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El voto latino

Por ~ Publicado el 29 octubre 2008

Por Diego Graglia.

Un periodista cruza Estados Unidos y recoge las impresiones de los latinos sobre las elecciones.  Todo en: www.newyorktomexico.com

Una de las preguntas clave de esta elección -y de este blog- es si los latinos están dispuestos a votar a un negro como presidente. Las relaciones entre estas dos minorías no siempre han sido tan buenas y más de una vez se han visto como competidoras, sobre todo en el mercado laboral.

La impresión que me quedó tras hablar con latinos de diferentes estados, desde Nueva York hasta Texas, es que hay muchos latinos ilusionados con el mensaje de esperanza de la campaña de Barack Obama. Pero también hay algunos que no lo votarán, por esa competencia entre minorías o por razones puramente políticas (es decir, porque no lo ven como un buen candidato).

Ya sé, ya sé… No es ninguna gran revelación.

Pero eso es parte de lo que pretendía desde el comienzo de este viaje periodístico: mostrar la diversidad del latino, del que vota y del que no, del progresista y del conservador. Los políticos y analistas suelen hablar del voto latino como si fuera uno solo, pero los latinos que viven en Estados Unidos son diversos en extremo.

El barman poblano Juan Carlos Alonso, que en Savannah, Georgia, me dijo que los afroamericanos son muy flojos y por eso no quiere que gane Obama, es un ejemplo de esta diversidad de opiniones. Pero, ojo, su caso no es extremo. Como le explicaba a Francisco Aravena cuando me entrevistó por radio Duna, es muy común entre algunos latinos hablar mal de los negros en esos terminos, aunque no es tan común que le expresen estos prejuicios a un periodista.

Más allá de lo injustas que suelen ser las generalizaciones de ese tipo, a lo que apunta el testimonio de Alonso es a cierta resistencia latina a un candidato negro. En febrero, Adelfa Callejo, una líder histórica de los hispanos de Dallas, la sacó a relucir al decir que era un problema que Obama fuera negro. ¿Cuánto influirá esto en los votos que recibirá el demócrata?

Mi visión parcial, basada en las conversaciones que sostuve en el camino, es que que hay mucha gente que prefiere al demócrata.

Marcia Espínola, activista comunitaria en Siler City, North Carolina, me contaba de cuando Obama y John McCain estuvieron en la convención anual del Consejo Nacional de La Raza en San Diego, en julio. “Todo el mundo estaba por Obama, gritando, aplaudiendo. Había una línea enorme para verlo, la gente estaba arriba de las mesas”, me contó. “Cuando habló McCain, los grillos sonaban”.

Espínola agregó que no ve resistencia a votar por un candidato negro entre los hispanos de su zona.

“No creo que el color de la piel de Obama importe, es más el poder de convencimiento que pueda tener”, me dijo Elvira, una mexicana de Guanajuato que tiene un supermercado en Garden City, afuera de Savannah, Georgia. “Relaciones difíciles existen entre todas las razas. Votar por un blanco o por un negro viene siendo la misma cosa”.

Más que si votarán por un negro, creo que el gran interrogante es si un gran número de hispanos va a ir a votar el 4 de noviembre. “El problema es que no sale a votar la gente”, me dijo, por ejemplo, Juvencio Rocha Peralta, líder comunitario en el este de North Carolina. También Teresita Jacinto, de Mexicanos sin Fronteras en el norte de Virginia, me dijo: “No hay mucha fe en el sistema democrático”.

Como en Estados Unidos votar no es obligatorio (y hay que registrarse para hacerlo), motivar a la gente es una parte muy importante de cualquier campaña. Mis amigos de Feet In 2 Worlds reportaron ayer que esta noche Obama va a anunciar una operación masiva de registro de votantes en su discurso de aceptación de la nominación.

El analista político boricua-neoyorquino Angelo Falcón, quien lidera el National Institute for Latino Policy, dice en su última newsletter, enviada ayer:

Entre los profesionales que siguen el voto latino, el consenso actual y la evidencia apuntan al hecho de que Obama arranca con al menos 60 por ciento del voto latino en noviembre. La gran pregunta no es si los latinos votarán por Obama, sino cuántos lo harán: la clave será el nivel de participación de los latinos.

Y, por ese lado, la evidencia que recogí al hablar con gente que no era activista social ni militante política muestra que Obama tendrá que hacer un gran esfuerzo para asegurarse que la gente salga a votar.

Mario Córdoba y su familia, de Kinston, North Carolina, son el ejemplo de la gente a la que los demócratas deberán intentar motivar. Son todos ciudadanos estadounidenses, nacidos en territorio gringo, pero según me contó el adolescente ninguno piensa ir a votar.

Sanjuana Moreno, de Smithville, Texas, es otro ejemplo: Obama le cae mejor que McCain… pero no va a votar porque no siente que su aporte haga diferencia. Y ella es parte de un sector en el que se supone que Obama tiene cifradas grandes esperanzas: los jóvenes que no suelen ir a las urnas.

Al final de cuentas, la votante más motivada que encontré fue una que ya estaba decidida a favor de McCain: doña Aída Hernández en Nueva Orleans, con quien hablé por teléfono desde la oficina de su sobrina Diane Schnell en Telemundo – Canal 42. No digo, claro, que esto marque una tendencia, pero lo que dijo Hernández es interesante. Para ella, Obama es menos confiable que McCain en cuanto a la seguridad nacional y también a la inmigración, tema clave para los hispanos.

También Ernesto Schweikert III, el dueño del canal 42, dijo estar por el republicano. “McCain gana seguro”, me dijo, confiado.

Es que, mientras El Rayo Blanco bajaba por la Costa Este, ningún entrevistado me había mencionado a McCain a menos que le preguntara por él. Una vez en el Sur profundo, el senador por Arizona empezó a aparecer más en las conversaciones con latinos.

Y esto refuerza el argumento con que comencé este post: el votante latino es mucho más diverso de lo que los partidos piensan. Hará falta mucha energía -y propuestas en serio, sobre todo de parte de Obama- para convencerlo de salir a votar el 4 de noviembre.


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