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La entrevista al Comandante Ramiro bajo la mirada de tres expertos

Por ~ Publicado el 25 marzo 2021

El exfrentista Mauricio Hernández Norambuena, también conocido por su chapa Comandante Ramiro, participó a mediados de marzo en una entrevista desde la Cárcel de Alta Seguridad para el programa Mentiras Verdaderas, en La Red. Las reacciones políticas del hecho se hicieron notar de inmediato a través de las redes sociales, manifestando las más variadas posturas y apreciaciones. Las repercusiones más serias partirían al día siguiente, con el punto de prensa en La Moneda, con la UDI marcando presión y generando los más variados debates. En este artículo, Puroperiodismo habló con distintos referentes periodísticos sobre las presiones del poder hacia los medios de comunicación, cuánto puede tolerar la libertad de expresión como parámetro o cómo se aplica la ética periodística a la hora de entrevistar a un asesino.


 

La noche del 15 de marzo, el programa Mentiras Verdaderas, de La Red, emitió una entrevista a Mauricio Hernández Norambuena, el Comandante Ramiro, exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que cumple dos condenas de 15 años de presidio por el asesinato del senador Jaime Guzmán (UDI) y el secuestro del dueño de El Mercurio, Cristián Edwards, ambos en 1991. En la entrevista que cedió vía Zoom desde la sección de mayor seguridad con que cuenta el sistema penitenciario chileno, habló de sus apreciaciones sobre la actualidad política, justificó las acciones delictivas que cometió en Chile tras acabarse la dictadura de Augusto Pinochet y denunció las extremas condiciones carcelarias en las que vive, con un régimen de encierro creado exclusivamente para él.

Más allá del contenido de sus dichos, el sólo hecho de que apareciera hablando en un canal de televisión bastó para generar una dura ofensiva política desde la derecha que varios expertos han considerado una afrenta contra la libertad de expresión.  

A la mañana siguiente, los diputados Javier Macaya y María José Hoffman, presidente y secretaria general de la UDI, respectivamente, golpearon las puertas de La Moneda para exigir un pronunciamiento oficial sobre la entrevista. No demoraron en hacerlo. Su correligionario y vocero de gobierno, el ministro Jaime Bellolio, en un punto de prensa condenó que se haya realizado la entrevista: “Una verdadera franja del odio y la apología a la violencia; una justificación de asesinar a una persona por pensamientos políticos distintos. Es inaceptable”.

Puroperiodismo conversó con tres expertos para intentar responder algunas preguntas que dejaron abiertas tanto la entrevista a Hernández Norambuena, el tratamiento que se hizo de la misma y la reacción que generó en el mundo político, que no sólo implicó declaraciones públicas desde la UDI y La Moneda, sino que también habría incluido una llamada hecha por una estrecha asesora del Presidente Sebastián Piñera al dueño de La Red, para manifestarle su molestia por los contenidos del canal. Por un lado, Juan Cristobal Peña periodista, director del Magíster de Escritura Narrativa del Departamento de Periodismo UAH y una de las personas que más ha investigado en Chile el rol y las dinámicas del FPMR durante las décadas del ‘80 y el ‘90 -es autor de los libros Los Fusileros y Jóvenes Pistoleros-. Por el otro, Alfredo Sepúlveda, periodista, académico y escritor, quien ha impartido clases en la Universidad Alberto Hurtado sobre ética periodística. Y por último, Danilo Ahumada, presidente del Colegio de Periodistas. Lo que sigue es lo que respondieron.  

¿Es pertinente entrevistar a un asesino que cumple condena?

Peña considera que el revuelo generado sobre la validez de la entrevista es desajustado, porque efectivamente es de interés público, y puntualiza: “Hernández Norambuena es de relevancia histórica por lo que hizo, por lo que protagonizó (…), y por lo que significó la violencia política de los años ochenta y noventa, que no sólo vino de los grupos subversivos, sino que también de lo que quedaba de la CNI y la DINE”.

Frente a la misma pregunta, Sepúlveda asegura que “una entrevista es sólo eso, siempre es válida si tiene relevancia pública. Sin perjuicio de todo lo anterior, antes que la ética periodística está la ética general. En este caso concreto, hay por parte del entrevistado una idea que no puede ser dejada colgada ahí, libre de cuestionamiento, que es la pertinencia del asesinato político. Discutir si en algunos casos corresponde usar el asesinato político es como discutir la pertinencia del Holocausto o de la discriminación por razones de preferencia sexual. El discurso de Hernández Norambuena no es ‘un discurso más’”.

Por su parte, Ahumada respondió que “lo de Hernández Norambuena es de interés público y merece ser retratado en los medios. Eso no significa que se haya hecho un juicio de valor sobre si lo que hizo fue correcto o no. Estas entrevistas están pensadas para generar debate ciudadano en torno a lo inmediato de su caso”.

Aunque en este punto los tres consultados estuvieron de acuerdo, no fue así respecto a la forma en la que se realizó la entrevista, dejando entrever una posible condescendencia con el exrodriguista. La pugna también tuvo su espacio en Twitter, con el hashtag #ApagaLaRed. ¿Resultado? El programa Mentiras Verdaderas, conducido por el también periodista Eduardo Fuentes, lideró el rating la noche del martes 16 de marzo.   

