Carlos Aldunate, Gumersindo Lafuente, Cristián Bofill y Héctor Soto | Foto: Patricio Contreras
A fines de noviembre de 2010, El País de España y otros cuatro periódicos —The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y The New York Times— difundieron, en forma coordinada, algunos de los 250 mil cables del Departamento de Estado de EE.UU. filtrados por Wikileaks. La euforia del momento —equiparada con la divulgación de los Papeles del Pentágono, en 1971— dio pie para epifanías sobre el futuro de la política, la diplomacia y el poder. La idea de que Wikileaks marcaría un antes y un después en estas esferas fue reafirmada por Javier Moreno, director de El País.
A más de seis meses de la publicación de los cables, los ánimos se han decantado, el ego de Julian Assange se mantiene —también su situación penal— y el periodismo aún puede seguir dialogando sobre decisiones editoriales, criterios de publicación, relevancia de la información y, por cierto, la influencia de las nuevas tecnologías.
El debate “El País y los archivos de Wikileaks”, realizado en la Universidad Diego Portales, contó con la presencia de Héctor Soto, crítico de cine y analista político; Cristián Bofill, director de La Tercera; y Gumersindo Lafuente, director de elpais.com y testigo privilegiado del sigiloso proceso que ese medio, junto a su versión impresa, llevó a cabo para la publicación de los documentos filtrados.
Durante el encuentro hubo posiciones escépticas (Bofill cuestionó la apreciación de “antes y después”) y antiutópicas (Héctor Soto y su rechazo de la transparencia total). Lafuente, desde la vereda de su medio, concedió algunos puntos en disputa (el tono anecdótico de muchos de los cables), pero también se explayó, con confianza y soltura, sobre lo que él más sabe: redes sociales, periodismo en la web, noticias al instante.
A continuación les dejamos tres audios del debate.
En el siguiente audio, el periodista español habla sobre la necesidad de escuchar a las audiencias, fijarse en aquellos individuos que se han erigido como marcas en las redes sociales, y perseguir la transparencia en aquellas instancias de la vida política donde se anida la corrupción.
El conductor de “Terapia chilensis”, en radio Duna, pide tiempo para poder analizar las verdaderas repercusiones de las redes sociales, que tienen mucho de “liquidez” y “deslealtad”, y donde priman las emociones antes que las razones.
El director de La Tercera prefiere hablar de cambios antes que de crisis en el periodismo, y pone como ejemplo la filtración de Wikileaks, que Assange confía a cinco medios escritos antes que darse el gusto de hacerlo por su cuenta.