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Una década de distancia: Miradas de periodistas del pasado y el futuro en el 10° Foro LATAM de Medios Digitales y Periodismo

Por ~ Publicado el 20 octubre 2021

La primera mesa de conversación del 10° Foro LATAM de Medios Digitales y Periodismo, organizado por Factual y Distintas Latitudes, fue algo así como un ejercicio de memoria. En ella participaron quienes hace 10 años, en la primera versión del Foro, se encontraban exponiendo sobre sus medios y la labor de los periodistas de entonces. Una década después, se volvieron a reunir para observar el recorrido hecho y los cambios que ha habido tanto en sus redacciones como en toda la industria de medios en la región. Así partió el lunes 18 de octubre la primera de siete jornadas dedicadas a la discusión, reflexión, propuestas y capacitaciones en torno al periodismo latinoamericano.


 

Para noviembre de 2012, el medio colombiano La Silla Vacía llevaba tres años funcionando, y su director editorial, Juan Esteban Lewin, contaba en una de las mesas del Primer Foro Latinoamericano de Medios Digitales y Periodismo, su experiencia y sus desafíos como medio digital para hacer periodismo de investigación. 

También estaban Ernesto Aroche, codirector de Lado B (México), un medio que había nacido hacía sólo un par de meses; José Luis Sanz (El Salvador), actualmente corresponsal de El Faro en Washington DC; y Elia Baltazar, quien por entonces representaba a la organización Periodista de a Pie y que ahora es directora de noticias del Instituto Mexicano de la Radio (IMER). Por su parte, Luis Carlos Díaz, analista y periodista venezolano, era otro de los integrantes que estaban en la mesa, pero él participaba a través de una videollamada, algo que en ese tiempo aún era extraño y parecía ser cosa del futuro.    

Todos -salvo Díaz- se habían reunido en Ciudad de México, convocados por la revista Distintas Latitudes y su director y fundador, el internacionalista mexicano, Jordy Meléndez. Desde entonces, cada año se ha vuelto a llevar a cabo una nueva edición del encuentro que congrega a periodistas y comunicadores de toda Latinoamérica para discutir, reflexionar, aprender y proponer distintas formas de hacer periodismo en la región. Y el lunes 18 de octubre, mientras en Chile se conmemoraba el segundo aniversario del estallido social, partió en la capital mexicana, aunque ahora en formato híbrido, su décima versión, y lo hizo con un reencuentro.  

Durante la primera jornada de este 10° Foro LATAM de Medios Digitales y Periodismo -a realizarse entre el 18 y el 29 de octubre-, cuatro de esos periodistas se reunieron nuevamente para realizar un balance de la década pasada, observar el recorrido hecho y analizar lo que les ha ocurrido a los medios y a los periodistas en todo ese tiempo. Porque, si bien son 10 años, parecieran ser muchos más. Así al menos lo definió Luis Carlos Díaz: “Trabajar en internet es en un tiempo más denso, entonces un año de emprendimiento digital es muy largo; se llega a decir que son como años de perro, que valen por siete”. 

Y así, hablando del paso de una década y los cambios que se han vivido, iniciaba la primera mesa de este Foro, llamadaNuestra larga marcha: Medios y periodistas a una década de distancia”.

 

A diez años del primer encuentro

Cuando participó en la primera edición del Foro, Elia Baltazar era parte de la Red de Periodistas de a Pie, una organización que se creó en México para capacitar e intercambiar experiencias de trabajo periodístico independiente bajo un contexto de agresiones sistemáticas a la prensa. Para ella, los cambios en esta última década no van únicamente en las sociedades y los medios, sino que también “ha habido una transición muy importante que tiene que ver con cómo accede la gente a la información, y cómo se relaciona con sus medios de comunicación”.

Frente a este último punto, Baltazar se detuvo para profundizar en la equidad en el acceso a la información, tomando a ésta como un “bien de consumo cada vez más valorado y cada vez más caro”.

“Quienes no puedan pagar por información de calidad, ¿cómo van a acceder a ella, más allá de las redes sociodigitales en las cuales ronda este fantasma de la desinformación y las fake news? Esta estrategia, además de los bots y todos esos fenómenos juntos, nos pueden dar un panorama y un retrato de un ecosistema de la información y de una sociedad que se mueve en él de manera muy compleja, con mucha tensión a veces, con muchos retos, pero también con muchas metas por delante, y con mucha emoción para avanzar”, dijo.

Por su parte, el periodista español José Luis Sanz, quien tras casi dos décadas viviendo y reporteando en El Salvador es el actual corresponsal de El Faro en la capital de Estados Unidos, señaló que en estos 10 años “nuestras sociedades y el periodismo, como su sociedad, se han transformado profundamente”.

“Nunca fuimos más latinoamericanos que ahora, nunca fuimos tan conscientes de la globalidad de nuestros problemas o de la regionalidad de nuestros problemas como ahora (…) Creo que nos esperan años difíciles para el periodismo, para nuestras sociedades”, dijo. Sin embargo, a pesar del “pesimismo” de sus palabras -él mismo lo catalogó así-, aseguró que esto se debe a que es “porque estamos mirando la realidad con más claridad que hace 10 años, y esta es la gota de optimismo que trato de encontrar en un escenario tan difícil como el de ahora”.

