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A dos meses de la guerra: Cómo los medios chilenos han cubierto el conflicto Rusia-Ucrania

Por ~ Publicado el 26 abril 2022

Los primeros misiles rusos volaron e impactaron Ucrania el 24 de febrero pasado. Desde entonces, la prensa mundial se volcó hacia las zonas de conflicto, incluyendo a los medios de comunicación chilenos. A dos meses de haber comenzado la guerra –bajo el eufemismo de “operación militar especial”, como la ha calificado el Kremlin– Puroperiodismo revisa cómo ha sido la experiencia y las dificultades para cubrir una invasión tan lejana, en un idioma tan distinto y con la necesidad de estar ahí. En este artículo, un repaso sobre el ímpetu que marcó las primeras semanas, con periodistas nacionales esquivando balas y explosiones en vivo, y la retirada de la zona producto de la baja en la demanda por información.

Por Francisca Díaz y Rosario Varas


 

Todo se desató el 21 de febrero, cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, dos estados autoproclamados en la región de Dombás, en el este de Ucrania. Tres días después comenzó la invasión. Fue entonces que explotó en Europa uno de los peores conflictos bélicos desde la Segunda Guerra Mundial.

Han pasado ya dos meses de aquello. Miles de muertos en cada bando, supuestos crímenes de guerra en varias ciudades asediadas y millones de refugiados en todo el continente. Los efectos económicos del conflicto se han expandido por el planeta y la atención de la prensa mundial se ha volcado desde el día uno hacia una zona que ya desde 2014 era un polvorín.

¿Qué tiene de especial esta guerra respecto de otras en el mundo? El potencial de convertirse en una escalada global. El cientista político de la Universidad Católica, Francisco Vicencio, lo explica así: “El fenómeno es bastante anómalo, especialmente en las últimas décadas. Hace mucho tiempo que occidente no se enfrentaba a un conflicto bélico tan al borde de una escala mundial, como ocurrió con la Guerra del Golfo en los ‘90”.

Medios occidentales como BBC, Al Jazeera y CNN, entre otros, han hecho una cobertura activa de lo que ha ido sucediendo. En algunas publicaciones incluso se ha incorporado información de las redes sociales, una vía de comunicación que, hasta ahora, nunca había tenido un rol tan potente en este tipo de situaciones, un fenómeno que ha sido analizado en profundidad por diversas entidades comunicacionales, entre ellas la agencia de comunicación estratégica Tironi, que el pasado 13 de abril realizó el webinar “La otra guerra: el rol de los medios y las redes sociales en el conflicto Rusia-Ucrania” (ver video).

Los canales de televisión, diarios, radios y portales chilenos también comenzaron a cubrirlo al instante, con coberturas prime, programas especiales, comentarios en vivo y transmisiones en directo con periodistas nacionales en terreno -tanto corresponsales como enviados especiales-. Un proceso que, por supuesto, no fue fácil y que ahora, al cumplirse dos meses desde el comienzo de la ofensiva militar, Puroperiodismo reporteó para conocer en detalle.

Tres fueron los obstáculos principales que enfrentaron los medios nacionales durante los primeros días: la distancia, el idioma y que no se suele cubrir sobre guerras. ¿Cómo sortearlos? Por distintas vías. El avance tecnológico y de traductores en línea permitió que se pudieran leer medios ucranianos sin mayor problema. Se consiguieron vuelos para llevar a sus equipos o contactaron a personas que ya se encontraban cerca y podían acceder a la zona de donde la gente sólo quería huir. Lo difícil fue conseguir periodistas chilenos o chilenas que ya tuvieran experiencia en coberturas bélicas. Los hay, pero la mayoría ya están jubilados.

Los medios de comunicación definen sus bandos

Todo medio de comunicación tiene una línea editorial y un alineamiento ideológico. Al respecto, Cristián Leporati, publicista, académico y asesor en comunicaciones y marketing político, dice: “Fueron bastante objetivos en la forma de comunicar la guerra, hasta que Putin empezó a meter su estrategia comunicacional. (…) Los medios más pro izquierda, como El Mostrador y El Desconcierto, empezaron de alguna forma a tratar de empatar esta avalancha comunicacional que fue la mirada unidireccional de los medios más europeos”.

El experto también destaca el contraste de los medios extranjeros en comparación con los nacionales. Mientras los primeros definieron una postura respecto a lo que sucede en Ucrania casi desde el comienzo, los chilenos han mantenido la posición que tradicionalmente suelen mostrar en este tipo de coberturas, tendiendo a ser más neutrales. Pero los medios son parte de un mercado. Para atraer a la audiencia buscan un factor diferenciador, cayendo a veces en el sensacionalismo, según Vicencio: “Por ejemplo, a un académico frente a una modelo ucraniana (Lola Melnick) hablando sobre el conflicto. A pesar de que ella sea ucraniana, igual va a dar una visión más parcial del conflicto en relación con una más profesional”.

Uno de los factores que más destacaron entre la audiencia, sobre todo en las primeras semanas de la guerra, fueron los despachos en vivo desde suelo ucraniano y las fronteras, siguiendo la ruta de las familias que buscaban refugio. Los y las periodistas se fueron acercando cada vez más a Ucrania, con distintos casos de tensión en el cruce con Polonia, como hicieron Mariana Díaz, la corresponsal de T13, a la que después se le sumaron Alfonso Concha e Iván Valenzuela, con despachos también de Jorge Said; Daniel Matamala, que fue enviado por CNN Chile; e  Iván Núñez, que llegó hasta la zona de conflicto en representación de TVN, entre otros.

