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Festival Basado en Hechos Reales: un encuentro necesario en un país de referentes

Por ~ Publicado el 5 diciembre 2018

Entre el primero y el 3 de noviembre se realizó en Buenos Aires la segunda versión del Festival Basado en Hechos Reales (BaHR). Un espacio en el que participaron importantes representantes del periodismo iberoamericano y que contó con una cargada agenda de actividades, charlas y talleres gratuitos.

Fotos: Verónica Martínez.

Fotos: Verónica Martínez.

Estar en la tierra de Rodolfo Walsh, Leila Guerriero, Martín Caparrós o Josefina Licitra para un festival de periodismo narrativo, parecía la excusa perfecta para mi primera vez en Buenos Aires.

Un panorama que puede resultar obvio en un territorio con grandes producciones literarias, referentes periodísticos mundiales y destacado reconocimiento en el ámbito de la no ficción. Sin embargo, no existía nada así. El país que ha parido a gran parte de los autores de las crónicas más recordadas de Latinoamérica no tenía un festival ni un encuentro o un espacio que reuniera, una vez al año, a los exponentes del género o, simplemente, abriera la posibilidad de dialogar al respecto.  

“Porque estamos atravesando una crisis real y simbólica con respecto al periodismo. Porque los trabajadores de las palabras están más descuidados que nunca. Y hay que seguir llamando la atención sobre esta situación. Porque creemos que llamar la atención es hacer”, dice en la inauguración una de las representantes del equipo organizador compuesto por seis periodistas y colegas.

Y ese “hacer” en la Argentina tiene mucho que ver con el escenario actual: en junio pasado, Télam, una agencia estatal de noticias, se instaló como un ícono de la gran crisis que atraviesan los medios públicos argentinos. Más de 350 personas fueron despedidas, en tiempos en que el periodismo en general enfrenta cambios y desafíos que profundizan la precariedad de la profesión.

Por eso BaHR enciende una luz en la oscuridad. Con una programación rica en diversidad y voces que abarcan hasta el otro lado del océano Atlántico, sus  organizadores decidieron apostar por más periodismo.

Así que hoy, en la jornada inaugural,  todo está dispuesto en el Centro Cultural Kirchner (CCK), un espacio público ubicado a pocas cuadras del Obelisco y a un costado de Puerto Madero. En este espacio, creado para ofrecer exposiciones, espectáculos musicales y artes plásticas desde 2015, y que antes fue la sede del Correo Central de Buenos Aires, el periodismo se tomará la cúpula para proyectar desde lo alto.

El dato como poesía es el panel que abre la jornada. A sala llena, de risas e impresiones, Hernán Casciari lo sigue con “Personajes secundarios”, un relato tan increíble que muchos entre el público se preguntan si realmente se enmarca dentro de la no ficción.  Así es el periodismo narrativo cuando llama la atención incluso de los más distraídos.

Una hora más tarde, Silvina Heguy habla en nombre de sus colegas para presentar la versión 2018 de BaHR. El discurso da un paso a una entrevista exclusiva con la escritora mexicana Elena Poniatowska. La cronista, ícono de una generación que retrató los conflictos sociales y la marginalidad de un México adolorido, cuenta frente a la cámara su visión sobre el periodismo actual, sobre sus pares, la situación en ese país que la adoptó y las tendencias de hoy.

La imagen de Poniatowska se apaga en medio de una ovación que la celebra a distancia. La cantante Cecilia Pahl y el periodista Diego Iglesias leen textos clásicos de no ficción. En un rincón, Diego Schissi acompaña la performance con su piano, mostrando que periodismo y arte pueden ir de la mano.

Es el segundo año y este festival joven, como se define, ha llamado la atención de un público variado y curioso que se pasea por el segundo piso del CCK hojeando libros afines que se ofrecen en un vasto mesón que atraviesa la sala. Allí pasarán gran parte del tiempo entre charla y taller, entre presentación y panel.

“El entusiasmo sigue intacto. Quizá lo que ganamos en relación a la primera edición del festival es mucha seguridad, ya que la gente está interesada en esta propuesta”, me dice Luciana Mantero, una de las organizadoras de BaHR.

Para Mantero se trata de una apuesta, de “una intuición de que faltaba un lugar de reunión, de discusión, de pensamiento respecto a la forma, a la manera de contar historias reales. Y ahora contábamos con esa certeza”.

Y con esa certeza convocaron a cronistas como el cubano Carlos Manuel Álvarez; al español Agus Morales de la revista 5W;  Fernando Somenzato de NatGeo; Marcela Turati desde México; o Camila Segura, editora principal de Radio Ambulante. Muchos otros pusieron sobre la mesa temas como la revolución feminista o relataron sus experiencias sobre cómo utilizan herramientas y recursos innovadores para contar historias reales. Ese fue el caso de Revista Late, a la cual representé en el panel de Charlas relámpago, junto a otros cuatro medios digitales y que fue moderado por Damián Kirzner, director de Mediamorfosis.

En el segundo piso del CCK, Migue Roth se pasea entre los libros y el salón de un taller que está por comenzar. Por segunda vez ha venido para disfrutar del evento, aunque en esta ocasión lo hace como público. En 2017 fue uno de los invitados representando al medio Espacio Angular. “Disfrutamos el encuentro por todo eso, pero por sobre todo por encontrarnos, por la posibilidad de conocer colegas, de volver a encontrarnos con ellos, de profundizar en sus proyectos que son afines al nuestro”, me dice sonriente.

Esa sensación de encuentro, de espacio para poner cara y voz a muchos diálogos que comenzaron por Internet, con intercambios de correos, es una de las razones que se repiten entre los asistentes al BaHR. Sin ir más lejos, con Migue llevábamos meses intercambiando por redes y colaborando a distancia, hasta que hoy, en esta instancia, podemos estrechar un abrazo y conocernos en persona.

Ese espíritu con el que se pensó, se concreta en esta segunda versión. “La gente sigue respondiendo, el interés del otro lado sigue estando, entonces eso significa que vale la pena el esfuerzo y en la medida que eso esté es muy probable que esto se vuelva a hacer”, me dice Luciana Mantero como un guiño apuntando a una tercera versión.

El entusiasmo de Mantero no radica solo en la juventud del festival. Más de 400 alumnos y alumnas han pasado por los tres días de talleres. Entre las secciones de documentales, la muestra de fotoperiodismo, la librería y el programa oficial, unas dos mil personas visitaron el Festival Basado en Hechos Reales. Radio Ambulante es la encargada de cerrar el festival, igual de emocionante que su comienzo, con la esperanza puesta en que una próxima edición será tan intensa como necesaria.

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