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Las cifras que engañan

Por ~ Publicado el 17 diciembre 2008

Por Ignacio Bazán

Hace unos días se entregó la tasa de desocupación para el trimestre agosto-octubre 2008. El porcentaje de desempleo alcanzó 7,5%, cifra levemente superior a la proyectada que era de 7,3%. Pero en el trimestre equivalente del año anterior ésta llegó a 7,7%, dato que nos dice que hay una baja en relación al desempleo registrado el año 2007.

¿Cómo entonces? ¿La desocupación baja en tiempos de crisis? En esta pasada, parece que va a haber que hacer vista gorda a lo que dicen las cifras. Toda la experiencia empírica de primera mano me dice que está pasando exactamente lo contrario.

Hace mucho tiempo que no escuchaba que despidieran a un amigo. Y en estos últimos meses esa noticia se ha empezado a repetir con frecuencia. Y si no es un despido, es la baja en los bonos por rendimiento o ventas, como se les suele pagar a los ingenieros comerciales del retail.

Las reducciones de personal tocan a todo tipo de campos. A un amigo publicista lo despidieron después de estar varios años trabajando para la misma agencia. Le dijeron que lo recontratarían en cuanto volvieran algunas cuentas que dejaron de inyectar plata a la agencia. Suena como cuando un novio le dice a su novia que se den un tiempo en la relación. Difícilmente volverán a estar juntos después de esa frase.

A otro amigo, que es ingeniero comercial, después de estar un par de semanas con licencia, lo despidieron el día que volvió a trabajar. Era él y 19 personas más. Lo más chocante es que entraba a las 9 de la mañana y le dijeron que su escritorio tenía que estar desocupado a las 9 y media. ¿Era necesario? ¿Acaso se iba a ir a la casa y volver después de almuerzo a sacar sus cosas? Algunas empresas inevitablemente sacan nota roja en tacto.

Después está un amigo arquitecto al que le bajaron las horas en su estudio. En lugar de trabajar el día completo, ahora sólo trabaja medio día. Es la consecuencia de la baja en los proyectos de la construcción.

Por último, un amigo ingeniero comercial que trabaja en retail cuenta que los bonos dejaron de existir después de septiembre. Antes de eso se ganaba todo los bonos posibles y ahora sólo recibe su sueldo. El problema, cuenta él, es que los que tienen familia consideran esos bonos como parte del presupuesto.

Ahí esta precisamente otra regla no escrita de esta crisis. El sector profesional más vulnerable a ser despedido es el de los hombres solteros entre 25 y 35 años. La razón es simple. Entre despedir a alguien mayor y con responsabilidades (léase hijos) y despedir a alguien que sólo se tiene que mantener a sí mismo, los jefes casi siempre optan por largar a estos últimos. Lo mismo si hay que decidir entre un hombre soltero y una mujer embarazada o con niños chicos. Suena como una opción lógica y humana, pero al mismo tiempo uno se pregunta si la meritocracia tiene algo que decir en la hora de los sobres azules. Probablemente esta disyuntiva se empiece a presentar más seguido a medida que avance el 2009. Esperemos que no.

Lo que sí queda por esperar, es que las cifras de desempleo empiecen a reflejar lo que verdaderamente se está viviendo en el mundo real. No es que se necesite esparcir el pesimismo. Necesitamos volver a creer en lo que las cifras macro nos cuentan. Solamente con la información precisa, se podrá dar vuelta una situación, que hasta ahora, se ve de sombría tirando para hormiga.


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