A pocos días de las elecciones presidenciales, Sebastián Sichel decidió hacer un llamado a la ciudadanía a no polarizar este proceso que ha costado tanto llevar a cabo. Las encuestas lo dan como cuarta fuerza, con muy pocas posibilidades de pasar a segunda vuelta, pero él no pierde el ánimo.
Por Martín Herrera, Martín Navarro y Ailine Jodre*
*Esta crónica fue realizada por estudiantes de segundo año de la carrera de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, en el marco del Taller de Crónicas y Entrevistas, impartido por el profesor Roberto Herrscher.
El jueves 18 de noviembre alrededor de las cinco de la mañana, Sebastián Sichel, junto a sus voluntarios, realizaron de manera simbólica la antesala de su cierre de campaña. Una gran cantidad de remolinos de color amarillo -relacionado a toda su candidatura- cubrieron la Plaza Italia como una alfombra, que, según el exministro de Desarrollo Social y Familia, representan un Chile unido y un símbolo de esperanza para el país de cara a las elecciones.
Adherentes voluntarios, más conocidos como la “marea amarilla”, desde aproximadamente las seis y siete de la mañana llevaron a cabo el acto, posicionando de manera ordenada cada uno de los remolinos amarillos en señal de apoyo a lo que quiso representar su candidato presidencial. Sichel comentó en sus redes sociales que con esa obra pudo recuperar la Plaza Italia que es de todos los chilenos, para que vuelva a ser un lugar de encuentro, que no son necesarias las manifestaciones, demostrar que se puede hacer las cosas mejor y que con violencia no hay futuro.
En paralelo, Sichel manifestó que no iba a ser parte de la realización de un acto masivo, en comparación con sus oponentes; sin embargo, en variados puntos de las distintas ciudades y regiones -esquinas y plazas- se le estaría demostrando apoyo con los particulares banderazos y caravanas del color representativo de la campaña de Sebastián.
Cercano al mediodía, Sebastián Sichel fue entrevistado por CNN Chile sobre su postura respecto a la situación que se produjo en el comando de su contendiente Gabriel Boric con la investigación del financiamiento de Karina Oliva cuando esta era candidata a gobernadora regional. Ante esto, Sichel aprovechó de atacar su oposición, pero al despedirse de la prensa y voltearse, el candidato golpeó su cabeza contra el fierro de una puerta. Lo ocurrido terminó provocando una ola de risas y videos virales en redes sociales respecto a su golpe. Incluso él mismo a través de su cuenta de Twitter e Instagram personal compartió el hecho dejando en claro el dolor y las carcajadas que le provocó su accidente.

Los simpatizantes de Sichel esperando a su candidato antes del debate de Anatel, el 15 de noviembre. (Foto: Franco Duarte)
Con el paso de las horas, Sebastián Sichel culminó el cierre de su candidatura a través de un evento en un recinto privado, el cual ni siquiera dio a conocer por sus redes sociales. En el lugar se encontraba el candidato presidencial frente a su público fiel, que en realidad no era para nada abundante en comparación con los eventos que planificaron sus oponentes.
Durante su discurso comenzó a hablar del acto de los remolinos amarillos que se realizó en esa misma madrugada que dio lugar en la histórica Plaza Italia. El candidato también mencionó en su discurso la importancia del lugar nombrado, de cómo se ha transformado para el pueblo de Chile durante los últimos años y meses en un lugar simbólico lleno de manifestaciones de diversos temas controversiales a nivel país.
Sichel continuó agradeciendo a quienes lo han acompañado durante este largo y exhaustivo proceso, y mencionó a Ignacio Briones, Mario Desbordes y Joaquín Lavín, quienes fueron sus contendientes durante las elecciones primarias ocurridas el pasado 18 de julio y que ahora apoyan la candidatura del líder oficialista. El público volvió a pronunciarse con exclamaciones de apoyo, y vítores. Sichel agradeció especialmente al partido político Evópoli, por el cual se demostró directamente lo ideológicamente cercano que es, y a su excompañera de gobierno Marcela.
Es ahí que increpó directamente a la ideología de izquierda, señalando que no va a permitir que sus propuestas y la violencia, que está intrínsecamente ligada a ésta, tenga cabida en el nuevo Chile que quiere formar si obtiene la banda presidencial el domingo 21 del presente mes. Los escasos participantes comenzaron a corear con fuerza “Se siente, se siente, ¡Sichel presidente!”.
A lo largo de su discurso continuó señalando sus diferencias con las demás ideologías, el ser candidato independiente ha marcado una diferencia entre sus contrincantes, sus propuestas de gobiernos, su historia personal de vida y los desafíos que trae consigo para el futuro en este proyecto presidencial. Suele repetir cada cierto tiempo su postura en contra de la violencia y su firme convicción de que Chile necesita orden para progresar. Sebastián Sichel termina su discurso señalando que el cambio es posible, y que en su gobierno lo puede lograr.