Trailer de la segunda temporada de “The Newsroom”.
Francisco Sagredo, periodista Canal 3tv
@panchosagredo
Con entusiasmo espero el inicio de la segunda temporada de “The Newsroom”. La serie me enganchó rápido porque es entretenida, tiene una factura audiovisual impecable y, obviamente, a los periodistas nos toca muy de cerca al dibujar con acierto una caricatura, bastante real en algunos aspectos pero caricatura al fin, de los debates internos que se producen en un noticiero a la hora de elaborar las pautas informativas, equilibrar la necesidad de rating con la responsabilidad de informar y las historias humanas que se van tejiendo en un grupo de trabajo que, tal como ocurre realmente en los departamentos de prensa, pasa la gran mayoría del tiempo encerrados en la elaboración de un noticiero diario.
Es cierto que la serie presenta innumerables clichés sobre el heroísmo gringo y que algunos personajes resultan poco creíbles debido a sus comportamientos esquizofrénicos (al mismo tiempo no se puede ser tan brillante y desadaptado como le ocurre a los protagonistas: el heroico conductor Will McAvoy y la idealista productora McKenzie Mc Hale), pero “The Newsroom” tiene diálogos inolvidables que deberían ser obligatorios en primer año de Periodismo y, sobre todo, sirve para al menos cuestionar y discutir la realidad de los noticieros transformados en magazines informativos en pos de la búsqueda de sintonía.
Carlos Zárate, periodista Canal 13
@CarlosZarateV
Creo que el aporte de la serie tiene que ver con vivir de primera mano algunos de los desafíos que los periodistas vivimos en el día a día. La decisión editorial y los conflictos de interés si bien novelados son muy cercanos a decisiones que se toman en segundos. Lo otro particularmente atractivo es que habla de hechos reales que muchos de nosotros tuvimos que informar. Eso obliga a la reflexión con respecto a nuestras decisiones y a la información entregada en su momento.
Lyuba Yez, guionista y académica Escuela de Periodismo UAH
@lyubayez
Lo que más me gustó de la serie es la rapidez en los diálogos, además de la ironía y el sarcasmo que atraviesa a todos los personajes. Algunos son muy cínicos y racionales, pero a la vez pueden ser torpes, inestables y emocionalmente infantiles, lo que funciona muy bien para las tramas secundarias. Esto le da agilidad a una historia que, a ratos, puede ser tediosa cuando se queda pegada en lo político o en las declaraciones de principios de McAvoy y compañía. La adrenalina de la sala de prensa es atractiva, así como el manejo de la tensión sexual de algunos personajes y la presentación de relaciones que, por tiempo, destino o tontera, no se pueden concretar. Sí creo que la debilidad de “The Newsroom” es el tono moralizante y la presentación del periodismo como un personaje en sí, como un súper héroe que salvará al mundo (muy en la línea de las películas de acción estadounidenses). No creo que la intención de hacer buen periodismo esté en que los personajes prediquen, sino más bien en que se equivoquen. Me gustaría ver algo de eso en la segunda temporada.
José Simian, editor de About en Español y colaborador de revista Qué Pasa
@josesimian
Hacer una serie de televisión que represente de manera fidedigna lo que sucede en un canal de noticias de 24 horas es una proposición destinada en buena parte al fracaso. Ni en el canal más influyente de Estados Unidos se revelan secretos o dan golpes noticiosos cada semana, mes o año; la mayor parte del tiempo se emplea en rellenar el espacio televisivo. Ello, claro, no es culpa de Aaron Sorkin, creador de “The Newsroom”, ni tampoco puede reprochársele el inyectarle una dosis de esteroides a la realidad para entretener a los televidentes. Lo intragable es que el guionista use el mundo de los noticiarios de televisión neoyorquinos como vehículo para unas ideas añejas sobre el Sueño Americano y el rol de Estados Unidos en el mundo —el anchor Will McAvoy lo sintetiza en una perorata al comienzo del primer episodio, una fábula triste donde los periodistas no sólo parecen tener el poder de cambiar el mundo cada semana, sino que los hombres parecen ser más inteligentes y merecedores de respeto que las mujeres. O al menos eso fue lo que vi en los primeros tres capítulos. Después apagué la tele y volví a la realidad.
Eduardo Arriagada, académico Escuela de Periodismo UC
@earriagada
-Will: I’am on a mision to civilize.
-Charlie: How’s it going so far?
-Will: Progress is slow but I’m in it for the long haul.
Este año empecé a hacer un curso mínimo en la Escuela de Periodismo de la UC. El nombre no lo defenderé, Análisis de Periodismo Comparado; sí valoro la idea de terminar la carrera introduciendo el trabajo del editor analizando tanto de lo que es buen periodismo como también de lo que no es periodismo pero se pasa como tal en nuestros medios. En el semestre muestro ejemplos de buen periodismo, del resultado de la aplicación de una ética y una estética de lo que se debe hacer y no hacer al contar historias relevantes para la sociedad. También invito a profesionales a conversar con los alumnos.
El curso lo extiendo a las redes sociales con el hashtag #APC, incentivo que los alumnos hablen de periodismo en sus espacios personales. En ese contexto reconozco haber dicho que si tienen poco tiempo para ver televisión y pueden ver un solo noticiario a la semana es más útil que vean la serie “The Newsroom” de Aaron Sorkin. Valoro que oigan los interesantes diálogos que se dan entre sus profesionales mientras preparan la realización de un noticiario que hacen con un envidiable grado de análisis y discusión.
Me ha tocado discutir con otros profesionales que se irritan con la serie. Soy de los que valoro la decisión editorial de Sorkin de mostrar como héroes a los periodistas, como antes lo hizo con los políticos con mi otra serie favorita “The West Wing”. Me siento muy cerca de él en su crítica el excesivo cinismo reinante que es el mismo que detesta su trabajo. El reconoce que lo que hace es una llamada a dejar de pensar que la inteligencia es mala y lo hace entreteniéndonos.
“Simplemente quiero contar una historia que entretenga al espectador. Una historia de amor en un lugar de trabajo… Solo entretener en un ambiente que se sienta real, donde las noticias son reales y el espectador cuenta incluso con más información que los protagonistas”.
Me quedo con una idea del cuarto capítulo de la primera temporada cuando el conductor del noticiario Will McAvoy, sufrió una serie de contratiempos, algunos bastante exagerados, por hacer lo que él definía su misión en la vida: civilizar. Creo que esa frase permite entender de qué se trata el periodismo: informamos para evitar la barbarie propia de vivir en un entorno de desinformación y pasiones.
Comparto dos tuits de dos alumnos provocados por un mismo capítulo de Sorkin:
Una noticia debe tener información necesaria y relevante, que esté explicada dándole contexto, actualizada y novedosa.. #TheNewsroom #APC
— Catalina Bergström (@catabergstrom) June 3, 2013
Y yo q pensé que darle un contexto histórico a la noticia era sólo una extravagancia de Eliana R. y Teoría de la Noticia.#thenewsroom #APC
— Piera Rossi (@PieraRossi) May 28, 2013