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Jesse Eisinger y la cobertura de la crisis económica: “La prensa hizo un trabajo horrible”

Por ~ Publicado el 27 abril 2011

El periodista de ProPublica trabajó un año y medio junto a Jake Bernstein para elaborar los reportajes sobre Wall Street que le valieron un Pulitzer. Acá Eisinger cuenta detalles de la investigación, recuerda su estadía en Chile, y defiende el valor de nuestra profesión en democracia: “La forma más elevada de periodismo es aquella que adquiere un interés poderoso y revela irregularidades o injusticias”, dice.

Wall Street
Eisinger y Bernstein investigaron los malos manejos de Wall Street antes de la crisis económica | Foto: Michael Aston

El lunes 18 de abril, Jesse Eisinger y Jake Bernstein, periodistas de ProPublica —un medio de comunicación sin fines de lucro—, recibieron el premio Pulitzer en la categoría “Cobertura nacional” por una serie de historias titulada “La máquina de dinero de Wall Street”.

En la carta de nominación a los Pulitzer, Paul Steiger, editor jefe de ProPublica, escribió: “Algunos banqueros en Wall Street identificaron problemas emergentes en el mercado inmobiliario mucho antes que el público y los políticos (…) Pero los banqueros descubrieron modos inteligentes de mantener en marcha la línea de montaje a pesar de la falta de demanda y, por lo tanto, retrasaron y profundizaron el estallido final. El resultado fue enormes ganancias para los banqueros y una gran pérdida de trabajo y ahorros para el público”.

“La máquina de dinero de Wall Street” supuso un trabajo de un año y medio para Eisinger y Bernstein, quienes comenzaron a investigar en la primavera del 2009. “Fuimos juntos a casi todas las entrevistas, tratamos de hacer encuentros cara a cara tanto como era posible”, dice Eisinger en conversación telefónica con Puroperiodismo.

“Cuando nos pusimos a escribir separamos las secciones, las juntamos y se las entregamos a un editor. Hacíamos unos veinte o treinta borradores de cada artículo, porque eran muy complejos y realmente necesitábamos deshacernos de lo innecesario”.

Como parte de las alianzas que ProPublica comúnmente establece, en abril del año pasado una emisión de “This American Life” —de la Chicago Public Radio— presentó parte de la investigación de Eisinger y Bernstein, apoyados por otros reporteros de la estación radial. El nombre del programa, “Inside Job”, anticipó al premiado documental de Charles Ferguson sobre el mismo tema y, además, delineó los parámetros morales con que parte de la fauna financiera neoyorquina se enriqueció.

—Mientras reporteabas, ¿hubo alguna situación que te haya impresionado?
Estábamos trabajando en la primera historia sobre el fondo de inversión Magnetar, y le mostramos a un banquero de inversión un acuerdo en el que había trabajado, qué activos había comprado el CDO. Él miró la lista de activos y dijo: “Merezco que me despidan por esto”. Ese fue el primer momento de confesión de uno de estos ejecutivos. Mucha gente en Wall Street no piensa en eso o no se lo cuestiona; simplemente siguen adelante.

—¿La prensa estadounidense hizo un buen trabajo con la crisis económica?
Creo que la prensa hizo un trabajo horrible. No cubrió el crecimiento del sistema bancario ni la consolidación de los servicios financieros; no examinamos cómo eso fragilizaba el sistema cada vez más. Casi todos esos tópicos fueron descuidados por la prensa económica. Eso es una mancha en nuestra reputación. La prensa hizo un trabajo malísimo.

—¿Es la palabra “prevenir” un verbo adecuado para el periodismo económico?
Creo que necesitamos observar los desarrollos y ver a dónde nos conducen, no sólo mirar hacia atrás. Debemos anticiparnos. No creo que tengamos el poder de prevenir las cosas; creo que si las personas quieren ignorarnos, no importa cuánto escribamos sobre eso. La prensa hizo un buen trabajo en la burbuja inmobiliaria antes de que estallara. Y las personas ignoraron a los medios. La prensa hizo un mal trabajo en el crecimiento del sistema financiero y la consolidación del poder en Wall Street. Creo que los periodistas deberían intentar anticipar los cambios y escribir sobre los problemas que pueden traer. Eso es una gran porción de lo que debe hacer el periodismo.

