Lo que el fuego le quitó al Villa Dulce Crav

Solo un par de minutos fueron suficientes para que las llamas del mega incendio que se desató el 2 de febrero en la Región de Valparaíso atacaran –además de casas, colegios y otros inmuebles– cinco estadios de fútbol en Viña del Mar y Quilpué. Dos resultaron con daños parciales y tres con destrucción total. Entre estos últimos, el estadio del Club Deportivo Villa Dulce Crav. Lo perdieron todo: la estructura, los recuerdos de más de 60 años de historia, el hogar. Hoy, a ocho meses del incidente, la situación no ha cambiado y es compleja; ante la urgencia de reconstruir las viviendas devastadas, el club ha quedado a la deriva, fuera de las prioridades de las autoridades y con una comunidad que sigue en pie, luchando y con la esperanza de volver, algún día, a echar la pelota correr y jugar en su propia cancha. 


 

 

El día comenzaba normal para Cristian López. La rutina era la de todos los días: ordenar y limpiar las instalaciones, hacer el trabajo de “canchero” y lavar los uniformes de los jugadores. Era, desde hacía cinco años, el cuidador del Estadio del Club Deportivo Villa Dulce Crav (VDC), en El Olivar. A las 18:00 de ese viernes 2 de febrero, llegaría la visita del presidente y el secretario del club, José Luis Andrade y Gustavo Quilodrán, respectivamente. Se reunirían con Manuel González, encargado del proyecto de instalación de pasto sintético, el cual había sido aprobado y estaba listo para ser puesto en marcha. Faltaban sólo unas inspecciones en el terreno para empezar a empastar la cancha.

Sin embargo, a las 18:30 los planes se verían interrumpidos. De un momento a otro, en cuestión de minutos, el trabajo de décadas del VDC fue destruido por las llamas. No sólo ahí; gran parte de Viña del Mar ardía a esa hora. El fuego estaba sobre sus cabezas, el día se hizo noche, las luces se apagaron, la señal de celulares se cayó y no permitía llamadas. No era posible detener lo que estaba ocurriendo.

“Ya no había nada que hacer, los extintores no ayudaron y se fue el agua. Los eucaliptos de fuera del estadio se incendiaron y empezó a llover fuego sobre la sede del club, se quemó todo altiro”, lamenta Cristian, quien además perdió su hogar junto con todas sus pertenencias.

Él contaba con un contrato formal con la institución, con un sueldo fijo y la casa que tiene el club dentro del estadio para sus cuidadores, donde vivía junto con su esposa, su hija de 12 años y tres de sus perros de raza Akita americana. Ese día, todos lograron huir a salvo, pero ni de su casa ni del club pudo rescatar nada.

La destrucción fue total: estadio, camarines, sede, trofeos, recuerdos y archivos del club; todo reducido a cenizas.

“El fuego estaba sobre nosotros, era un calor que nunca había sentido y más con el viento que había, costaba respirar (…) mi camioneta se estaba quemando. En total, desde que empezó el fuego hasta que me fui, estuve una hora. Lo último que hice fue sacar a los perros”, dice.

El Club Deportivo Villa Dulce Crav tiene cerca de 700 integrantes, entre socios y jugadores, repartidos en seis series masculinas y una femenina que compiten por el Campeonato de la Asociación Viña Oriente (ASOFUT). El torneo comienza todos los años en marzo, pero este año partió un mes después. Eso sí, el VDC recién retomó su actividad en mayo y, hasta la fecha, a pesar de todo, con buenos resultados. En la tabla de posiciones, aparecen segundos en la 1° división de adultos; quintos en la 2° división; y primeros en la 3°. En la serie femenina van cuartas y segundos en la categoría Senior. Pero perdieron la localía y una de las principales sedes del campeonato. Fue así como el que fuera el primer equipo de fútbol de la Región de Valparaíso que tuvo un estadio propio se convirtió esta temporada en un club errante.

Imagen satelital que muestra el estado actual del estadio del CD Villa Dulce Crav, tras ser consumido por las llamas.

