Opinión

Pensando un TVN digital

Por ~ Publicado el 10 noviembre 2015

¿Es posible modelar una plataforma digital exitosa sin que el canal de todos los chilenos traicione su misión e identidad? Algunos pasos se han dado para que hoy TVN sintonice mejor en el desafiante ecosistema de medios, aunque toda pregunta sobre posibles transformaciones deberá considerar su rol público y factores legislativos. La siguiente columna se hace cargo de dos dimensiones: la universalidad de los contenidos —¿cobrar o no cobrar?— y el sentido tras la extensión a otras plataformas.

Foto: Patricio Contreras

Foto: Patricio Contreras

A Carmen Gloria López, la directora ejecutiva de TVN, le ha tocado la difícil tarea de mejorar los resultados de audiencia y rentabilidad estatal sin comprometer su misión (o, como ella dice, “sin traicionarnos”). Sin embargo, a las malas decisiones y al contexto cada vez más competitivo se suma otro desafío: ofrecer una propuesta a largo plazo para cumplir su rol público en los próximos diez o veinte años, cuando se consolide la transición digital.

Los cambios que vive la televisión, desde la fragmentación y envejecimiento de la audiencia hasta los nuevos modelos de negocios, serán una nueva fuente de presiones a TVN durante los próximos años. Por ejemplo, los canales de televisión abierta han pasado a ser proyectos multiplataforma, con sitios web, cuentas en redes sociales, estaciones de radio, apps y servicios de streaming online. Estos cambios requerirán una aproximación estratégica del canal, ya que podrían amenazar el cumplimiento de su misión. Así, su definición se sumará a los desafíos de establecer una parrilla atractiva para su señal abierta.

La principal pregunta que ha estado presente hasta ahora en el debate ha sido desde el punto de vista de los recursos materiales. En el programa de gobierno de Michelle Bachelet se asegura que el canal “debe incorporar financiamiento público de manera sistemática”. La propuesta puede ser considerada una solución y un desafío al mismo tiempo, ya que abrirá todavía más preguntas. En cuanto a internet, por ejemplo, podría llevar a establecer una competencia injusta no sólo a los canales de televisión sino que también a medios como los diarios, quienes también son importantes actores en internet. Así se entiende que, por ejemplo, el ministro de Hacienda británico tildara a la BBC de “imperialista” por su sitio web.

A continuación propongo algunas preguntas sobre el acceso a los contenidos y sobre la diversificación del canal, interrogantes ineludibles en su transición a un modelo digital en el contexto del rol público de TVN.

UNIVERSALIDAD

El canal 24 Horas ha tenido éxito tanto en rating (según 24Horas.cl) como en relevancia. Junto con CNN Chile, cumplen un rol importante de transmisión de noticias en vivo durante todo el día (lo cual ya es un gran logro) y han logrado abrir nuevos temas y ofrecer espacios de debate y opinión.

Sin embargo, que una extensión del canal estatal sólo esté en el cable, es decir, disponible para clientes por suscripción, pone en cuestión su misión. La pregunta será aún más importante en unos años, cuando se masifiquen modelos de negocios no siempre favorables al acceso universal gratuito. Dos ejemplos son Netflix o los “metered paywalls” (muros de pago porosos) establecidos en sitios de medios como el New York Times.

La situación económica actual de TVN, la imposibilidad de recibir fondos públicos (como lo determina el art. 5 de la ley 19.132) y la caída del avisaje proporcionalmente a otras plataformas obligarán a buscar nuevas formas de obtener ingresos. ¿Puede el canal público ofrecer contenido exclusivo a cambio de pago? ¿No vulnera esto el principio que la directora ejecutiva entiende de servir a la audiencia “como ciudadanos, no como consumidores”? Esta pregunta es una de las principales por parte de los canales de servicio público en el mundo. En el caso de la BBC, por ejemplo, la universalidad, y qué se entiende por ella, fue una fuente de cuestionamientos en su consulta pública, y la idea de permitir ingresos por suscripciones ha generado un arduo debate.

