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Verificación de imágenes al estilo de la BBC

Por ~ Publicado el 2 abril 2014

Desde julio de 2005 que un equipo de la BBC filtra y edita el contenido generado por usuarios. Para este proceso utilizan herramientas de búsqueda y se atienen a principios de verificación que buscan consolidar y mantener en su rutina diaria.

El terremoto de 8,2 grados que afectó al norte de Chile en la noche del 1 de abril dio pie —como en muchas catástrofes— a la proliferación de imágenes dudosas:

Esta fotografía publicada en Twitter no es falsa, pero sí está sacada de contexto: fue tomada durante las marejadas en Antofagasta de julio de 2013.

Para evitar que una imagen así sea difundida por los canales tradicionales —radio, televisión y digital—, la BBC dispone de un equipo especializado en la verificación de Contenido Generado por los Usuarios (UGC en inglés). En el Manual de Verificación publicado por el European Journalism Center, Trushar Barot, editor del equipo, expone cuatro principios que guían su trabajo.

    1. Establecer el autor/creador de la imagen. Es el primer paso y su mecanismo más obvio es contactar a quien la publica (que puede haberla recogido de otra parte) y comprobar su identidad. Después se puede usar servicios como Google Reverse Image Search o TinEye para buscar si la imagen ha sido utilizada anteriormente (es recomendable filtrar por tamaño y fecha de publicación).
    2. Corroborar la locación, fecha y hora de captura. En caso de hablar con el creador o quien sube la imagen, Barot recomienda formular estas preguntas: ¿quién es? ¿dónde está? ¿cuándo llegó a ese lugar? ¿qué puede ver? ¿por qué está ahí? “Mientras más vaga la respuesta, más precaución debes tener sobre lo que dice la fuente”, escribe. Dos métodos permiten verificar la imagen en esta fase. Primero, revisar la metadata (información EXIF en el archivo) de la imagen. Si es original podrás encontrar desde el modelo de la cámara que la tomó hasta la fecha (que puede ser incorrecta). Para esto puedes usar Photoshop (ver información del archivo) o herramientas gratuitas como Fotoforensics o Finexif. Una precaución: sitios como Twitter, Facebook e Instagram borran la metadata del archivo al ser subido a sus plataformas. El segundo método consiste simplemente en revisar los detalles de la foto que permitan dar con lugares u horas específicas.
    3. Confirmar que la imagen es difundida en su contexto. Es decir, que no sea etiquetada como #tsunami cuando se trata de una #marejada del año anterior. Para chequear locaciones, Trushar Barot recomienda Google Maps, Bing Maps y Wikimapia. Otros servicios que organizan contenido de redes sociales —aún en menor medida— son Geofeedia y Ban.jo.
    4. Obtener permiso del autor para usar la imagen. Es una buena práctica, dice Barot, cada vez más frecuente en países donde la legislación protege la propiedad intelectual. Las condiciones y términos en las redes sociales, en tanto, varían de servicio en servicio. Flickr es uno de los más explícitos sobre la reutilización (o no) de las imágenes de un usuario. Cuando se busca permiso, Barot propone tener claro los siguientes puntos: qué imagen se quiere usar, cómo será usada, cómo se explicitará el crédito del autor o si prefiere mantenerse anónimo.

Y el consejo final: “Si has pasado por los chequeos y procesos previos y aún tienes dudas, ¡no uses la imagen!”.

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