Opinión

Por qué necesitamos periodismo emprendedor

Por ~ Publicado el 25 julio 2018

Uno de los sistemas fundamentales de producción y distribución de información del planeta está ampliamente dañado. Creo que podemos repararlo.*

Foto de Lewis Wickes Hine, Wikimedia Commons (cc).

Foto de Lewis Wickes Hine, Wikimedia Commons (cc).

En muchos pueblos, ciudades y países, diariamente la gente se apoya en el trabajo de periodistas que proveen contexto del mundo que los rodea —información sobre escuelas, medioambiente, negocios, gobierno, criminalidad y mucho más—, contexto que les ayuda a tomar decisiones importantes para sí mismos y para otros.

Aunque a menudo está oculto a la vista, el trabajo que muchos periodistas hacen es de importancia crítica para el ecosistema de información del mundo. Hay evidencia de ello en todas partes de nuestras vidas: en la parte inferior de las páginas de Wikipedia, en nuestras redes sociales y en transmisiones de noticias de televisión/radio que llegan a millones de personas cada día.

Pero el sistema de producción industrial de noticias del siglo pasado está roto. Y lo único peor que el modelo roto de noticias es la destrucción total de confianza y credibilidad que ha traído consigo.

Por mucho que me duela decirlo, los modelos de negocio que los periódicos promovieron durante el siglo pasado —vendiendo la atención de los lectores a los anunciantes— son los posibles culpables de muchos de los problemas que la sociedad enfrenta hoy, desde las llamadas “noticias falsas” a la manipulación masiva de opinión pública al estilo Cambridge Analytica.

El seguimiento [tracking] generalizado que prevalece en la web hoy en día, y el uso de cuentas falsas y robots automatizados para influir en las nuevas “páginas de inicio de internet”, conducen a un pecado original: la importación a la web del modelo de noticias financiado por publicidad. En resumen: podríamos culpar a la gente de la revista WIRED por inventar el banner publicitario y eso sería todo.

TRES PROBLEMAS PELUDOS

Con toda seriedad, las organizaciones de noticias actuales están fracturadas de tres maneras fundamentales:

Lo primero es el modelo de negocio. Como se describió anteriormente, el modelo respaldado principalmente por publicidad, donde la atención del público cautivo se vende a los anunciantes, no solo ha hecho zozobrar a la industria de las noticias, sino que también amenaza con llevarse consigo partes de la internet abierta. La hiper-optimización de este modelo de negocios en las últimas décadas ha resultado en enormes violaciones a la privacidad y en una enorme industria de fraude (algunos dicen que puede llegar a los US $16 mil millones en 2017).

Lo segundo puede resumirse en la frase común de los propios periodistas: “¡Sigue el dinero!” Muchas de las organizaciones de noticias en las que la gente confía, ahora son propiedad de fondos de inversión de alto riesgo que tienen un solo objetivo: la maximización de los beneficios. Esto ha llevado a un vaciamiento masivo de las salas de redacción en Estados Unidos y Canadá, y a un foco en producir la información menos costosa, lo que erosiona aún más la confianza de la comunidad, ya que las salas de redacción olvidan historias importantes y no cumplen su papel de “detectives de la democracia”.

Las salas de redacción más contemporáneas —Vice, Vox, BuzzFeed, etc.— sufren la maldición del capital de riesgo. El financiamiento de riesgo requiere que estas organizaciones de noticias maximicen el rápido crecimiento con la esperanza de alcanzar un tamaño que haga posible el cálculo de pagar a sus inversores. Al ver esto desplegarse en tiempo real, parece que maximizar los beneficios, o maximizar el crecimiento, hace que sea muy difícil producir también información de calidad de manera consistente y en el largo plazo.

Lo tercero es el modelo mental. El modelo mental actual de cómo producir información viene de una era anterior a internet. Es un modelo mental que ve cómo la producción de noticias ocurre fuera de la comunidad que cubre, donde las prioridades de las noticias se deciden con poca o ninguna aportación de la comunidad. En resumen, se trataba de “informar sobre una comunidad, no con una comunidad”. Y ese modelo se estableció mucho antes de que fuera posible escuchar de manera efectiva a una comunidad, colaborar con esa comunidad y poner las voces de la comunidad en el reporteo.

¿POR QUÉ INTERNET NO HA SOLUCIONADO TODO ESTO?

Hasta hace poco, algunos creían que internet y las redes sociales habían brindado a los ciudadanos más información que nunca antes —a menudo con los mismos ciudadanos realizando actos de periodismo— y que simplemente abriendo el campo del periodismo de esta manera se proporcionaría toda la información que los ciudadanos necesitaban. Sin embargo, como hemos visto resaltado en este último año, es una gran simplificación decir que más fuentes equivalen a más verdad.

