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Nata Ríos, vocere de Marcha Disidente por la Memoria: “Todas las personas que han partido son una muestra de la violencia a la que nos vemos expuestes durante toda nuestra vida”

Por ~ Publicado el 28 junio 2022

Este 28 de junio se celebra la 53° versión del Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. En Chile, distintas agrupaciones se organizaron para salir a las calles el sábado recién pasado para manifestarse por este día. Una de ellas fue la organización Marcha Disidente por la Memoria, que se presentó como el Bloque Contra Hegemónico de la marcha, buscando alzarse como alternativa a organizaciones históricas como el Movilh y Fundación Iguales. Puroperiodismo conversó con Nata Ríos, vocere de este grupo, quien nos contó sobre los valores de la organización, sus sentires en torno a lo que fue el estallido social, la manifestación del Orgullo de este año y sus esperanzas acerca de la eventual nueva Constitución. 


Marcha Disidente por la Memoria nació como organización en junio de 2019 con el objetivo de convertirse en una alternativa a lo que proponen otros grupos como el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) o Fundación Iguales. Su idea es generar política desde la memoria de la comunidad, para reivindicar a las personas que han fallecido producto de la violencia y la discriminación y rescatar la historia disidente que existe en Chile. Este año, la organización se presentó a la marcha por el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ desarrollada en el centro de Santiago como el Bloque Contra Hegemónico, bajo tres consignas eje de su posición: “el orgullo nació de la rabia”, “sin justicia no hay orgullo” y “el orgullo es protesta”.

“Cansades de que año a año nuestras demandas reivindicatorias de nuestros derechos como disidencias sexuales, afectivas y de género, queden desplazadas e invisibilizadas por parte de las organizaciones de la Diversidad Sexo Genérica, nos coordinamos para hacer frente a tanta violencia sistémica, convencides en ser una alternativa política contundente capaz de conducir el movimiento LGBTQIA(NB)+ en Chile. Nos unimos para lanzar nuevamente una propuesta disidente para la Marcha del Orgullo articulando el BLOQUE CONTRAHEGEMÓNICO”, escribieron en la publicación de Instagram que llamaba a sus seguidores a marchar junto a ellos.

Puroperiodismo conversó con le antropólogue y activiste Nata Ríos, quien forma parte de Marcha Disidente por la Memoria desde 2020 y es actualmente su vocere. En esta entrevista, Ríos se refiere a las ideas de la agrupación y las opiniones que tienen respecto a los distintos procesos sociopolíticos que se han estado viviendo en el país desde octubre de 2019.

Nata Ríos, antropóloga y vocera de la organización Marcha Disidente por la Memoria.

Nata Ríos, antropólogue y vocere de la organización Marcha Disidente por la Memoria.

–¿Cuál es el objetivo de Marcha Disidente por la Memoria como organización?

Lo que buscamos es visibilizar la memoria disidente y, en conjunto con ella, lograr una reparación histórica y obtener garantías de no repetición por los distintos casos de violaciones a nuestros derechos humanos que hemos vivido históricamente quienes formamos parte de la comunidad; necesitamos que esto no siga ocurriendo. Para eso buscamos generar políticas especialmente desarrolladas para disidencias, porque no podemos seguir permitiendo que, por ejemplo, los pacos se llevan detenidas a nuestras compañeras travestis inventándoles cargos incluso, ni otras muertes, desapariciones, ni ningún tipo de discriminación o maltrato, ya que estos llegan a ser muy brutales.

–¿Cuáles serían esas políticas?

Por nombrar algunas, sería una ley integral trans que agrupe las distintas necesidades de esta comunidad como cupos laborales, salud, educación, etc. También promovemos la Educación Sexual Integral feminista y disidente, porque creemos que con ella podemos lograr una vida más digna, con respeto e igualdad. Apoyamos también el proyecto de ley José Matías para que nuestros niñes no sufran acoso escolar y tengan una buena convivencia escolar.

–¿Qué valor tiene la memoria de quienes pertenecía a la comunidad y ya no están?

Mucho valor. Todas las personas que han partido son una muestra de la violencia a la que nos vemos expuestes durante toda nuestra vida. Y también son personas a las que es necesario recordar y reconocer, porque no son mártires de nuestra comunidad: eran personas que tenían familia, amigos, sueños y expectativas; tenían una vida. Y sus familias también tienen valor para nosotres, porque están aquí dando la lucha, peleando, como la mamá de José Matías o la mamá de Emilia “Bau. Entonces, inclusive cuando les compañeres ya parten, aquí siguen presente y siguen necesitando el apañe, siguen necesitando la contención de nuestras comunidades. No importa si su familia se identifica o no como parte de nuestras comunidades, igual están dando ahí la pelea y el amor por alguien de nosotres. En ese sentido, la memoria no es solamente algo del pasado, sino que es algo que se construye todos los días.

–Respecto a su activismo, ¿de qué manera lo hacen?