CALIDAD DE LAS EXTENSIONES

En octubre de 2013 se promulgó la ley que amplió el giro de TVN como empresa. Así, su rol pasó de estar limitado a “actividades propias de una concesionaria de servicios de televisión” a “todas las actividades propias de una concesionaria de servicios de telecomunicaciones, de televisión, de radiodifusión sonora, de servicios intermedios de telecomunicaciones y de servicios audiovisuales”. Esto era un paso necesario para modernizar el canal con el avance de la convergencia en la que los medios de diferentes plataformas (diarios, radios y canales de televisión) se encuentran en una sola: internet.

Era importante también realizarlo de manera rápida para permitir a TVN avanzar hacia una mayor concentración horizontal (adquisiciones en otras plataformas) para robustecer sus fuentes de ingresos e influencia, tal como lo han hecho Canal 13, Mega y en parte La Red. Podemos criticar la concentración horizontal por sus consecuencias para el pluralismo en la propiedad de los medios, pero es cierto que para poder subsistir con autofinanciamiento TVN debe tener las mismas posibilidades que el resto de los actores.

La debilitada posición de TVN pone en peligro el éxito de su transición hacia un escenario digital.

Al cambio de giro, sin embargo, se le incorporó un relevante añadido: “con iguales derechos, obligaciones y limitaciones”. Es posible interpretar que este añadido tiene como objetivo que las extensiones de TVN deben también contribuir a sostener la misión del canal.

En términos legales, todos los canales de televisión tienen el deber de velar por valores generales establecidos en la Ley 18.838 y cumplir algunas normativas y directivas de carácter general que establece el Consejo Nacional de Televisión. El único mandato particular de TVN en comparación con el resto de los canales se encuentra en la Ley 19.132, la cual establece que “el pluralismo y la objetividad deberán manifestarse en toda su programación y, muy especialmente, en los noticieros, programas de análisis o debate político”. Considerando la frase final de la ampliación del giro de TVN (“con iguales derechos, obligaciones y limitaciones”) esto deberá respetarse en todas las extensiones de TVN.

Por lo tanto, la misión de cuidar la pauta temática, el nivel de reporteo y el pluralismo corre tanto en la señal abierta como para el sitio web de 24 Horas y su actividad en las redes sociales Twitter y Facebook. Esto pone en aprietos a TVN: por razones comerciales, la calidad de los medios en internet tiende a ser inferior. Aunque la inversión digital aumenta año a año, gran parte la obtienen empresas como Google y Facebook. Además, el precio para que un aviso sea visto por una persona es menor que en otros medios y la mayor oferta (medios de televisión, radio y diarios) crea una especie de guerra por aumentar el tráfico y los seguidores en las redes sociales.

Sin otras fuentes de financiamiento que la publicidad —y con cada vez menor inversión de avisaje en televisión abierta— parece difícil que TVN pueda escapar de esto. Además, es probable que incluso las extensiones en otras plataformas sean vistas como una fuente de ingresos extra para mejorar la oferta en televisión. Esto generará una “canibalización” de las extensiones, disminuyendo su calidad  para privilegiar la señala abierta. TVN, sin embargo, debe “justificar su existencia” (como expresó Carmen Gloria López) no sólo en la televisión sino que en todas las plataformas en las que decida entrar.

DEFINIENDO LA IDENTIDAD DIGITAL

Los cambios que vive la televisión obligarán a preguntarnos no sólo sobre la universalidad y el rol de las extensiones de TVN como expuse aquí, sino que también sobre su financiamiento, independencia, pluralismo y presencia regional. Lo que une a todas estas inquietudes es que ninguna respuesta tendrá sentido sin antes proponer una misión consistente con los tiempos. Como dice Luis Breull, deberá “redefinir su identidad”.

Si bien algunos países han respondido flexibilizando la misión de los canales públicos, las decisiones de TVN en los últimos años le han quitado un importante margen de acción en ese sentido, estrechando sus posibilidades. Además, no faltarán quienes, apoyándose en supuestos cuestionables sobre los beneficios de internet, cuestionarán la necesidad de un medio público. La debilitada posición de TVN pone en peligro el éxito de su transición hacia un escenario digital, lo que traerá nuevas preguntas en torno a su rol público y modelo de financiamiento.

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