Para Daniel Arcucci, periodista deportivo y secretario de redacción del diario La Nación de Argentina, Maradona seguiría siendo el seleccionador si hubiese actuado de manera diferente. Una mirada a la despedida del “10” más allá de las acusaciones de traición y cobardía.
Por Javier García*
Diego Armando Maradona asumió como técnico de la Selección argentina en octubre del 2008. Su ciclo finalizó en julio del 2010, tras la humillante derrota que sufrió la albiceleste a manos de Alemana en el mundial de Sudáfrica. Julio Grondona, presidente de la Asociación del fútbol argentino (AFA), decidió no renovarle su contrato debido a las diferencias que existían en la conformación del cuerpo técnico que exigía el ex astro argentino.
Para Daniel Arcucci, secretario de redacción de La Nación de Argentina, la relación Maradona-Grondona venía arrastrando problemas desde hace tiempo, llegando al punto de que en sus reuniones “de lo menos que se discutía era de fútbol”. La AFA, agregó, “terminó cayendo en un juego político” que influyó en Diego a la hora de dejar la banca del seleccionado.
Si para Maradona era un reto enorme el asumir la banca de la Selección trasandina, Daniel Arcucci plantea que el verdadero desafío de Diego comienza recién ahora. En el sitio Canchallena, el periodista se refiere al proceso de reconstrucción al que se debe enfrentar el “pelusa”. Maradona supo sortear los obstáculos en su vida debido a su talento futbolístico. Pero este desafío, el de limpiar su imagen, requiere un “talento distinto”.
Si presionas la imagen puedes ver un video de Arcucci donde analiza la bullada salida de Maradona de la albiceleste.