En su estadía por Chile, el periodista, escritor y documentalista mexicano Diego Enrique Osorno conversó con Puroperiodismo sobre sus inicios en el reporterismo y el método de trabajo que ha logrado adiestrar con el tiempo. “Escribir es un autoatentado o no es escribir”, escribió alguna vez como un manifiesto personal sobre su profesión y su gusto por la poesía. Sin embargo, jamás se aparta de los datos duros y los converge magistralmente dentro de sus textos. Puedes también leer aquí los adelantos de sus libros La guerra de los Zetas (Grijalbo, 2012) y Slim, biografía política del mexicano más rico del mundo (Debate, 2015).
De los orígenes a la crónica (00:11). “La crónica, más que definir o sintetizar como exige el género de la noticia periodística, me permitía contar lo que yo estaba viendo, lo que yo presenciaba, y dejar al lector la tarea de reflexionar junto conmigo eso que yo había presenciado”.
Combinar emoción y datos duros (02:51). “En el procedimiento, un periodista de investigación y un periodista narrativo tienen que hacer lo mismo, y es respetable la forma en que cada quién quiera manejar los resultados de su investigación”.
Sacar al personaje de su zona de confort (05:47). “Cuando yo sentía que él (Carlos Slim) estaba empezando a responderme automáticamente con el discurso que ya le habían preparado sus publirelacionistas, lo que hacía era mirar al escritorio, a sus libros, y tratar de llevar la conversación hacia un título que veía para luego regresar y ver si me contestaba con mayor franqueza”.
Un periodista, varios lenguajes (08:23). “Hago mis documentales pensando en las etapas de una crónica: la idea, la inmersión, la estructura, el uso de una voz y la precisión”.
El desafío de la inmediatez (10:26). “La crónica ha tenido un cierto resurgimiento porque la gente no quiere solo sentir que está informada, sino informarse y sentir la noticia en la parte más profunda.”
Entrevista: Eduardo Andrade
Cámara: Fabián Hernández
Edición: Patricio Contreras