes para frenar estas actividades ilícitas. El problema no radica solo en el simulador, sino en cómo plataformas externas como Telegram y la Deep Web se utilizan como canales para compartir material ilegal, lo que complica aún más las investigaciones y refuerza la impunidad.
¿Existe un final?
Una posible teoría sobre por qué Second Life no cierra, a pesar de las actividades ilegales que ocurren dentro del juego, es que la plataforma representa una fuente importante de ingresos y popularidad para su empresa matriz, Linden Lab. Desde su lanzamiento en 2003, Second Life ha generado un microcosmos virtual que, a pesar de los problemas, sigue atrayendo a millones de usuarios que participan en diversas actividades legítimas, desde el comercio virtual hasta la socialización, el arte y la educación.
Es posible que la empresa prefiera mantenerse al margen, argumentando que no puede controlar todo lo que hacen los usuarios y que no es responsable de las acciones ilegales de unos pocos. Además, implementar controles más estrictos y vigilar constantemente la plataforma implicaría altos costos, lo que podría ser otra razón por la que prefieren mantener el juego tal como está, pese a los problemas.
Hay un dato relevante que puede poner en peligro a los NNA de forma más directa. En este momento, la aplicación de Second Life en celular solo es para usuarios premium, pero pronto va a salir una versión gratuita, por eso cambiaron las normas. Ahora podrá entrar cualquier persona y los niños se verán atraídos a mapas con temática infantil, pero dentro de estos mapas puede haber adultos que buscan víctimas.
Gabriel o Infugatito, se siente como un aporte en lo que respecta a denunciar estas cuentas y difundir los peligros del mundo virtual a aquellos usuarios que podrían ser víctimas de esta difusión de imágenes, o toparse con material de abuso de forma involuntaria. Su objetivo es hacer crecer su comunidad en redes sociales para que otros usuarios se sumen a esta especie de caza virtual y puedan ayudar a proteger a víctimas que ya han sido expuestas en el juego.
“Yo por lo menos sé que ahora estoy buscando como expandir la comunidad y que más gente entre y descubra que es una realidad, porque esto ya ha tenido mucho avance. Muchos mapas han sido cerrados, cada vez más usuarios han sido quitados y muchas fotografías y dinero se han perdido. Hemos logrado, por lo menos, lo importante: erradicar a estas personas y que tengan miedo, que ya no quieran volver a repetir el mismo patrón de compartir fotografías de niños reales”, dice mientras explica que hoy es posible dedicarse a esto, en gran parte, a esta gracias al apoyo de su comunidad de seguidores y suscriptores.
Por su parte, la PDI está en constante investigación de estos casos, pero para que puedan seguir avanzando es muy importante que la comunidad denuncie cuando ven algo extraño en videojuegos o redes sociales. También se hace un llamado a los padres o tutores de NNA para que cuiden a las infancias en el mundo virtual, como dice Mauricio Araya, los pedófilos están más a la vista de lo que se cree.