LA CONEXIÓN CHILENA

Jesse EisingerEntre mediados de 1992 y mediados de 1993, Jesse Eisinger vivió en Chile y trabajó para un medio que ya no existe: The South Pacific Mail, una publicación en inglés, creada en 1989 por Nicholas Asheslov, quien hoy vive en Perú.

Después del college, Eisinger no sabía, según confesión propia,  qué hacer con su vida. Su novia de entonces quería visitar Latinoamérica; él deseaba recorrer Europa del Este. “Por supuesto, fuimos a Latinoamérica; la mujer está a cargo”.

—¿Por qué a Chile? ¿Tenías algún contacto?
Decidimos que era un lugar interesante pues estaba redescubriendo la democracia.

En The South Pacific Mail, Eisinger dio sus primeros pasos en el periodismo económico: “Cubrí la bolsa y los mercados de bonos, pero en ese momento no sabía cuál era la diferencia”. Cuando volvió a Estados Unidos investigó temas de biotecnología y de empresas farmacéuticas, siempre desde la perspectiva financiera. No sabía aún que ese frente noticioso le reportaría, casi dos décadas después, un Pulitzer.

Pese a reconocer que no es un buen estudiante, Jesse Eisinger reivindica las ansias de aprender y, sobre todo, de preguntar. “Sé que es importante no pretender saber más de lo que sabes, porque para el periodismo es importante hacer las preguntas estúpidas. A veces, si haces las preguntas básicas y estúpidas, las respuestas son aquellas que las personas no quieren decir. Tener muchos conocimientos sobre algo puede estorbar, porque fallas al cuestionar tus suposiciones”.

—¿El periodista debe ser un poco ingenuo?
Sí, creo que debe ser abierto de mente, ingenuo, y debe intentar comprender, estar seguro de que hace las preguntas más básicas que realmente cuestionan las presunciones, para no tomar nada por descontado. Mucha gente creyó que los precios de las casas en los Estados Unidos no podían caer, porque no habían descendido en mucho tiempo y todo el mundo decía que no caerían. Pero si cuestionaras esa presunción te podría guiar a un muy buen reporteo.

PROPUBLICA:
“UNA DEMOCRACIA PRÓSPERA NECESITA UNA PRENSA LIBRE Y AGRESIVA”

—¿Podrías haber hecho esta serie de reportajes en un medio tradicional?
No creo. La razón de la existencia de ProPublica es que muy pocas organizaciones le dan a sus empleados el tiempo, los recursos y el apoyo para investigar este tipo de historias. Y el espacio: estas son historias de seis mil palabras. Muy pocos periódicos tienen esa clase de espacio. Cada uno de nuestros artículos era así de extenso. La razón de la existencia de Propublica es que es sin fines de lucro, por lo que no tenemos que satisfacer a los avisadores, no estamos bajo la presión de internet o el modelo de negocios. No necesitamos obtener ganancias. Eso nos protege y permite a los periodistas salir y hacer investigaciones profundas para proyectos de largo aliento.

—¿Es necesario realizar alianzas con otros medios tradicionales?
Las alianzas son muy importantes para nosotros porque amplifican nuestras historias. Hay más gente leyendo The New York Times o The Washington Post que leyendo ProPublica. No sé si “tenemos” que hacerlo. Algunas buenas historias pueden recibir atención sin eso.

—Tu premio Pulitzer es una prueba de ello.
No tuvimos un socio en prensa escrita, pero sí un socio radial, y eso fue tremendamente valioso para nosotros, no sólo para que nuestras historias recibieran atención, pues también nos ayudaron a hacer las historias, a escribirlas, a hacerlas accesibles para la gente.

—El día que recibieron el Pulitzer, entre muchas felicitaciones alguien comentó en el sitio web de ProPublica: “La democracia los necesita”. ¿Tienes ese mismo sentimiento?
Sí, siento que una democracia próspera necesita una prensa libre y agresiva, como un adversario, que cuestione la autoridad y cuestione el poder y las instituciones. Ese es nuestro trabajo como periodistas. Suena pretencioso y arrogante decirlo, por lo que debes avanzar con humildad, debes escribir tu historia correctamente y debes ser cuidadoso y escribir todo de la forma más precisa posible. Pero, al mismo tiempo, yo opero desde la idea de que la forma más elevada de periodismo es aquella que adquiere un interés poderoso y revela irregularidades o injusticias.

*Esta entrevista fue realizada por medio de una llamada telefónica —a través de Gmail— a la sede de ProPublica, ubicada en Nueva York, Estados Unidos.

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