El informe de la U. de Columbia sobre el “fracaso periodístico” de Rolling Stone: un resumen ejecutivo
En un posteo anterior agrupamos algunos artículos y opiniones tras la publicación del informe realizado por la Universidad de Columbia sobre el cuestionado reportaje de revista Rolling Stone de una supuesta violación en la Universidad de Virginia. Ahora es el turno de presentar una síntesis de un informe que —vaya paradoja— el editor de RS tildó de “documento fascinante” sobre un “fracaso periodístico”.
Es un texto de casi 13 mil palabras y fue encargado en diciembre de 2014 por la revista Rolling Stone. Los autores del informe debían ser agentes externos al medio. Finalmente RS optó por buscar en la Universidad de Columbia. Los encargados de revisar el polémico reportaje de la revista serían Sheila Coronel, decana de asuntos académicos y directora del Stabile Center for Investigative Journalism; Steve Coll, el decano de la Escuela de Periodismo de Columbia; y Derek Kravitz, un investigador y académico en la misma institución.
El informe fue publicado el domingo 5 de abril de 2015 en reemplazo del artículo “A Rape on Campus” en el sitio web de RS. Una versión condensada aparecerá en la edición impresa de abril/2015. También está disponible en la web del Columbia Journalism Review.
Estas son algunas de las características y hallazgos de la investigación sobre el “fracaso periodístico” de “A Rape on Campus”, reportaje que se publicó el 19 de noviembre de 2014 y que tuvo más de 2,7 millones de visitas.
- La revista pidió a los autores del informe resguardar la identidad de la verificadora de datos (fact-checker) “porque no tenía autoridad para tomar decisiones”. Ella pasó cuatro horas al teléfono conversando con “Jackie”, la protagonista del reportaje.
- Los autores definen este caso como la “historia de un fracaso periodístico que pudo ser evitado. El fracaso abarcó el reporteo, la edición, la supervisión editorial y la verificación de datos”.
- Pese a que desde 2008 la redacción de la revista tuvo que recortar el 25 por ciento de los puestos de trabajo, para los autores el problema no tuvo relación con la falta de recursos del medio.
- Una de las frases más lapidarias: “El problema fue la metodología, agravada por un ambiente donde varios periodistas con décadas de experiencia fallaron para hacerse escuchar y debatir problemas sobre el reporteo o prestar atención a las preguntas que recibieron de la verificadora de datos”.
- Sean Woods, uno de los editores del reportaje, declara en el informe: “fuimos demasiado deferentes con la víctima” (Jackie). Los autores no están de acuerdo que ese sea un argumento para explicar el fracaso.
Los autores identificaron tres errores garrafales:
- Jackie le contó a Sabrina Erdely, autora del reportaje, que después de la supuesta violación llamó a tres amigos para pedir ayuda; Erdely nunca contactó a esos tres amigos y se basó exclusivamente en el testimonio y la mediación de Jackie. En el informe de Columbia las tres personas afirman que habrían hablado con la periodista si ella los hubiera contactado.
- Al contactar a la fraternidad Phi Kappa Psi, donde habría ocurrido la violación, Erdely proporcionó escasos antecedentes —ni fechas ni las características del victimario, un estudiante que trabajaría como salvavidas— y sólo pidió “comentarios” al respecto. Para los autores del informe, si RS hubiese proporcionado más información quizás la fraternidad habría reparado en algunas inconsistencias que hubiesen permitido revisar el reporteo.
- Erdely no averiguó la identidad del supuesto victimario (presentado con el seudónimo “Drew”), en parte porque Jackie cortó el contacto cuando se le solicitó más antecedentes sobre él, aunque en ningún momento se negó a que lo buscaran por otras vías. El cruce entre la pertenencia a la fraternidad Phi Kappa Psi y el oficio de salvavidas era el primer paso.
El informe enfatiza que RS debe fortalecer los siguientes aspectos que podrían haber evitado el fracaso:
- El uso de seudónimos “es inherentemente indeseable en el periodismo”, escriben los autores. RS debería considerar “prohibirlos”. Y si los editores creen que son elementos indispensables, deberían optar por un uso muy restringido y sólo tras un debate que considere otras alternativas.
- Tanto Sabrina Erdely como su editor Sean Woods debieron haber contrastado la información con los tres amigos de Jackie. “Si el departamento de verificación de datos hubiese entendido que tal práctica era inaceptable, el resultado ciertamente habría sido distinto”, escriben los autores.
- La confrontación de fuentes e información debe ser con detalles. Como Erdely sólo pidió “comentarios” de la fraternidad, perdió la posibilidad de contrastar su reporteo. Además, la verificadora de datos confió en la periodista y no confirmó, de forma independiente, con Phi Kappa Psi.
Finalmente, ¿qué queda para los periodistas? El informe sugiere tres áreas que deben ser tratadas con cuidado al momento de abordar temas sensibles como el abuso sexual:
- Equilibrar la comprensión hacia las víctimas y la necesidad de verificar la información.
- Corroborar la información de las víctimas.
- Que las instituciones rindan cuentas de sus procedimientos.