El Mercurio presenta una crónica con aspiraciones informativas de la Noche Buena de 1911. Se describe el ambiente en el espacio público, el consumo en la Alameda, la similitud con las Fiestas Patrias de septiembre y un festival de bandas efectuado en los jardines del edificio del Congreso Nacional. “Resultó espléndido y se vió concurrido por lo más escogido de nuestra sociedad”, escribe el autor anónimo.
Con gran animación se ha llevado a efecto anoche la celebración de la tradicional fiesta de la Noche Buena.
Desde las últimas horas de la tarde un gentío numeroso empezó á invadir los paseos públicos, muy de preferencia la Alameda de las Delicias, donde, como todos los años, se establecieron ventas de frutas, refrescos, flores y juguetes al aire libre.
Durante estas fiestas es cuando en nuestra ciudad se nota una animación verdaderamente extraordinaria.
Pobres y ricos toman parte en la celebración de la Pascua. Esta es una de las únicas épocas del año en que el pueblo se considera obligado a divertirse en forma, y en verdad que lo hace en la mejor forma que sus recursos se lo permiten.
El aspecto que ofrecía anoche nuestra capital sólo es comparable al de los grandes días de las fiestas patrias. A todo esto contribuían grandemente las casas comerciales que iluminaron con profusión el frente de sus edificios.
La Plaza de Armas, Plaza Brasil, plazuela Vicuña Mackenna, Avenida Matta y otros paseos se vieron repletos de paseantes. En estos paseos hubo retretas hasta cerca de las 12 de la noche.
El festival de bandas efectuado en los jardines del Congreso, resultó espléndido y se vió concurrido por lo más escogido de nuestra sociedad.
En casi todas las iglesias de la ciudad se celebró á las 12 la misa de Navidad.