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The Ominami web show

Por ~ Publicado el 26 mayo 2009

 

Por Ignacio Bazán


Una buena página web, nace del buen sentido común. Lamentablemente, la de Marco Enríquez-Ominami es el reflejo de una candidatura espontánea que ha ido improvisando los pasos a seguir en el camino. Lo que puede ser algo bueno en la arena política, no lo ha sido en la web 2.0. El sitio de E-O carece de todo orden y coherencia: un video aquí, una foto allá, una cita de un político más abajo, etc. Me recuerda a los arcaicos sitios web de Geocities de hace años atrás.

Lo único ordenado es el menú de navegación, que se mantiene arriba en forma horizontal al comienzo mismo de la página. El resto es un collage, un tutti fruti de contenido en el home. Mención aparte para la foto familiar de E-O con Karen Doggenweiler e hijas. Nada malo con sacarse una foto familiar y ponerla, de hecho, está bien. Lo malo es cuando la foto se photoshopea con una aura blanca alrededor de las cabezas para dar una especie de toque angelical. Eso, más las sonrisas prístinas de cada integrante del clan generan una sensación contraria a la pureza que quiere proyectar.

La foto “iluminada” contrasta con la oscuridad del sitio. Todos los fondos son negros o azules oscuros con textos generalmente blancos en tipografías añejas. Leer fondos oscuros siempre se ha hecho pesado y esta no es la excepción. Aparte de ser una página desordenada, sin un foco claro, también es una página que cuesta mirar, que da poco descanso a la vista.

En la parte positiva, E-O crea cercanía con su público web al despachar todos sus boletines en formato video. Hay más de veinte videos en los que el candidato habla directo a la cámara (o a sus constituyentes) estableciendo un nexo que pocos candidatos han sabido establecer con su gente. También están el programa de gobierno y una lista con personalidades (en su mayoría actores) que se suman a la candidatura.

En cuanto a twitter, E-O parece ser el candidato que más pega. Aunque Piñera a estas alturas (26 de mayo) tiene 2729 seguidores, el candidato de la Alianza no le hace un update a su cuenta desde el 11 de mayo. O sea, dejó su twitter botado. E-O tiene una sorprendente cifra de 2149 seguidores, lo que habla de lo bien posicionado que está en el segmento joven-conectado. Frei, que ocupa su twitter solo para publicitar sus actividades personales, tiene 349 escuálidos seguidores. A no ser que te interese saber qué está haciendo Frei en Llolleo, seguirlo en twitter realmente no vale la pena.

Para cerrar, lo otro interesante que tiene el sitio de E-O es la posibilidad de donar fondos a la campaña. Obama batió todos los records de donaciones las elecciones pasadas usando este recurso. Hay que ver cómo le va a Marco. De seguro, podría usar alguna colita de esos recursos para organizar y, hacer parecer más amable y moderno, su oscuro sitio web.

Más observaciones/comentarios son absolutamente bienvenidos abajo.

Ver también: Frei versus Piñera 2.0.



*Editor Puro Periodismo

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