El despliegue de periodistas chilenos durante las primeras del conflicto implicó que muchos medios llevaran a varios de sus rostros a cubrir en terreno.

El despliegue de periodistas chilenos durante las primeras del conflicto implicó que muchos medios llevaran a varios de sus rostros a cubrir en terreno.

Otro problema que han enfrentado los distintos medios de comunicación en todo el mundo es la desinformación que ronda todo lo relativo a la guerra. En el medio español AS se han preguntado si se debería hablar de guerra o de una “operación militar especial” –como Rusia ha definido oficialmente su incursión en Ucrania– y en la cadena alemana DW, han optado por aplicar la metodología del fact checking para desmentir o aclarar los hechos que se han ido difundiendo.

Los medios chilenos también tienen esta preocupación. Para Carlos Grage, editor de CHV, “la desinformación es lo más difícil, dado que las barreras idiomáticas eran bien profundas, para distinguir aquellos hechos que corresponden a la verdad, respecto de aquello que se intenta distorsionar”.

El periodista de la sección internacional de los noticieros de T13, Carlos Zárate, relata a Puroperiodismo qué hace para enfrentar la desinformación: “Lo que yo hago normalmente es comparar versiones y presentar las dos versiones al aire. Nunca me quedo con una sola”.

El problema es que, en este caso, una de las versiones, la rusa, está bajo un estricto control estatal para mantener el “discurso oficial”. Desde el inicio de las hostilidades, según denunció Humans Right Watch (HRW), las autoridades rusas, a través del Roskomnadzor (el ente regulador de los medios), han amenazado a diversos medios independientes por publicar supuestas noticias falsas relacionadas a la acción militar emprendida en Ucrania, las que incluirían reportar sobre los bombardeos en ciudades de ese país, los ataques a víctimas civiles y referirse a los hechos como “guerra”, “invasión” u otros términos no aceptados por el Kremlin, en un evidente ataque contra la libertad de prensa.

Hechos como ese han sido condenados en el pasado por el Colegio de Periodistas de Chile, que ha emitido sendos comunicados en repudio, como ocurrió en mayo de 2021, cuando el ejército israelí atacó una torre que albergaba las oficinas de varios medios de comunicación en la Franja de Gaza. Respecto a las amenazas a la libertad de expresión e información relacionadas con la guerra en Ucrania, hasta la fecha no ha habido pronunciamiento alguno.

Adaptación de los medios

El aumento de información llevó a los medios a adaptarse para poder hacer un filtro efectivo de información. Una decisión que se tomó en CHV fue aumentar el personal y las horas de turno. Grage explica: “Eso permitió que pudiésemos cubrir todos los horarios, dada también la diferencia horaria con Ucrania y con el resto de Europa. Nos permitió ir supliendo rápidamente a todo lo que pudiese ser algún problema de acceso a información”.

Algunos, como Belén Arellano, periodista de TVN, pensaban que Rusia quería hacer presión para conseguir algo. Ella no esperaba que se diera una guerra entre las dos naciones, así que no esperaba que los cambios dentro del canal se mantuvieran. Después de dos semanas desde el primer ataque ruso –con misiles que impactaron Donetsk, Lugansk y la capital ucraniana, Kyiv–, el conflicto seguía y entonces ella se percató de que “no iba a terminar en el corto plazo, no hubo una rotación en la dinámica (periodistas del área nacional haciendo notas sobre Rusia-Ucrania). Pero ya los comentarios en vivo se redujeron un poco y se concentró en hacer notas”.

Un enemigo importante en los conflictos armados es la censura. Durante los primeros bombardeos, Canal 13 vivió una situación al aire, en la que Carlos Zárate le pidió desde el estudio a la corresponsal Mariana Díaz, que se refugiara, pues mientras despachaba se puso a sonar una alarma que llamaba a la gente a ir a los bunkers, por una alerta de bomba. Muchos televidentes lo tomaron como una especie de censura, sin embargo, Zárate explica: “Para mí están primero las personas que las noticias. No estoy para censurar a nadie (…) No me ha tocado censurar a nadie, ni creo que lo voy a hacer”.

Belén Arellano trabajando en la redacción de TVN.

Belén Arellano trabajando en la redacción de TVN.

La finalización de la cobertura especial

Si bien los medios se han adaptado para cubrir la guerra, cada vez se le dedica menos tiempo en pantalla y se publican menos noticias sobre este tema. El despliegue en terreno ha retrocedido y hoy la presencia de medios chilenos en Ucrania prácticamente ha desaparecido. Pero este comportamiento no es aleatorio, tiene una razón de ser.

Los medios, según Leporati, “se comportan muchas veces como los productos y la demanda. Cuando la demanda de un producto empieza a bajar, porque se volvió viejo o hay mejores competidores, empieza a bajar la demanda y hay una muerte natural del producto. Hasta que uno hace un upgrade, le cambia la etiqueta y listo de nuevo; pum, aumentan las ventas”.

En este caso, el producto sería toda la cobertura en relación al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Grage así lo asume: “La demanda de información del público en televisión disminuyó, en la medida que se demandan otros contenidos, porque la agenda noticiosa es fluctuante, en especial en nuestro país”.

Como en su minuto fue la guerra Rusia-Ucrania, luego el cambio de mando presidencial e incluso las elecciones de Francia. Los temas más relevantes de la agenda noticiosa están en constante cambio, de acuerdo con lo que la ciudadanía necesite saber.

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