Entre otras cosas, organizamos diferentes instancias de memoria y manifestaciones, nos hacemos presentes en distintas marchas, hemos participado de algunas mesas temáticas de trabajo sobre salud trans del gobierno con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y con el equipo de Irina Karamanos. Lanzamos el documental de unes compañeres que hablaban sobre el cupo laboral trans, hemos levantado espacios de reflexión y conversación, jornadas de pintadas de lienzos donde hacemos asambleas. Participamos de todo lo que se puede, incluso nos han estado contactando para realizar talleres en colegios. De hecho, haremos uno pronto.

–¿Qué temáticas incluyen esos talleres?

Son bien integrales, pero siempre a través de la memoria. Desde la historia de nuestras comunidades en Chile, porque también nosotres tenemos nuestra propia identidad territorial. Hay cosas que solo han pasado en nuestro país en torno a las disidencias, son únicas en su forma de ser y hay que reconocerlas. También identificamos nuestras comunidades y hacemos un ejercicio de reflexión respecto a ello. Y abordamos el tema de la educación sexual integral.

–Para la marcha del sábado se autodenominaron como el Bloque Contra Hegemónico. ¿Qué significa?

La razón por la nos posicionamos de esta forma desde nuestra disidencia contra lo hegemónico es porque consideramos que “ellos” no priorizan las mismas demandas que nosotres, que son mucho más urgentes. Con “ellos” nos referimos al Movilh y Fundación Iguales.

–¿En qué sentido?

Por ejemplo, este año lo que hicieron fue centrarse en la derogación del artículo 365 del Código Penal, que dice: “El que accediere carnalmente a un menor de dieciocho años de su mismo sexo, sin que medien las circunstancias de los delitos de violación o estupro, será penado con reclusión menor en sus grados mínimo a medio”, y eso, en verdad, ¿para quién es prioridad? ¿Por qué le das mayor visibilización a eso, teniendo otros casos que en este momento requieren urgencia y visibilidad? Como la cuestión de Estefano, el caso de Emilia; la necesidad de distintas políticas públicas que protejan los distintos ámbitos de las personas de nuestras comunidades. No decimos que ese artículo no se deba derogar, pero ¿es algo urgente en este momento? ¿Qué es lo que justifica la preponderancia de eso? ¿Cómo afecta en la calidad de vida de nuestras comunidades?

–¿Y por qué cree que para “ellos” esa sí sea una urgencia?

Por lo que son: hombres, homosexuales, blancos, cisgénero, cuicos, con plata. Sus prioridades solo se pueden dar desde un análisis y perspectiva muy hegemónica dentro de nuestra comunidad. Como ellos no tienen problemas laborales, no viven la discriminación en salud ni experimentan una falta de ella, quizás viven el estigma, pero concluyen que lo pueden combatir desde la derogación de un artículo. Eso es no tener empatía hacia las demás personas de las comunidades, porque cómo eso va a ser más importante si actualmente a les niñes intersexuales les mutilan y pasan a llevar todos sus derechos, generándoles un daño tremendo; si las personas asearro [asexuales y arrománticos] todavía son patologizadas por profesionales de la salud mental y, entonces, optan por no acceder a ella porque tienen siempre este estigma sobre ellos. Como lo anterior no afecta en su calidad de vida, no lo consideran. Ellos tienen privilegios dentro de nuestro espacio y solo desde ahí pueden defender eliminar ese artículo como una urgencia, porque es lo único que los hace sentir discriminados.

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La “incomodidad” del feminismo

–A sólo meses de su surgimiento como organización vino el estallido social. ¿Sintieron que sus demandas formaban parte de esta lucha?

Yo diría que a nivel de disidencia se vio un retroceso en cosas que ya habíamos logrado hasta ese momento en espacios de protesta y manifestación. Había gritos con connotación de odio a nuestras comunidades que ya se estaban cuestionando, ya no se usaban o se utilizaban otras versiones, y eso se perdió de la nada, como por ejemplo el “ula ula” hacia los pacos, que es muy transodiante. Todas las demandas de la sociedad estaban puesta sobre la mesa, pero desde la comunidad sentimos que no se visibilizó tanto nuestra participación en la protesta, aunque estuviéramos ahí, en distintos frentes, como en la primera línea, en las brigadas de salud, etc. Había gente en todos los espacios posibles porque nuestras comunidades están en todas partes. Aun así, la visibilización en el caso de las disidencias no se dio con tanta fuerza por sí misma, si no que en general fue ligado a la agitación feminista. En la actualidad, ya se ha retomado más lo disidente con lo disidente; creo también que es porque de repente hay una incomodidad con cómo se considera la disidencia desde los feminismos.

–¿Cómo así?

