“Cubrir una tragedia aérea no es fácil. Yo he cubierto varias. Es muy fuerte para los periodistas, para la redacción, que no está preparada para cubrir una tragedia aérea. Es muy complicado porque la información no sale tan rápido, porque no hay datos oficiales, porque llegar a la zona donde cae el avión nunca es fácil, salvo que ocurra en el aeropuerto”.
“Estamos viviendo un situación bastante peculiar en los medios en general, no solamente en América Latina. A nivel mundial se da esa situación de ‘publica y corrobora después'”.
“Nos estamos acostumbrando muchísimo a hacer un periodismo de anticipación, decimos ‘esto va a pasar’, se sacan conclusiones sin muchos argumentos. Eso es habitual en los medios de comunicación (…) El periodismo de anticipación no es periodismo. Creo que estamos jugando muy malas cartas, los lectores lo saben bien y se dan cuenta cuando el objetivo es vender diarios o alarmar a la gente”.
“Antes los periodistas no estaban en el ojo de la gente. Ahora es increíble cómo la protesta ciudadana a través de redes puede cambiar una portada, un enfoque, o puede llevar a un alto directivo de un medio de comunicación a pedir disculpas”.
“Se está dando una fuerza muy grande en redes sociales que algunos medios menosprecian o algunos periodistas ignoran (…) Creo que es importante que los medios y los periodistas tengamos muy claro que ya no vale ‘hacerse los locos’, como que hoy no pasó nada. Eso ya no se puede hacer, y es importante y bueno para la profesión que los usuarios nos pongan contra la pared y nos obliguen a tener buenas prácticas y cada vez mejores”.
“Si la gente piensa tan mal de los periodistas y de los medios es porque nos hemos olvidado de hacer periodismo”.
“Si dejamos de pensar en las víctimas dejamos de hacer buen periodismo (…) Una tragedia no es un reality show. Sin embargo, en diferentes sucesos los periodistas o los medios han dado un enfoque que hace parecer que estamos viviendo el show de Laura Bozzo”.