¿Cuánto tolera la libertad de expresión?

Mauricio Hernández Norambuena reconoció en la entrevista a Eduardo Fuentes en Mentiras Verdaderas que el asesinato de Jaime Guzmán fue un error político, aunque reivindicó la decisión desde un punto de vista ético, definiéndola como un ajusticiamiento. 

Alfredo Sepúlveda dice “que el señor Norambuena reivindique el asesinato es una discusión ética abierta, y no debiese ser censurado. Pero, sí debe ser contrarrestado en la praxis periodística; es decir, si este señor dice que es justo asesinar a otra persona, un profesional de las comunicaciones debería poder cuestionarlo, respondiendo quizá: ‘¿Cómo es posible que usted sostenga esa idea?, ¿usted no pretendía derribar una dictadura que hacía lo mismo?’. La respuesta ética del periodismo no es la censura, sino que contrapreguntar”.

Juan Cristobal Peña cree que el problema de la entrevista fue que faltó confrontación hacia el exguerrillero. “Era importante indagar en las responsabilidades que le cabían al Frente -y particularmente a la dirección de la cual Hernández Norambuena formó parte- en la muerte y desaparición de Luis Arriagada Toro, acusado de alta traición. Eso es uno de los temas que habría sido importante que él diera cuenta a nivel público, como además en la muerte de muchos jóvenes en misiones que no fueron bien planificadas, que fueron improvisadas y voluntariosas”.

Una postura diferente plantea Danilo Ahumada. Él dice que definir la entrevista como condescendiente es subjetivo, que no se pueden contestar todas las preguntas y que además estaba claro el foco desde el principio. “El tono de La Red y el programa Mentiras Verdaderas, es un tono siempre condescendiente; no ponen a los personajes en formato de debate. Es importante identificar los géneros televisivos; para mí es más un talk show… Eduardo Fuentes fue un entrevistador, no buscó generar una apología a la violencia”.

Para este artículo intentamos contactamos con Eduardo Fuentes, quien declinó a emitir su opinión debido a que por decisión del canal, no podría dar declaraciones al respecto.

También se le consultó a los expertos sobre la falta de posturas contrapuestas en el panel mientras se desarrollaba la entrevista. Sobre este punto, Sepúlveda señaló que hay una mala práctica periodística, pero que fundamentalmente no hay ningún problema ético, aunque “es medio raro”, dice, y agrega: “Si lo analizas, hay un problema de sesgo, porque si no hay posturas contrarias, vas a tener un programa sesgado”. Para Peña, en cambio, no es tan así: “Hemos vivido los últimos 30 años bajo esta posición artificiosa del equilibrio político, equilibrio que no siempre es tal. No creo que los paneles deban necesariamente pretender tener equilibrios”.  

La llamada a La Red

El periodista y exdirector de El Mostrador, Mirko Macari, quien actualmente tiene un espacio regular en el programa Mentiras Verdaderas, denunció a través de su cuenta en Twitter que Magdalena Díaz, la exjefa de gabinete del Presidente Piñera que hace sólo unos días volvió a La Moneda con la misión de construir el relato que rescatará el legado de su segundo gobierno, llamó a las oficinas en Miami de Albavisión, el conglomerado de medios que encabeza el guatemalteco Remigio Ángel González y que en su red de canales que se expande por toda Latinoamérica está incluida La Red, para “quejarse por los contenidos”. 


Macari acusa el hecho como “la clásica presión por lo alto y en la sombra”. Puroperiodismo se contactó con Juan José Lagorio, subdirector de Prensa de la Presidencia, para confirmar la gestión de Díaz con los propietarios de La Red. Sin embargo, éste se excusó de responder señalando que había estado alejado de la oficina durante la última semana. 

Sepúlveda se refirió a este tema con cierta distancia: “Es feo y complicado lo que sucedió, pero los gobiernos tienen derecho a representar sus puntos de vista”. Además, señaló que sin conocer el tenor de la conversación es imposible establecer un juicio. 

“Las llamadas de los gobiernos a los medios son algo feo desde el punto de vista democrático, pero no son raras. Los medios de comunicación no son pobres damiselas que al telefonazo de un gobierno se asustan; son instituciones complejas que tienen algo que los gobiernos no: audiencias. Un editor siempre podrá recibir una llamada que marque presión, pero no es más que parte de la pega”, sentencia Sepúlveda.

Respecto a lo mismo, dice el presidente del Colegio de Periodistas: “La televisión ha sido muy parecida en cuanto a los contenidos, los entrevistados, las formas, los temas. Entonces, cuando aparece alguien que rompe el esquema, y aparece con otros discursos que fueron invisibilizados, genera estas fricciones y conflictos. La televisión ha estado siempre muy cercana a la élite política y económica. Pareciera que ellos pueden ser los únicos que tienen voz… podemos recordar el caso Spiniak”.

El periodista y escritor, Juan Cristobal Peña, considera que el principal problema es que el mundo político está dictaminando lo que es interés público, y esto queda a la vista con las presiones que está ejerciendo el gobierno contra un medio de comunicación. “Estas presiones están profundamente reñidas con una democracia sana”, concluye.

Vea a continuación la entrevista completa a Mauricio Hernández Norambuena en Mentiras Verdaderas:

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