Apuntes para un periodismo de excelencia: la perspectiva de género y el no al sexismo

Según el Monitoreo Global de Medios 2010, solamente el 24% de las personas que aparecen en noticias son mujeres, aunque en la última década se han registrado avances. Un nuevo documento entrega pautas para mejorar la cobertura y reflexión de la cobertura mediática, que suele ser sexista y desigual.

Puede parecer cotidiano e inofensivo, pero el lenguaje —verbal, visual, gestual— construye y desmorona realidades, muchas veces sin ser cuestionado. Del mismo modo, la selección y producción noticiosa hace eco de estos desequilibrios. Por ejemplo, según el Monitoreo Global de Medios 2010, solamente el 24% de las personas que aparecen en noticias son mujeres.

El documento Por un periodismo no sexista —un trabajo conjunto de UNESCO, la Universidad Diego Portales, la Universidad de Chile y el Colegio de Periodistas— contiene una serie de pautas, términos, criterios de edición, fuentes, reflexiones, atajos y pistas para ejercitar “un proceso de sensibilización” del oficio periodístico, desde una perspectiva de género, y que ayude a contrarrestar lo que en estudios como el Monitoreo Global de Medios se traduce en cifras y guarismos, pero que en la realidad se replica en forma de prejuicios y segregaciones concretas.

“Se habla de que hay sexismo en la información —dice este documento— cuando la construcción periodística reproduce o crea situaciones de discriminación e inequidad, generalmente afectando mujeres. Este sexismo está presente en los medios de comunicación tal como lo está en las sociedades en que se desarrollan dichos medios. Si en nuestra sociedad hay discriminación y poca valoración hacia las mujeres, las noticias probablemente tendrán el mismo tratamiento”.

El texto fue lanzado el lunes 29 de noviembre con la presencia de dos figuras televisivas que presentaron el documento —Mónica Pérez, de TVN, y Ramón Ulloa, de CNN Chile— junto a dos de las autoras: Claudia Lagos, coordinadora del Programa de Libertad de Expresión de la Universidad de Chile, y Victoria Uranga, académica UDP y encargada de la cátedra “Medios de comunicación y participación ciudadana”. Junto a ellas también trabajaron Gloria Alberti y María Teresa Maluenda.

En cuarenta páginas, Por un periodismo no sexista entrega criterios de edición, directrices para la elección de fuentes y el uso del lenguaje. Es una contribución, en palabras de sus autoras, para suplir carencias y debilidades, y, fundamentalmente, apuntar hacia un periodismo de calidad.

Un apartado especial se ocupa de la violencia de género, repetitiva y negligente en términos informativos. Ramón Ulloa retomó este punto: “Hablamos o escribimos de manera automática de “crímenes pasionales” sin más fronteras que los “móviles sentimentales” en desmedro de un concepto más amplio y exacto como es hablar de la violencia de género. Es nuestro propio lenguaje, en realidad, el que nos traiciona. Un lenguaje que como construcción cultural suele cargar también con los vicios de su origen. Como bien se preguntan en este libro, ¿qué tiene de sentimental o pasional asesinar a una mujer? Debe haber sido una de las preguntas que a mí más me llamó la atención”.

Mónica Pérez, en tanto, habló de su experiencia laboral y reconoció con franqueza la insensibilidad frente a esta situación. “En el departamento de prensa de TVN, no, no hay conciencia de que [el sexismo] es un problema. Y pienso que no hay conciencia ni entre hombres ni mujeres, ni entre periodistas viejos y periodistas jóvenes. Hay una cosa de que no es tema, como “¿qué querís decir?”.

En el siguiente audio, Claudia Lagos, una de las autoras del texto, comenta la aparición de esta pauta.



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ALGUNAS PREGUNTAS DEL DOCUMENTO

—¿Hay secciones que son preferentemente cubiertas por hombres y otras, por mujeres?

—Si requiero imágenes ¿considero de igual manera el aspecto físico y la presentación de las fuentes femeninas así como de las masculinas?

—¿Preguntamos a las mujeres qué sienten, y a los hombres qué piensan?

—¿Contribuyo con mi lenguaje a reforzar estereotipos o a la inclusión social?