La reinvención del 13 en el set

Por Verónica Concha*

{*Profesora audiovisual Escuela de Periodismo UAH}

¡Planetaria!

Esa fue mi impresión al ver la nueva escenografía del “nuevo” Teletrece de Iván Valenzuela y Soledad Onetto. Hace unos años ya que Canal 13 viene ambientando sus noticieros con un estilo más tecnológico, muchas pantallas, planos voladores con grúas y lentes gran angulares, que muestran en cada inicio o cierre de bloque, todo el despliegue escenográfico. Hasta ahora, se veía algo exagerado para un solo conductor. Con Mauricio Hoffmann los cambios de lugar eran pocos durante la hora de noticias, pero hoy los nuevos conductores interactúan harto, aprovechando y justificando el tremendo estudio que comparten.

Haciendo un poco de memoria, imposible no recordar a César Antonio Santis, que presentaba las noticias sentado en uno de esos cubículos que más parecían módulos de atención de alguna Isapre… ni siquiera se podía ver con el comentarista que tenía al lado. Al recién fallecido Augusto Gatica no se le movía un pelo en cámara a pesar de lo arcaico del sistema. Varios productores corrían para ponerle en el “teleprompter” de la época, una hoja escrita hasta a mano con el lead que introducía la nota. Esto, mientras algún colega lo despeinaba o le hacía alguna broma en cada corte. El plano era tan cerrado que nunca nadie se dio cuenta. Más tarde, Jorge Díaz leía las noticias casi inmóvil, rodeado de paneles café, emulando madera o corcho, con un teléfono negro de los antiguos, todo muy chico y empaquetado. Cecilia Serrano con su tradicional “Muy buenas noches…” y sus enormes hombreras en este mismo entorno con los primeros televisores “escenográficos” que jamás se prendían y varios relojes que mostraban la hora de Nueva York, Moscú y Santiago.

Con Javier Miranda empezamos a ver algo de modernidad. El tío Javier se sentaba a leer en un estudio más amplio, apoyado en una gran mesa de color, con un “still”, (rectángulo gráfico que apoyaba el contexto de la noticia) y teleprompter en mano que le permitía leer a su propio ritmo. Igual que todos, muy ajustado al libreto y nervioso a la hora de improvisar al aire para salvar algún problema o falla técnica. Cómo olvidar las caras de pánico de varios en medio de un temblor o diciendo “de arriba me dicen que….”

Más tarde, con Mauricio Hofmann, aparecieron en escena los notebooks con auspicio, las antiguas tablas cambiaron por pantallas desmontables, los “stills” por animaciones en 2D y 3D que permiten hacer recorridos, gráficos, y proyecciones económicas en vivo. También cortinas gráficas que anuncian los segmentos específicos, cortinas musicales siempre pomposas y hasta ahora, colores vivos poco comunes para la historia de Canal 13. Ya respirábamos tranquilos porque habían dejado atrás los grises y los azules.

Aunque ahora esos colores estén de vuelta para ambientar este nuevo platillo volador, a mí me gusta. Hay una apuesta innovadora de hacer más un “programa de noticias”, que un noticiero tradicional. Hay planos contrapicados, movimientos de cámara y aprovechamiento del espacio y de elementos tecnológicos que son un aporte. Complementan un estilo nuevo, más distendido, pero no por eso, menos serio para entregar las noticias. Se agradece una puesta más cercana, menos empaquetada y no tan formal, como ha sido la tradición en el 13.