Lyuba Yez. Foto: Patricio Contreras.
Lyuba Yez: “¿Cuánto es lo que uno puede informar en casos emblemáticos no resueltos judicialmente? El primer paso es pensar cómo lo hago para no pasar a llevar el trabajo que está realizando la justicia. Siempre se corre el riesgo que sean los medios y el periodismo tratando de decir quién es el responsable. Ese límite siempre está medio expuesto”.
“Hay que entender que la persona se presume inocente hasta que la justicia diga lo contrario, pero tampoco se puede dejar de informar. Por ejemplo, en el caso de un sospechoso y todas las pruebas que lo podrían inculpar como responsable, no hay que caer en el exceso de condenar a esa persona.
Carolina Mardones: “Se debe partir de la base que cuando se investiga un caso judicial donde no hay una sentencia de por medio, teniendo en cuenta que el periodismo no se puede someter a los tiempos judiciales que son muy largos, debemos velar siempre por el respeto del principio básico de la presunción de inocencia”.
“Como los temas policiales son tan llamativos, muchas veces tienden a verse sobre dimensionados en la agenda de los medios de comunicación generando una imagen de la realidad donde los problemas de seguridad y delincuencia tienen una presencia mayor que la que realmente existe a nivel social. Esto atenta contra el derecho que tienen la opinión pública de hacerse un juicio certero de lo que realmente ocurre en la realidad”.
Lyuba Yez: “El respeto del honor y la honra es lo más difícil de controlar en este tipo de noticias. A veces por ciertas publicaciones o por formas de abordar el tema. Por ejemplo, el caso de Alto Hospicio. La prensa al principio creyó un poco todo lo que se decía, lo que decían los vecinos e incluso autoridades que decían que las niñas habían desaparecido porque se habían ido. Se denigró bastante a las víctimas sin saber que todas eran víctimas de una misma persona”.
Carolina Mardones: “Muchas veces se produce un convenio entre algunos medios de comunicación y la policía. Los medios incorporando equipos de prensa en los distintos operativos policiales o ocupan material de ellos que muchas veces confunde a la opinión pública, entonces finalmente esto pasa a ser como un gran espectáculo del trabajo policial. Que, claro, desde el punto de vista de la curiosidad y el morbo es sumamente atractivo, puede ser generador de mucho rating, pero desde el punto de vista del respeto de la situación y respeto a la persona afectada deja mucho que desear. Y muchos programas se sustentan sobre esta relación”.
Carolina Mardones.
Lyuba Yez: “Básico en el trabajo periodístico es el chequeo riguroso de los datos y tomar los resguardos para no condenar a nadie, independiente del caso, porque esa tarea no le corresponde al periodismo. Nosotros damos cuenta de una situación con la evidencia que está y eso es lo que las personas reciben, de ahí toman posturas y toman decisiones”.
“Respetar a las víctimas, sobre todo cuando los involucrados son menores de edad y cuando han sido víctima de abuso sexual. En el fondo proteger la identidad, que va más allá de no publicar el nombre, sino que evitar entregar información que permita llegar a saber quién es esa persona”.
Carolina Mardones: “Una recomendación básica en todo el periodismo de calidad es que hay que tener una actitud reflexiva frente al trabajo periodístico. Muchas veces los hechos policiales son tan llamativos y con la premura que tenemos los medios de comunicación los periodistas, en general, reflexionan poco respecto a los posibles dilemas éticos que se presentan, a las formas de resolverlos, a los daños en general y a las imágenes que se provocan dentro de la opinión pública”.
“Entonces, lo primero es que cada vez que uno como periodista tenga que realizar una cobertura reflexione previamente. Debe pensar con qué me estoy encontrando, qué peso tiene esta situación, qué dilemas están presentes, qué derechos puedo afectar, incluso si puedo atentar en contra de la misma investigación y a partir de ahí ir tomando las decisiones”.