Catalina Araya, 20 años. Estudiante de Pedagogía en Historia.
Por Sergio Vergara y Pablo Fuentes
El día del conteo, yo estaba con la guata apretada, no había comido nada en todo el día. Mi familia y yo estábamos tensos y expectantes, porque vimos la posibilidad de que Boric no ganase, y eso significaba volver a lo que hemos combatido por años, lo cual nos producía angustia. Ese mismo día en el que Boric salió electo, lo que más me sorprendió fue la reacción del pueblo. Estábamos con banderas en el metro porque íbamos a celebrar al centro, incluso antes de saber el cómputo oficial.
Me gusta la reacción que ha tenido la gente, a Boric siempre se le criticó por ser joven o lo han llamado amarillo, pero, aun así, la gente que no lo apoyaba desde un principio ahora le entregó su confianza, y cuando se ha visto envuelto en equivocaciones, críticas o polémicas, lo que hace la gente es tirarlo para arriba. Más allá de su figura política, la gente ha aprendido a quererlo. Su mayor fortaleza es el apoyo del pueblo, lo que para mí es lo más importante. No se puede gobernar teniendo el odio de tú país, y esto ha sucedido en gobiernos anteriores.

Catalina Araya
Lo que me transmite mayor miedo de su gobierno no es que él falle, sino las reacciones y respuestas que puedan tener los partidos opositores a él por sus acciones. La derecha siempre ha sido la misma, por siglos, y ellos son capaces de jugar en contra. Puedes verlo en algo tan simple como leer algunos medios de comunicación los fines de semana. Realizan ataques indirectos, metiendo ideas y pensamientos a la gente, lo cual puede generar un rechazo colectivo hacía Boric.
En cuanto a su plan de gobierno, lo que más me llamó la atención es la agenda social y cultural, que respete las minorías sociales, que fomente todo lo relativo al ámbito artístico del país. Teniendo esta identidad, tenemos una base desde la cual desarrollarnos en otros ámbitos. También se nota su inclusión al género femenino y a los pueblos originarios, esto lo podemos ver reflejado, por ejemplo, en el gabinete, y los actos cotidianos que lo hacen ver cercano y comprometido con el pueblo. De esta manera podemos asumir que sus propuestas van de la mano con sus acciones.
Por ahora es muy temprano para declarar si su gobierno ha sido decepcionante o destacable, pero sí hay indicios. Sus propuestas son revolucionarias, se entiende que son cosas que no se pueden llegar y hacer. La última vez que se intentó, bombardearon La Moneda. Pero sí podemos establecer de aquí a un año, no para ver si ha cumplido con todo lo que ha dicho, sino para entender si realmente va bien encaminado. Estoy expectante por ver los resultados de un gobierno con nuevas ideas, nuevos aires. Creo que dará frutos a nuevas generaciones.