—¿El periodismo tiene la capacidad de transformar las realidades que narra?
Puede sonar presuntuoso o casi de iluminados pero, es totalmente distinto. Como el problema en América Latina, desde hace muchos años, es la impunidad y es la sensación de la población de que haga lo que haga el ciudadano la corrupción, la injusticia, la falta de oportunidades, la desigualdad, va a seguir exactamente igual. La manera de luchar contra aquello es mostrar que si uno demuestra casos graves de corrupción, de asesinatos, cuyos autores están impunes, muchas veces la justicia tiene que actuar, aunque tarde. No somos jueces, pero podemos hacerlo en periodismo riguroso, en que puedes mezclar una muy buena metodología de bases de datos, de testimonios, de documentos, con una muy buena pluma de escritura. Y ese producto, cuando se lo entregas a los ciudadanos, lo aprecian, lo valoran, crea indignación y provoca un movimiento, una reacción que hace que pasen cosas. ¿Esas cosas que son? Que se empiece a mover la justicia, que los gobiernos se vean obligados a anular licitaciones, a cambiar personas, a cambiar políticas públicas. ¿Y el objetivo del periodismo cuál es? Mejorar la calidad de vida, para no decir algo que no se menciona, que tiene el derecho a soñar siquiera, con espacios de placer.
“Yo, con orgullo, digo que en Ciper aprendo todos los días de esos jóvenes que sienten el privilegio de tener libertad absoluta editorial para investigar”.
—¿Cómo hacer periodismo de investigación con una narrativa agradable al lector?
Yo creo que hoy día, más que nunca, requieren que se acerquen, que coqueteen, pero sobretodo, que trabajemos juntos. O sea, Ciper es eso: es un equipo de gente que trabaja mucho, muy duro, en investigación dura, con metodología, con bases de datos, con mucho uso de la ley de transparencia. Usamos todas las metodologías habidas y por haber para llegar a puerto. Es decir, tener todos los datos que nos permitan seguir el curso de un proceso. Hacemos análisis, pero después hay que contar esa historia. Entonces aquí es donde se prueba que un buen equipo, que tiene buenos investigadores y buenos contadores de historias, es imbatible. Pero eso hace imprescindible despojarse del ego. La firma pasa a ser, francamente, un accidente. Y yo, con orgullo, digo que en Ciper aprendo todos los días de esos jóvenes que sienten el privilegio de tener libertad absoluta editorial para investigar, para escribir, que la única cortapisas es el rigor. Entonces, la firma, nunca pelean por eso. A mí me hace sentir muy, muy orgullosa.
Mónica González es una destacada periodista chilena. Actualmente es directora del Centro de Investigación Periodística (Ciper). Tiene una larga trayectoria en medios como en los diarios Siete+7, La Nación, El Siglo, en las revistas Cauce y Análisis, entre otros. Además de ser corresponsal para medios extranjeros, como Clarín (Argentina), su trabajo periodístico e investigativo le ha valido reconocimientos y distinciones tanto en Chile como en España, Estados Unidos e Israel.