Para usar una comparación demasiado simplista, los periodistas son algo así como editores de Wikipedia capacitados y empleados profesionalmente para el sistema de información más grande del mundo: investigan, verifican los hechos, entrevistan a las fuentes, son los jardineros de nuestra historia colectiva y difunden nuestro conocimiento compartido.

Los medios tradicionales han respondido a los problemas del modelo de negocio descritos anteriormente, en gran medida, creando un muro entre su información y el público. Si el público quiere acceso, debe pagarlo. Pero este enfoque corre el riesgo de crear comunidades cerradas y ghettos entre los que tienen y los que no tienen en la sociedad de la información.

Creo que hay una mejor manera: una manera en que periodistas y las comunidades a las que sirven trabajan juntos. Una manera que no genera “tener” y “no tener”. Una manera que no pone a pelear a los objetivos comerciales con los objetivos periodísticos, confiando en la publicidad o la recolección de datos al por mayor. Una manera que es tremendamente colaborativa, con un “ethos de código abierto” en su núcleo. Y una forma que devuelve la diversidad y la confianza al trabajo de los detectives de la democracia.

Con tu ayuda, estoy decidido a construir un movimiento alrededor de esa mejor manera.

COMENZANDO DESDE CERO, CONSTRUYENDO UN MOVIMIENTO

Puesto de la forma más clara posible: quiero acelerar un movimiento para reiniciar los medios. Para ponerlos en un camino hacia la sostenibilidad a largo plazo y alineados con las comunidades a las que deben servir.

Solo imagina por un momento un mundo lleno de organizaciones de noticias financieramente viables que sean abiertas, participativas e inclusivas. Donde los periodistas co-crean con sus comunidades, ofreciendo maneras para que las personas aporten su experiencia. Estas serán organizaciones de noticias intrínsecamente humildes y de tamaño humano, y serán las organizaciones de noticias que se hacen cargo de las grandes preguntas que no encajan en un ciclo de noticias diarias. Organizaciones que trabajan para generar confianza con sus comunidades, un periodista a la vez y un miembro de la comunidad a la vez. *

* (Estas son ideas expresadas anteriormente y de mejor forma por muchos antes que yo, incluyendo a Rob Wijnberg de De Correspondent, Emily Goligoski y Jay Rosen del Membership Puzzle Project, Erin Milar de Discourse Media, Jennifer Brandel de Hearken, Andrew Lowsowksy de Coral Project, Corey Ford de Matter Ventures y varios más que están trazando un nuevo camino con estos conceptos).

Continuando con el trabajo que comenzó hace casi una década, quiero incorporar estrategias del desarrollo de software de código abierto —entregar un producto principal, co-crear, solicitar ideas de la comunidad, intercambiar valor y construir redes en torno a intereses comunes— en las actuales organizaciones de noticias.

Sin embargo, me he dado cuenta de que, debido a la inercia, este es un cambio cultural desafiante para promocionar en salas de redacción ya establecidas. Es difícil luchar contra 150 años de historia; de hacer las cosas de la manera en que siempre se han hecho porque el “agujero de noticias” necesita ser llenado.

Por lo tanto, he pasado los últimos años experimentando con un nuevo enfoque que se basa en el espíritu emprendedor. Esa exploración me llevó a esta beca [JSK en Stanford] que me brindó la oportunidad de dar un paso atrás y ver el desafío a la distancia, y entrevistar a casi 100 personas en los ecosistemas de innovación de medios y emprendimiento de medios para buscar pistas de que estoy en el camino correcto.

Desde que anuncié el Campamento de Periodismo Emprendedor hace unas semanas, he tenido conversaciones maravillosas con personas que piensan en líneas similares. Eso me emociona mucho, porque necesitaremos una colaboración masiva para trazar este nuevo camino: es un momento de manos a la obra.

Veo este campamento de entrenamiento como el primer paso. Ya se está planeando un evento presencial de un fin de semana para más adelante este año. Habrá talleres en próximas conferencias de periodismo y más. Puedes leer sobre todo esto en la sección de Preguntas frecuentes.

Esto es todo, mantente atento a las actualizaciones y ponte en contacto si deseas ayudar a construir este movimiento desde cero.


Este texto fue publicado originalmente el 19 de julio de 2018 en phillipadsmith.com. Acá reproducimos esta traducción, realizada por Patricio Contreras, con la autorización de su autor.

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