Más que una pérdida económica

Javier Rojo (31) es jugador de VDC desde 1999, socio y, por supuesto, hincha del club. Entrenó a las series infantiles en 2014 y, al final, ha pasado casi toda su vida en lo que hasta hace poco era un espacio propio.

“Agradezco mucho la formación que me dio este equipo. Llegué a los 6 años acá, por lo que, para mí, no es solo un club de fútbol, es un club social. Aquí se me inculcaron valores como el respeto, sacrificio, perseverancia, a nunca rendirse (…) muchas de las cosas que tengo como persona son gracias al club”, dice.

Javier fue el DT más joven en la historia del club en salir campeón infantil, con apenas 22 años. “Es mi segunda casa, donde celebro mis cumpleaños hace 10 años. Es una pena y tristeza enorme lo que pasó, tanto para mí como para las cientos de personas que conformamos esta gran institución”, comenta.

Como ya se mencionó, el VDC fue el primer equipo de la Región de Valparaíso que tuvo un estadio propio, incluso antes que clubes grandes, como Santiago Wanderers y Everton. Transformándose en el hito más importante de la historia del club que creó en 1961 un grupo de refineros del azúcar para participar en los campeonatos de fútbol amateur en la zona. Todos trabajaban en la extinta Compañía de Refinería de Azúcar de Viña del Mar, CRAV. De ahí vienen las siglas que lleva el nombre del club. Y Villa Dulce, porque así se llamaba el barrio donde vivían.

En 1965, la Sociedad PROVIEN donó el terreno ubicado en Camino Troncal, mediante una carta firmada por el entonces diputado por Valparaíso, Rubén Hurtado. El documento mencionaba el traspaso de una superficie de 14.410 m2 una vez que “se les otorgue la personalidad jurídica”, autorizando la construcción de camarines e instalaciones. Posteriormente, la donación quedaría invalidada debido a negligencias por parte de las directivas que no permitieron que se concretara la donación al club.

Sin embargo, en 1989 Villa Dulce oficializó la compra del terreno. La compra significó una inversión de 606 UF al Serviu, equivalente a $1,8 millones de la época. El monto fue cancelado en tan solo 10 meses. “Perdimos la cuenta de las completadas que hicimos para pagar el estadio”, recuerda Francisco Herrera, presidente del club en ese período.

Poco más de siete años tardó la construcción de estadio. “Que en este campo conseguido a través del esfuerzo y unidad de sus forjadores, sirva a las generaciones de nuestra comunidad”, decían las invitaciones que enviaron a los socios del club para la inauguración oficial del 17 de mayo de 1997.

La ceremonia de inauguración contó con una orquesta de Carabineros, la presencia del entonces alcalde de Viña del Mar, Rodrigo González (PPD), y la visita del dos veces mejor jugador del mundo, Elías Figueroa. También hubo shows artísticos y el tradicional corte de cinta que daba por inaugurado oficialmente el complejo. “Villa Dulce inauguró su propio estadio. Es el único club de la Región que posee su propio recinto deportivo”, titularon los diarios de la época.

Y ahora, 27 años después, todo quedó reducido a cenizas.

Después de la catástrofe, los miembros del club siguen reuniéndose semanalmente, aunque han tenido que readaptar el espacio. Lo primero fue la limpieza del recinto. Y entonces aparecieron los recuerdos, o lo que quedó de ellos. En los escombros había más de 200 trofeos obtenidos en cancha, fotografías de los distintos planteles que se habían coronado durante más de seis décadas. En la sede, los baños y camarines solo quedaron con sus paredes, sin puertas, ventanas ni techo. Y aún no hay certeza sobre una eventual reconstrucción.

Imágenes de las instalaciones del club durante y después del megaincendio que arrasó con gran parte de Viña del Mar en febrero de 2024.

 

Las gestiones se han hecho, pero…

El sábado 10 de febrero, más de 50 miembros del club se reunieron para limpiar el desastre. A la actividad llegó Macarena Ripamonti, alcaldesa de Viña del Mar. La jefa municipal fue clara respecto a la situación: como municipio no podían hacer mucho. Sin embargo, hizo las conexiones con Rubén Inostroza, abogado de Alexis Sánchez. El propio futbolista llamó a la ayuda desde sus redes sociales.

