El primer gran diario estadounidense que se muda a la web

Parece que nadie se salva. Mientras el retail nos da un respiro antes de iniciar nuevos despidos masivos, los medios de comunicación entregan las primeras señales de lo que será su reacción ante la crisis económica de los dos mil. En Chile, los grandes conglomerados comunicacionales ya iniciaron sus recortes, los diarios reducen a sus periodistas de plantas, desechan a los colaboradores hasta nuevo aviso y se aprietan el cinturón con cambios de último minuto para reducir sus costos.

Una buena señal de cómo vive la industria periodística este momento en Estados Unidos lo dio el Seattle Post-Intelligencer, propiedad de Hearst Corporation y uno de los dos diarios de Seattle que, después de 146 años funcionando como uno de los medios escritos más grandes, cerró sus puertas después de meses con números rojos y la caída de las ventas en avisos publicitarios. No se imprimirán más números, más de cien empleados fueron despedidos y sus 110 mil fieles lectores tendrán que asumir que el Seattle Post-Intelligencer se acabó y que a partir de hoy podrán informarse por el Seattle Times, que es EL medio escrito que les queda.

Pero el Seattle Post-Intelligencer no se ha ido del todo. Aunque carga en su historia con un déficit de 14 millones de dólares, sus dueños han hecho una nueva apuesta, esta vez por el periodismo digital: una “aventura online” con un grupo de 20 periodistas que lo convierte en el diario estadounidense más grande en dar el paso al formato 100 por ciento online.

Aunque quizás habría sido más fácil cerrar sus puertas y olvidar el proyecto, el Seattle Post-Intelligencer vio en Internet una oportunidad y también el desafío de demostrar que un medio online de noticias también puede ser un buen negocio. En palabras de sus propios periodistas, convertirse en un medio de este tipo también ofrece más oportunidades para contar las historias aprovechando las herramientas digitales, apelando a distintos sentidos del lector y jugando a ser más provocadores. Sin embargo, pese a sus ganas, también son capaces de ponerse en el otro escenario posible: el del fracaso, para el cual dicen que está el consuelo de haber aportado con su experiencia y esfuerzo para el aprendizaje de otros medios.

Veremos qué pasa.