Sebastián Lehuedé, periodista, sobre la diferencia entre consumir y compartir, y el potencial que esto último tiene para informaciones relevantes:
A mucha gente le gusta mostrarse en las redes sociales como inteligente, informado y con opinión. El “espiral del silencio” se agranda en temas como la ecología o la defensa de causas fáciles pero que, en la práctica, significan poco como “la educación”.
El 73% procesa la información más profunda, rigurosa y reflexivamente cuando la comparte, lo cual representa otra oportunidad: si bien el joven vio 10 videos de gatos tocando piano antes del de Giorgio Jackson, es probable que a este último le haya puesto mucha más atención que al resto. Obvio: lo va a compartir. ¿Y si le preguntan después? No puede quedar mal.
Y ya que le puso más atención, los diarios podrían hacer un esfuerzo mayor por generar un debate alrededor de él. Y no me refiero sólo a comentarios, sino que también a interactivos. Ejemplo: una aplicación que determine en qué % estás de acuerdo con Jackson. Les gustaría compartirlo, creo.
Giorgio Jackson y su éxito en las redes sociales: ¿El regreso de las noticias políticas?, en Chao Papel, 17 de agosto de 2011