Otro que estuvo en el reencuentro fue Ernesto Aroche, quien hace 10 años se encontraba iniciando el camino con Lado B. Hoy recuerda que las preocupaciones eran la sostenibilidad, el costo del dominio de un medio de comunicación y el espacio en un servidor. Sin embargo, ahora “estamos preocupándonos no solamente por tener espacio y la sostenibilidad, sino que por cómo logramos la atención de las audiencias en nuestros contenidos”, comentó.

“Tenemos que estar pensando en la distribución, en cómo les hablamos a las audiencias, en dónde están esas audiencias y cómo se están relacionando con la información. Tenemos que pensar cómo producimos videos para TikTok y cómo le sacamos el jugo a todas esas herramientas que desarrolla Google y miles de empresas que están en el exterior. Entonces, cada vez se va complicando más (…) En este momento estamos parados en no sólo la sostenibilidad económica y financiera de nuestros medios, sino que también en la sostenibilidad de las audiencias”, agregó Aroche.

 

Una década de cambios personales

En diez años no sólo han cambiado los medios, sino que también los periodistas. “Cambian las estrategias para seguir trabajando mañana, ¿y cómo creen que han cambiado en esta década? ¿qué están pensando distinto?”, es la pregunta que realizó Díaz.

En el caso de Baltazar, su llegada y salida de la Red de Periodistas a Pie fue un antes y un después en su carrera.

“El final de este proceso que duró más de 10 años como periodista freelance, en el que me involucré no sólo en distintos trabajos y de distintas disciplinas, me permitió darme cuenta de la necesidad que había también en términos personales de generar estrategias de crecimiento profesional”, contó. 

“Llego ahora a un trabajo, vuelvo a una oficina, a un equipo de trabajo bien establecido, y lo que puedo decir es que agradezco mucho estos 10 años de recorrido que me permitieron ir recolectando no sólo experiencia propia, sino también ir recolectando experiencias de mucha gente que conocí en el camino, de mi propio paso por distintos medios y por distintas cosas, y esa experiencia acumulada es lo que estoy tratando de traducir en procesos de trabajo en espacios de medios públicos que, en México, vienen de un rezago en todos los sentidos”, agregó.

Sanz definió esta última década como un periodo de muchas revoluciones y cambios personales. Desde lo que fue la creación de Sala Negra, el proyecto de El Faro especializado en la cobertura periodística de temas de violencia en Centroamérica, y sus años en la dirección de El Faro, reflexionó: “Realmente lo que pienso es cómo ha cambiado mi mirada hacia el periodismo, o mis ánimos respecto al periodismo, y creo que está profundamente marcado en el hecho de que ahora veo más a futuro”.

“Hace 10 años, muchos de los que estamos acá trabajábamos en medios digitales. Ahora lo normal es que ya ni siquiera se diga que es un medio digital, porque todos los medios son digitales. Yo creo que es una enorme motivación para seguir haciendo periodismo, pero sobre todo para entender el periodismo desde la humildad de lo que nos queda por aprender (…) buena parte de la energía para seguir trabajando y para seguir siendo periodista yo la recibo de las nuevas generaciones”, dijo.

Y, frente a estas nuevas generaciones, Sanz también mencionó a la Red de Jóvenes Periodistas, organizada por Factual y Distintas Latitudes -la mismas organizaciones que cada año dan forma al Foro-. “Nunca hubo tantos proyectos extraordinarios, y vuelvo a hablar de la Red de Jóvenes Periodistas, que es uno de los proyectos que más me ilusiona del continente desde hace mucho tiempo (…). Nunca hubo tanta conciencia del futuro en el periodismo de la región y me motiva personalmente, me hace sentir que formo parte de algo que tiene más futuro que yo, y eso no lo teníamos hace 10 años”.

Para Aroche, quien actualmente es parte de la Red de Periodistas de a Pie, “en estos 10 años pasamos de ser esos periodistas buscando defender periodistas, y en esta responsabilidad autoimpuesta de tener dos trabajos, el trabajo de ser periodista y el trabajo de intentar cuidarnos como periodistas, empieza a haber más organizaciones por la defensa de la libertad de expresión. Y entonces, los periodistas más bien entendimos, o nos miramos y vimos, y nos decidimos de que era necesario empezar a hacer lo que sabíamos hacer, que era hacer periodismo”.

“Pasamos de esa mirada de ‘cómo nos protegemos’ a pensar en que una de las mejores maneras que tenemos para protegernos era hacer lo que sabíamos: hacer periodismo ético, con mejores prácticas, comprometido con su cotidianidad, con su realidad (…) y empezar a construir también una relación importante con las audiencias, entendiendo que éramos importantes para ellos, para su consumo informativo, para entender su cotidianidad”, agregó.

