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Acheck: La asociación de verificadores que busca combatir la desinformación en Chile

Por ~ Publicado el 9 abril 2021

El 6 de abril fue el lanzamiento oficial de Acheck, la Asociación Nacional de Verificadores y Verificadoras de Chile, la cual busca “representar y reunir a quienes combaten la desinformación, con el propósito claro de promover el fact-checking de contenido y discurso público para mejorar la calidad de nuestro periodismo y nuestra democracia”. Puroperiodismo conversó con parte del equipo fundador de la iniciativa para conocer el trabajo que realizan, la importancia del fact-checking y su “Guía Acheck”, un manual ciudadano que entrega herramientas para poder verificar el discurso público de candidatos, candidatas y autoridades públicas.


 

Que la vacuna contra el Covid-19 es un mecanismo que los grandes laboratorios están implementando para insertar un chip a la gente y así controlar a la ciudadanía. Que si se quiere mejorar o evitar el contagio, es mejor tomar algo parecido al cloro, o que el mismo coronavirus es un invento de un grupo de científicos que, apoyados por grandes corporaciones, gobiernos y organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), buscan reducir la población mundial, como parte de un macabro plan. 

Burradas como esas y otras tantas más se difunden por redes sociales a un ritmo incluso más arrollador que el de la misma pandemia. Llegan vía Twitter, en una cadena de Whatsapp, un mensaje de Facebook o un video de Instagram o Youtube. Todo es falso, y se esparce entre la gente como información real, y boca en boca se expande. Están, por supuesto, los que dudan y se cuestionan, pero también los incautos que caen en la trampa. Pueden ser cientos, a veces miles o incluso millones de personas que lo creen y lo convierten en su verdad, en la base de sus decisiones políticas, sanitarias, económicas o de cualquier tipo, afectando directamente sus vidas y la realidad de territorios completos.       

¿Son las únicas noticias falsas que circulan? No. La desinformación está más extendida, y no sólo en mensajes de redes sociales, sino que también en el discurso de autoridades, líderes de opinión, personajes públicos y otros. Todo hay que cuestionarlo y debe ser verificado.

Ahí es donde toma importancia el fact-checking (verificación de datos, en español), una corriente periodística que muchos profesionales y medios de comunicación han implementado en todo el mundo para, de forma sistemática, identificar imprecisiones, errores o -de frentón- mentiras que aparecen en el discurso público de personajes que influyen en la toma de decisiones o que circulan en Internet. Los toman, los contrastan con evidencia y fuentes confiables y le asignan una calificación de veracidad. Corroborar o desmentir. Así es como se combate la desinformación. 

En Chile, salvo unos pocos ejemplos, es algo relativamente nuevo. Los primeros en desarrollarlo fueron los y las periodistas que conformaron en 2013 el equipo de El Polígrafo, del diario El Mercurio, y ese mismo año, en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica se empezó a enseñar la metodología de la verificación de datos como un ejercicio académico para verificar la información durante las campañas electorales. Luego, para las elecciones de 2017, en la UC repitieron el ejercicio, para lo cual crearon el sitio web Factchecking.cl. Al mismo tiempo surgió ChileCheck como iniciativa del centro de estudios Espacio Público en alianza con Chilevisión y CNN Chile. Y no fue sino hasta octubre de 2019, tras el estallido social, que vino el boom del fact-checking en Chile. 

La Tercera sacó entonces su propia sección de verificación, al mismo tiempo que surgían proyectos independientes dedicados exclusivamente a chequear información. Nacieron así FastCheckCL, Malaespina, Decodificador Chile, Fake News Report, Contexto Factual -enfocado exclusivamente en el proceso constituyente- y el primer ejercicio de fact-checking colaborativo entre varios de esos, realizado para la cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera en 2020, #VerificaChile.

Fue precisamente esa última experiencia la que sirvió de puntapié inicial para la creación de Acheck, la primera Asociación de Verificadores y Verificadoras de Chile. Fue gestada por periodistas verificadores de contenido que trabajan desde distintos medios y plataformas, y que se unieron para promover el “combate contra la desinformación en el país y fortalecer el fact-checking periodístico”, según se lee en su sitio web.

Enrique Núñez, editor general de Factchecking.cl y parte del equipo de Acheck, comenta que parte de las motivaciones para crear una asociación que los agrupara eran “fortalecer el fact-checking en Chile para que periodistas que quieran dedicarse a ello o estudiantes de periodismo, tengan un campo laboral amplio, y para eso necesitamos fortalecernos en este ecosistema emergente (…); y entregarle mejores contenidos a la ciudadanía, en todos los sentidos, desde herramientas de verificación, como también periodismo de muy buena calidad”.

La fundadora y editora de El Polígrafo y también parte de Acheck, Cecilia Derpich, señala que la iniciativa “es un esfuerzo en el que participamos a título personal, por el compromiso que sentimos en promover esta actividad y potenciarla a través de la entrega de herramientas para la comunidad, generación de actividades, capacitaciones, etc”.