Es que se habla de mujeres y disidencias, como si nuestras comunidades fueran un tema aparte. Por ejemplo, para el Encuentro Plurinacional se hicieron distintas mesas de trabajos: de salud, vivienda, la mesa migrante y aparte había una de disidencia, cuando nuestras temáticas y conversaciones también van en todas esas líneas. Nosotres tenemos cosas que decir en esos espacios; no somos como una cosita aparte, diferente. Tenemos nuestra particularidad e individualidad, pero nosotres, al igual que todas las compañeras feministas, participamos de la sociedad, nuestros problemas son problemas sociales. Estas acciones van recalcando que somos algo distinto y, finalmente, es segregación. No es una verdadera integración. A veces se siente hasta decorativo, solo por decir que estamos, más que por realmente tomarnos en consideración.

–Pero, entonces, ¿ustedes no son una organización feminista?

Ese es uno de los temas que se debate dentro de la organización, porque hay personas que dicen que se sienten excluidas del feminismo, porque consideran que se dan ciertos discursos transodiantes, como hay otras que el feminismo sí les hace sentido y se posicionan desde distintas ramas, como por ejemplo el transfeminismo. Entonces, eso es variable y depende de cada persona. Pero es importante dejar claro que sí estamos en contra del sistema cis-heteropatriarcal.

“No estamos a salvo en ningún lugar”

¿Cómo se vivió la marcha del sábado 25?

Nos veníamos organizando desde principio de mes. La primera semana de junio realizamos una asamblea y conversamos lo que íbamos hacer ese día, después coordinamos como dos o tres asambleas más y luego nos reunimos presencialmente, que solo fue una vez, y pintamos lienzos, carteles e hicimos otras asamblea. Articulamos cuál iba a ser la declaración, hicimos la convocatoria a todes de marchar de negro en señal de luto por todas las personas que ya no están entre nosotres. También decidimos darle mayor visibilización a lo que está viviendo Estefano, pero igualmente recordamos los casos de Emilia Bau, Anna Cook, Susana Sanhueza y José Matías. El punto de encuentro fue en la caballa de Manuel Rodríguez y ahí presentamos nuestra declaración, luego marchamos por la Alameda y terminamos en el Parque Almagro donde desarrollamos un acto de cierre con distintas intervenciones artísticas y culturales. Durante la marcha nos manifestamos con diversos lienzos y carteles que hicimos en la pintatón y con gritos, de hecho tenemos un cancionero. 

Ver cancionero:

–¿Cuánto cree que le falta a Chile en materia de justicia e igualdad de derechos de la comunidad disidente?

Mucho, mucho. Nosotres consideramos que lo que tenemos es súper poco y muy precario. Por ejemplo, la Ley Zamudio no es suficiente, necesitamos que haya una real ayuda y reparación a las víctimas de discriminación. Necesitamos que se proteja a todas nuestras comunidades en el ámbito de los estudios, también en el trabajo, que estos sean con contrato y no informales, que exista una verdadera inclusión laboral para que podamos contar con seguridad social, acceso a la vivienda, a la salud y a todos los derechos sociales. La salud es un tema muy complejo, porque hay personas de la comunidad que tienen necesidades particulares, como la hormonación, cirugías que algunes necesitan en su proceso de transición y también considerar nuestra salud mental; todo eso implica médicos especialistas a los que son difíciles de acceder en el sistema público y, en el particular, son gastos médicos importantes.

No se está viendo lo común que hay detrás de distintos casos. Hay o una criminalización hacia nuestras comunidades o un intento hasta de exterminio, porque lo que hacen finalmente es intentar asesinarnos o herirnos constantemente. Es la parte de la violencia a la que nos vemos expuestes en la calle, pero no solamente ahí: también en nuestros espacios privados como en nuestras casas, espacios laborales; es decir, no estamos a salvo en ningún lugar.

–En torno al proceso político que se está viviendo en el país, ¿están a favor o en contra de la nueva Constitución?

Nosotres aprobamos la nueva Constitución. Como organización, tuvimos participación activa en lo que fueron las iniciativas que levantamos junto a otra agrupación. Por lo tanto, nosotres consideramos que es una Constitución que reconoce a las disidencias: logramos los derechos a la identidad, a la diversidad de familia, a una vida libre de violencia y sin discriminación. Entonces, si se aprueba, ya tenemos este anclaje, por decirlo así, para poder pedir y generar políticas públicas centradas en las disidencias. Si se generan desde la ley mecanismos de participación ciudadana directa, ahí también vamos a tener hartas probabilidades de incidir en la toma de decisiones, así como se hizo en este proceso, pero en materia legislativa. De aprobarse, vamos a tener otra capacidad de responder a las necesidades que emanen desde nuestros espacios.

–Si gana el Apruebo en el plebiscito del 4 de septiembre, ¿cree que habrá reales avances para la comunidad?

No por sí solas, eso es lo que hay que entender. Esto no es la solución a todos los problemas ni se va a solucionar todo mágicamente. La Constitución es una herramienta que nos da argumentos que podemos utilizar para hacer y pelear nuestros derechos, y así asegurarnos mediante una forma más efectiva y concreta. Tampoco sé si esta va a ser la Constitución que más nos va a gustar en toda la vida, pero es la mejor opción que hemos tenido durante nuestra historia chilena. El proceso ha sido democrático y participativo, eso tiene un valor por sí mismo.

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