Días posteriores, se presentó Inostroza, quien reafirmó el compromiso del futbolista a través de una “importante donación” para la causa de Villa Dulce. La que, dependiendo de su cantidad permitiría el comienzo de los primeros avances de reconstrucción. “El problema es que uno de los presentes comentó que la reconstrucción valía solo $40 millones, así que el abogado se fue con esa idea, entonces la donación será proporcional a ese monto”, señala Herrera.

Las conversaciones continuaron con el pasar de los días. Se sumó Leandro Torres, seremi del Ministerio del Deporte en Valparaíso, quien junto a un equipo de arquitectos realizó una serie de inspecciones en el terreno para proponer un presupuesto real y posibles plazos. “Es una obra importante y grande, donde entregamos un informe a los valores estimativos de reconstrucción (…) se están haciendo las gestiones para poder lograrlo”, señaló Torres a Puroperiodismo.

El informe fue presentado el 19 de febrero por el Ministerio del Deporte y aprobado el 9 de abril por las carteras de Hacienda y Desarrollo Social. Se consideró que, antes del incendio, “la sede estaba disponible para un universo sobre 1000 usuarios, prestando soporte a 18 clubes en 13 series”, y que su reconstrucción es de “un manifiesto interés público”.

El presupuesto que calcularon para la reconstrucción total – sede, camarines, baños y otros, alumbrado de cancha y sala de bombas– es de poco más de $776 millones. Una cifra inalcanzable para los integrantes de la comunidad.

“Es una cifra que se aleja de la realidad y de nuestras estimaciones”, señala Francisco Herrera, quien además es ingeniero constructor. Él ha participado en importantes proyectos del club, como la construcción de la sede en 2005 e instalación del alcantarillado en 2015.

“Nosotros hicimos un trabajo de estimación junto a un grupo de arquitectos y el presupuesto que nos cuadró fue de 202 millones… sigue siendo más de lo que podemos pagar”, dice.

El proyecto, en todo caso, forma parte de la cartera abierta a donaciones del Fondo Nacional de la Reconstrucción, y está abierto a recibir aportes a través de la Tesorería General de la República.

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El tiempo les apremia

Las complicaciones económicas han generado otro problema: el plazo. El proyecto de reconstrucción presentado por Hacienda señala que, eventualmente, para mediados de 2025 comenzarán las obras en el recinto. “Es una posibilidad, no hay nada claro”, dice José Luis Andrade, actual presidente del VDC.

De comenzar los trabajos en el terreno ese año, se estima que para 2028 el estadio se encontrará nuevamente operativo para retomar la actividad deportiva. Sin embargo, la prioridad de reconstrucción son las viviendas siniestradas, las cuales hasta ahora, tampoco cuentan con una solución definitiva. Un estudio del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) identifica el sector de El Olivar, donde se ubicaba el estadio, como una de las zonas más afectadas por el incendio, y que a junio se contabilizaban unas 1.527 edificaciones construidas o en proceso de reconstrucción, equivalente al 38,8% de los inmuebles damnificados. El foco y las prioridades, por supuesto, han estado en las viviendas de los sectores que más sufrieron con el fuego, como Villa Independencia y el campamento Manuel Bustos. El estadio del Club Deportivo Villa Dulce Crav sigue a la cola.

A ocho meses del megaincendio que afectó a la Región de Valparaíso, el club aún no encuentra apoyo por parte de las autoridades, teniendo que, ellos mismos, empezar la reconstrucción de sus sedes y camarines. Así lo describe Andrade:

“Nosotros ya empezamos a trabajar: levantamos los fierros y, para armar la estructura, se podría decir que hemos avanzado un 25% con trabajo de la gente del club. Quizás para fin de año, si todo resulta bien, tengamos parcialmente operativo el estadio. Ninguna reconstrucción es fácil para un club amateur, son muchos los millones. Tenemos que ver lo que tenemos y que vamos a hacer (…) un año de espera es un año que mata al club. La naturaleza nos puso de rodillas y nosotros tendremos que ponernos de pie”.