Precisamente para ello fue que el pasado 6 de abril, el mismo día de su lanzamiento oficial, Acheck puso a disposición de la ciudadanía una guía para poder identificar por su cuenta lo verdadero y lo falso de la información que consumen de cara a uno de los procesos democráticos más importantes de la historia chilena.  

 

Guía Acheck: Las herramientas básicas para poder verificar

“La particularidad de esta guía es que, de forma didáctica, muestra cómo utilizar herramientas digitales públicas, que quienes nos dedicamos a la verificación, usamos a diario para chequear contenidos sospechosos”.

Eso es lo que ofrece la Asociación de Verificadores y Verificadoras de Chile con su “Guía Acheck”. Es, en definitiva, un tutorial abierto donde se presentan las metodologías y herramientas que las y los periodistas verificadores utilizan a diario en su trabajo para que, tal como se menciona en el documento de 60 páginas, “las y los chilenos puedan por sí mismos verificar a sus respectivos candidatos y a las autoridades públicas” y, de esta forma, que la ciudadanía pueda “sufragar de forma responsable, informada, libre y secreta”.

Según cuenta Camila Silva, directora del medio digital de verificación Decodificador Chile, parte de Acheck y editora general de la guía, uno de sus objetivos es “empoderar y acercar a la gente a través de la entrega de este tipo de herramientas que son bastante básicas y que son públicas. Es hacer una invitación a que la ciudadanía ocupe todos los espacios que naturalmente son de ellos y generar un sentimiento de confianza con la decisión que ellos mismos están tomando”.

Silva explica que estas herramientas ayudan a que la ciudadanía pueda, por ejemplo, “revisar cuáles son las declaraciones de patrimonio de alguna autoridad, o si alguna autoridad está haciendo lobby. Todas esas informaciones son de acceso público y lo que nosotros estamos haciendo es acercar esas herramientas para que las puedan usar cuando estimen conveniente”.

El manual muestra de forma didáctica cómo utilizar herramientas digitales públicas como la página del Servicio Electoral (Servel), InfoLobby (creada por el Consejo para la Transparencia) y, entre otros, la Biblioteca del Congreso Nacional, para chequear información sobre las y los candidatos, en un año donde el país se enfrentará a distintos procesos electorales para elegir convencionales constituyentes, alcaldes, concejales, gobernadores, diputados, senadores y al próximo o próxima Presidenta de Chile.

Núñez dice que estas elecciones -las del próximo 15 y 16 de mayo-, a nivel de cobertura periodística, son muy difíciles por la cantidad de candidatos y candidatas que van por alguno de los 155 puestos en la Convención Constitucional, las 345 alcaldías, los más de 2.200 cupos como concejal y las 16 gobernaciones regionales. Por lo tanto, y como lo demuestra el resultado de la Guía Acheck, “las herramientas que el periodismo tiene que entregar en el contexto de esta elección, son herramientas que permitan ir a buscar información. Es distinto a ese periodismo de entregarle la información a la gente, acá es al revés, necesitamos empoderar a los lectores y lectoras a través de herramientas para conocer a sus candidatos, para que puedan tomar una decisión y un voto informados”.

 

La importancia del fact-checking

A pesar de que las prácticas de fact-checking se presentaron años antes para procesos electorales e innovaron como un “nuevo tipo de periodismo”, actualmente en Chile se ha presentado como una opción a información veraz en tiempos de crisis, como lo fue durante el estallido social y actualmente en pandemia, donde la verificación de información y periodismo de calidad era una necesidad de la población.

Este ejemplo lo entrega Enrique Núñez, quien menciona que la importancia del fact-checking se debe a que es una práctica fundamental del periodismo. Citando a los periodistas norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel -autores de Los elementos del periodismo (2001)-, dice que “el corazón del periodismo es la verificación de la información, es el chequeo y el cotejo de datos correctos como práctica periodística en sí”. 

De la misma manera, y como también dice Derpich, la importancia del fact-checking se manifiesta más en tiempos donde abunda la desinformación:

“La pandemia y la crisis social y económica que viene con ella, además del proceso eleccionario que vive el país este año, hacen que, por una parte, haya aumentado la desinformación, y por otra, que los discursos públicos de los políticos sean cada vez más álgidos. Verificar ambos tipos de desinformación hace que cada vez sea más importante la labor del fact-checking y del periodismo en general”.

Y a esto, Camila Silva agrega que “en sociedades hiperconectadas como en la que vivimos, el fact-checking es súper fundamental. Hoy la desinformación está en todos lados, la encontramos en todas las redes sociales y nuestro trabajo es interceptarla y contrarrestar el peso que tiene para aclararla (…) Ese tipo de cosas [la desinformación] lo que hace es desestabilizar las instituciones y la democracia en general, por eso es tan importante que, frente a tanta desinformación, exista una contra-respuesta”.

 

Para más información sobre cómo unirse a la asociación o colaborar con ella y descargar la Guía Acheck, visita su página web pinchando aquí.
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