En el caso de Díaz, quien durante 2012 trabajaba en el sector de ONG’s y capacitaba a personas dentro y fuera de Venezuela para que aprendieran a utilizar distintas herramientas digitales, las cuales servían para tener una incidencia pública y hasta crear medios de comunicación, tuvo un cambio personal profundo en la última década.

“Cuando empezó una ola grande de censura en Venezuela, muchos periodistas vinieron a Internet y empezaron a crear iniciativas digitales muy buenas. Venezuela tiene hoy un ecosistema interesantísimo de medios digitales. En este caso, no por evolución sino por trauma, se vinieron o tuvieron que abrir espacios digitales porque se les impidió imprimir o hacer otras cosas. Yo decidí irme a la radio, que era de las pocas ofertas que había libre, abiertas, autónomas y críticas, y eso al final nos costó. El programa fue sacado del aire el año 2019, yo fui apresado y me tocó vivir esto desde otro punto de vista”, contó.

Siguiendo la misma línea de Aroche sobre la sostenibilidad y las complicaciones para conseguir un servidor seguro para mantener un medio de comunicación, Díaz dijo que “hoy las complicaciones están en esa capa donde no sólo tiene que ser un servidor, sino que tiene que ser un servidor seguro, con respaldos; no solamente un dominio, sino un dominio que pueda burlar las censuras y los bloqueos digitales; no solamente capacitar periodistas para que sepan utilizar herramientas digitales, sino que también se puedan proteger, que puedan encriptar y cifrar comunicaciones. Hemos tenido que ir agregando capas y capas de ‘malicia’ en torno a un contexto que se hace cada vez más agresivo, más restrictivo, y eso, en el fondo, no sabemos si el resultado es mejor periodismo, pero por lo menos se puede contar la realidad desde una vivencia, desde lo que la gente está atravesando, y eso también es importante porque le da otra perspectiva, otro trabajo”.

 

Retos para la libertad de expresión

Para finalizar la sesión, Luis Carlos Díaz invitó a los periodistas a exponer, desde sus miradas y sus experiencias, algunos retos para la libertad de expresión que se están viviendo actualmente.

Para Elia Baltazar, el principal reto es que la información no se convierta en un elemento más de la brecha de inequidad y de la desigualdad social: “Los medios están en todo su derecho, y sabemos que es una estrategia de supervivencia, de cobrar por la información, (…) Pero puede convertirse en una brecha muy amplia que creen ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, con acceso a distinto nivel de calidad de la información. Y en la medida en que compliquemos el acceso de grupos de personas más amplios a una información de calidad, en esa medida se va a desgastar y habrá un desequilibrio en nuestras democracias”.

José Luis Sanz comentó que “el ejercicio de la libertad de expresión y el flujo de las ideas y de voces es profundamente desigual”. Y el reto que presentó va precisamente en “cómo conseguimos que el miedo al profundo desequilibrio que hay, y a los retrocesos que hay, no nos haga caer en la cultura de la cancelación y que lo que haga sea llevarnos a una normalización de la restricción de la libertad de expresión, es decir, a cerrarnos al escuchar voces, cuando en realidad creo que es parte de la trampa en la que nos están metiendo”. 

Ernesto Aroche, por su parte, se fijó en el reto de la agenda pública. “Seguimos con agendas públicas y discusión y de debate muy capturadas por intereses políticos, para bien y para mal, o de los dos lados, o de las diferentes áreas que estén en pugna y en conflicto, y periodísticamente estamos muy atorados en la manera en cómo robamos o quitamos esa discusión centralizada en algunos agendas como muy particulares y muy políticas. Me parece que este desarrollo de alianzas, de estrategias, de buscar la suma de diferentes medios que permitan que el trabajo periodístico que va más allá de esas agendas, o que aporten de alguna manera información de esa discusión que puede estar muy monopolizada, nos puede ayudar, pero no sé si sumar estas voces sea la única respuesta o lo único que podemos hacer los periodistas”, explicó.

Y, a modo de cierre, Luis Carlos Díaz presentó que uno de los retos más importantes es la mentira. “La mentira no ocurre solamente porque hay una persona interesada o demás; la mentira tiene detrás estructuras, tiene periodistas contratados, comunicadores, escritores, tiene recursos, tiene también estrategias más atractivas para empaquetar contenidos y hacerlo llegar a más gente. Entonces, es una cosa incluso a veces desigual, y sobre todo en países que tienen impacto de propaganda externa, por ejemplo el eje ruso que impacta en algunos países como Venezuela, Nicaragua y otros, tiene ese problema y es sumamente complicado lidiar con él”, concluyó.

El término de esa mesa, que Factual y Distintas Latitudes difundieron a través de sus redes sociales, era apenas el comienzo de una serie de conversatorios, charlas y talleres pagados y gratuitos que se desarrollarán a diario hasta el 29 de octubre. Para varias de esas actividades aún hay cupos disponibles y para poder revisar la agenda e inscribirse a las actividades, basta con pinchar el enlace que lleva a la web del Foro.

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