Invitado al Jueves de Reporteros, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio conversó sobre empresarios, medios de comunicación y opinión pública. Consultado sobre si el presidente Piñera debe desprenderse de su canal de televisión, su respuesta fue tajante: “Totalmente. Si vendió Lan debería vender Chilevisión”.
Rafael Guilisasti, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), fue el invitado de una nueva edición de Jueves de Reporteros. Guilisasti es licenciado en historia de la Universidad Católica y preside la CPC desde diciembre de 2008. Su pasado político estuvo ligado al MAPU y desde el retorno a la democracia ha estado vinculado a la dirigencia gremial.
Andrea Vial, directora de la Escuela de Periodismo de la UAH, fue la encargada de dirigir una conversación sobre empresarios, medios de comunicación y opinión pública que, inevitablemente, llevó a los conflictos de interés del presidente Piñera. Cuando Vial preguntó a Guilisasti si creía que el mandatario debía desprenderse de Chilevisión, su respuesta fue tajante: “Totalmente. Si vendió Lan debería vender Chilevisión. Ojalá ese compromiso lo resolviera cuanto antes. La fundación, de alguna manera, mantiene un vínculo”.
El dirigente empresarial constató que el acceso que hoy tenemos a los medios de comunicación es impresionante, al punto de envidiar la cantidad de oferta disponible. “No me imagino la oposición al régimen de Pinochet en este contexto mediático”. Sí confesó que tras el retorno a la democracia esperaba la emergencia de más alternativas en prensa escrita, lo que no ha ocurrido. “Me gustaría que hubiera más pluralismo”. Guilisasti reconoció que todas las mañanas lee cuatro periódicos —La Tercera, Diario Financiero, El Mercurio y La Nación— y escucha radio Duna, amén de consumir artículos seleccionados de la prensa internacional. “El medio con el que me siento más cómodo es la radio”, afirmó.
Valoró, en relación a su ámbito laboral, el aumento de prensa especializada económica, con dos medios —Estrategia y Diario Financiero— cohabitando en el espectro mediático. Guilisasti mencionó el caso de la colusión de las farmacias y aquellas situaciones que han llegado al Tribunal de Defensa para la Libre Competencia como ejemplos que se cubrieron desde un periodismo económico independiente. La única forma de garantizar la independencia, argumentó, es ampliando la pluralidad de medios.
En relación a la vinculación cotidiana entre el empresariado y los medios de comunicación, Guilisasti aseguró que a sus pares les cuesta enfrentarse a la prensa. “Es difícil categorizar, pero la mayoría de los empresarios tiene aversión a la exposición mediática”, señaló. “El empresario en Chile es bastante reacio a emitir opiniones de carácter público”. En esta línea, afirmó que las quejas más recurrentes de los empresarios son que los periodistas no investigan y no recogen correctamente las opiniones.
En términos de filiación política, indicó que el mundo empresarial debe “sostener la gobernabilidad” y aseguró que, para él, la vinculación entre empresariado y derecha es “rara”. Frente a los conflictos de intereses de los ministros del gabinete actual, recomendó el modelo estadounidense de fideicomiso ciego y reafirmó la conveniencia de un blackout —un plazo de abstención prudente— en el paso del mundo público al privado.