“Crisis” es y seguirá siendo la palabra del año, asociada a lo económico, a los despidos masivos y a la debacle que se nos viene. Sin embargo, nuestra televisión está viviendo otro tipo de crisis: la programática. La absoluta saturación provocada por las repeticiones de Los Simpsons, los espacios de humor que rellenan parrillas en las horas muertas, los matinales que funcionan colgados de EL programa exitoso del canal, las teleseries que ya no prenden como antes y los realities (¡cómo olvidarlos!), que son tan rentables cuando funcionan.
Pero cuando no funcionan el drama puede ser mayor. Según lo que ha aparecido en la prensa, la salida de Vicente Sabatini de la gerencia de programación de TVN se debió, en parte, a malas decisiones como el reality “El juego del miedo”, que significó pérdidas económicas graves. Esto, sumado a la parrilla poco atractiva del canal, tenía a TVN en cuarto lugar y cada vez con menos esperanza. En reemplazo del llamado “rey de las teleseries” (cuyo reinado terminó con “Los Capo” (2005), cuando el público no aceptó más subtítulos ni historias de época) llega María Elena Wood, documentalista que ha estado ligada al canal por años y que, según palabras del director ejecutivo de TVN, Daniel Fernández, tiene un perfil más cercano al proyecto de televisión pensada para 2012.
A Sabatini, en tanto, se le ofreció volver a las teleseries, de las cuales no se desprendió totalmente (quizás por eso las críticas a su poca dedicación exclusiva en programación), con un proyecto Bicentenario que lo llevará a sus orígenes: las historias de época. No debe ser nada de fácil saltar de un cargo poderoso como el que tenía a éste, como una especie de retroceso. Aunque más difícil aún debe ser volver a las teleseries hoy, cuando las fórmulas están agotadas y el público –cada vez más exigente y despierto- no se compra cualquier cosa.
De más está decir que el público no es tonto. El desafío para Wood y Sabatini es grande. Quizás la receta sea no dormirse en los laureles, no confiarse demasiado y entender que éste es un mundo dinámico en el que casi todo es desechable.
Habrá que sentarse a repensar la tele. Suerte con eso.